Vergonzoso pasteleo de medallas entre Cimarro y el patronato del Festival de Mérida

La Academia de las Artes Escénicas, que él fundó y de la que era presidente todavía en 2022, “concede” su medalla al Festival de Mérida, que él dirige, como la Junta se dio la Medalla de Extremadura al Festival de Mérida que ella misma organiza

Por José María Pagador

29 noviembre, 2022

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Se autoconcedieron la Medalla de Extremadura y ahora se dan la de la Academia de las AA Escénicas.

La sociedad extremeña y española, y la mayoría de los medios -y esto es lo más grave- se han tragado la noticia de la autoconcesión y entrega de la Medalla de Oro de la Academia de las Artes Escénicas al Festival de Mérida en las personas de su director y del patronato que lo organiza por delegación del gobierno autonómico, como antes se tragaron la autoconcesión de la Medalla de Extremadura al mismo Festival y a las mismas personas, como si el proceso de concesión de ambas fuese independiente y limpio. Pero da la casualidad de que en ambas concesiones intervienen de manera decisiva los propios premiados, dando lugar a un obsceno pasteleo de “yo te doy mi medalla y tú me das la tuya”.

Mérida, Madrid.-

En 2019, la Junta de Extremadura se autoconcedió la Medalla de Extremadura al Festival de Mérida, un festival que la institución organiza a través del correspondiente patronato, y una concesión en las personas de Jesús Cimarro, director del Festival, y del alcalde de Mérida y vicepresidente del Patronato organizador y solicitante de la propia medalla, Antonio Rodríguez Osuna, que fueron los que recogieron el “galardón” y los que dieron el discursito de gracias.

El vicepresidente del consorcio la pidió y la recibió. No se atrevieron ni a colgársela. JUNTAEX

Aquella pantomima, denunciada en su día por nuestro periódico –La Medalla de la Vergüenza-, no solo constituyó una burla y un insulto a la inteligencia (darse un entidad a sí misma un galardón que ella misma concede, por una actividad que ella misma realiza), sino, lo que es peor, una flagrante ilegalidad, como publicamos entonces. Porque, en efecto, la medalla para el Festival fue solicitada, en un acto público y publicado, como se puede ver en una de las fotografías que ilustran esta información, por el alcalde de Mérida -el Ayuntamiento emeritense forma parte del Patronato del Festival- y miembro de dicho Patronato -Antonio Rodríguez Osuna es vicepresidente del mismo, bajo la presidencia que ostenta la propia Junta de Extremadura- y por el propio gerente del Patronato, Pedro Blanco Vivas. Ellos encabezaron la “plataforma” de solicitud de la medalla (Mérida presenta una plataforma para que den la Medalla de Extremadura al Festival de Teatro Clásico). Y la maniobra, como era de esperar, tuvo el éxito esperado, ya que quienes la solicitaban y quienes la concedían ¡eran los mismos!

La Junta de Extremadura infringió el artículo 3º del reglamento de la Medalla de Extremadura al autoconcederla al Festival de Mérida y a Cimarro.

El fraude, aunque ni la sociedad ni los medios parecieron darse cuenta, era notorio, no solo por la evidencia de los hechos narrados, sino, lo que es peor, porque tal artimaña infringió la propia normativa que regula la concesión, promulgada por la Junta.

Momento en que el Patronato pidió para el festival que organiza él la Medalla de Extremadura.

La concesión de dicha medalla está regulada por el reglamento que se promulgó mediante el Decreto 177/2013, de 24 de septiembre. Dicha norma establece claramente, en el punto tercero de su artículo 3º, lo siguiente:

“En ningún caso podrá presentarse la propuesta a instancia de una entidad en la que el candidato o candidata forme parte de sus órganos rectores. Para verificar este extremo podrá solicitarse de oficio la acreditación de la efectiva composición del órgano de gobierno de que se trate”; y no hay duda de que la propuesta fue a instancia del propio patronato organizador del Festival.

Y, para mayor abundamiento, el punto cuarto de dicho artículo señala que “la Medalla de Extremadura no podrá concederse a ninguna autoridad administrativa o electiva española ni de la región, en tanto se hallen en el ejercicio de sus cargos”; y tampoco hay duda de que, concedida la medalla al Festival en la persona de su patronato, la recibió una autoridad administrativa y electiva, como era el alcalde de Mérida y vicepresidente de aquel.

YO TE DOY MI MEDALLA, TÚ ME DAS TU MEDALLA

Naturalmente, Cimarro quedó en deuda con la Junta y con sus amigos del patronato del Festival que le habían dado la Medalla de Extremadura al Festival que él dirige desde hace ya una década, y como es hombre sobrado de recursos, porque no es baladí el “tinglado” político e institucional que ha sabido tejer más allá de su actividad puramente empresarial -decía un eminente pensador que “hay falsos prestigios hechos a base de moverse mucho”-, dejó pasar un poco el tiempo, para devolver el favor de la medallita y conceder él la suya a sus amigos del Festival y al propio Festival que él mismo dirige sin que se notase demasiado. No se atrevió a hacerlo antes porque se hubiese se le hubiese visto todavía más el plumero, al darse la Medalla de Oro de la Academia de las Artes Escénicas al Festival siendo él el director de este y mientras él ostentaba también la presidencia de dicha academia, pero apresurándose a hacerlo en cuanto dejó de ser presidente este mismo año 2022, el de la concesión y reciente entrega.

Entre 2014 y 2021 la Academia de las Artes Escénicas ha concedido 34 medallas de oro, sin que ninguna haya ido a parar nunca, hasta este año, a ninguno de los muchos y meritorios festivales de teatro españoles.

El “tinglado Cimarro” incluye empresas, asociaciones, confluencia de intereses nacionales y autonómicos, y entidades diversas, como la Academia de las Artes Escénicas de la que es fundador y era presidente todavía a principios de 2022, antes de ser sustituido en la presidencia por Cayetana Guillén Cuervo; como es presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, o presidente de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas Productoras de Teatro y Danza de España, o miembro de la Federación Europea de Empresarios de Espectáculos y del Consejo Regional de Cultura de la Comunidad de Madrid, entidades todas ellas que no nos extrañaría que se descolgasen con otras medallitas para el gran negocio que el avispado empresario tiene montado con el Festival de Mérida, que explota ininterrumpidamente desde 2012 por concesión primero a dedo y por flagrante favoritismo después.

Esa maraña de entidades e intereses le permite hacer juegos de manos en los que siempre gana él, sea por llevarse un concurso diseñado a su medida y en el que sus contrincantes no tienen ninguna opción, sea por urdir la trama necesaria para obtener otros réditos, además de los económicos, como la Medalla de Extremadura o la Medalla de Oro de “su” Academia de las Artes Escénicas.

OTRA BURDA MANIOBRA

A primeros de octubre pasado, los medios regionales y nacionales publicaban cándidamente la noticia de la concesión de la Medalla de Oro de la Academia de las Artes Escénicas al Festival de Mérida. Posteriormente, el 21 de noviembre actual, la medallita le era entregada en Madrid al Festival, representado, otra vez, por Cimarro, por el alcalde de Mérida y por el gerente del Patronato, la sempiterna trinidad protagonista de esta farsa interminable.

Ha sido en 2022, cuando Cimarro ha dejado de ser presidente de la Academia, cuando se ha concedido su medalla al Festival de Mérida, porque antes hubiese cantado demasiado.

Pero da la casualidad de que Cimarro fue fundador en 2014 de la Academia que concede la nueva medallita (Academia de las Artes Escénicas de España, Jesús Cimarro) y da la casualidad que hasta entrado este año, Cimarro era el presidente de dicha Academia en el segundo cuatrienio de existencia de la misma, habiendo sido ya vicepresidente primero en el anterior. Como se ve, no hay intereses ocultos ni maniobras en estos juegos infantiles para almas cándidas.

Hasta 2022 la Academia no concedió la medalla a ningún festival. Fuente ACADEMIA AA.EE.

Hemos solicitado la correspondiente información a la propia Academia de las Artes Escénicas de España para contrastar la nuestra y esto es lo que hemos averiguado con la información que nos ha facilitado amablemente la entidad: las medallas de oro de la academia empezaron a concederse en 2014, fecha de la fundación de la misma con Cimarro como uno de los fundadores y presidente hasta principios de este año. En el transcurso de estos ocho años, hasta 2021 inclusive, la academia ha concedido un total de 34 medallas de oro, sin que ninguna de ellas haya sido otorgada jamás a ningún festival, dado que siempre se han concedido a personas físicas, como se puede comprobar en el cuadro anejo que nos ha remitido la propia academia. Esto indica dos cosas: primero, que a pesar de los muchos y estupendos festivales de teatro que se celebran cada año en España, al parecer ninguno reunió en ocho años los méritos suficientes para recibir la medalla de oro de la Academia; y, segundo, que a la primera oportunidad que tuvo una vez salió de la directiva de aquella -hubiera sido demasiado evidente concedérsela siendo él el presidente- Cimarro “logró” la medalla de oro de “su” Academia. ¡Qué casualidad!

LA PASTA Y LOS HONORES

Cimarro no solo se lleva la parte económica del león del Festival de Mérida de manera injusta y arbitraria -se le dio a dedo su explotación de 2012 a 2015, asunto que está ahora en un Juzgado de Mérida por denuncia de este medio, y después se observa un claro favoritismo de la Junta hacia él- sino, que encima, insulta a la inteligencia de los extremeños y los españoles, tratando de hacernos creer que recibe estos premios de manera limpia y, encima, que los merece, cuando la realidad es que, bajo su explotación, el Festival de Mérida se ha convertido -salvo contadas honrosas excepciones que confirman la regla- en un evento comercial lleno de personajes televisivos, que cada vez recibe peores críticas y atrae a menos público.

¿Qué medios incautos se tragan, sin espíritu crítico alguno y sin investigar su trasfondo, la noticia de la autoconcesión (por Cimarro) y entrega y recogida por él mismo de la Medalla de Oro de la Academia de las Artes Escénicas que él ha presidido hasta este año al Festival de Mérida, como antes se autoconcedió la Junta que organiza el Festival a través de un patronato del que el presidente autonómico es el responsable máximo, la Medalla de Extremadura a dicho Festival en la persona de Cimarro, infringiendo, además, la norma que impide que miembros de la organización que va a recibir la medalla sean precisamente los que la soliciten? ¡Vergonzoso!

(NOTA: Al final de esta información los lectores y lectoras pueden seguir el largo hilo de informaciones publicadas por este periódico sobre los abusos y tejemanejes urdidos para hacer creer que tiene superávit un festival tan deficitario económicamente como el de Mérida y para que sea siempre el beneficiario de la explotación del evento el mismo empresario, sin opción alguna de que ningún competidor pueda ganar nunca el concurso).

(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).