martes, 19 marzo, 2024
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Una monumental cadena de fallos facilitó los atentados

La preparación y la determinación suicida de los terroristas desborda las capacidades de las policías autonómicas y locales

A medida que pasan los días se hace más evidente que una larga cadena de fallos garrafales facilitó los atentados de Barcelona y Cambrils. El respeto a las víctimas y la solidaridad ciudadana no deben hacernos abdicar a los periodistas independientes de decir la verdad y de ejercer la crítica de lo que ha pasado. No se trata de echar las culpas a nadie. Ni se trata solo de aportar datos y elementos de juicio al enfoque de lo ocurrido desde todas las perspectivas posibles –obligación de todo informador y de todo analista- sino también, y quizá sobre todo, de colaborar desde nuestra humilde posición para que algo así no vuelva a ocurrir.

Para comprender lo sucedido la semana pasada en Cataluña hay que tener claro el mecanismo de los procesos por los que un grupo de jóvenes musulmanes entre los 17 y los 28 años –la media apenas supera los 20- aparentemente integrados en nuestra sociedad, llegan a radicalizarse hasta el punto de convertirse en fanáticos dispuestos a morir matando a sus propios conciudadanos, entre los cuales, no lo olvidemos, podía haber también musulmanes. Parece mentira tener que explicar esto a estas alturas, pero es la forma de que todos comprendamos hasta qué punto las líneas de radicalización de los terroristas y las líneas de detección de ese radicalismo por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad han sido tan divergentes, tanto que en este caso solo se han encontrado cuando la matanza ya se había consumado, cuando deberían haber topado ambas mucho antes.


Formulamos las 32 preguntas esenciales del caso.


Si la Guardia Civil y la Policía Nacional hubiesen intervenido desde el principio, posiblemente se hubiese evitado la matanza.


Esto representa –hay que decirlo con toda claridad aunque nos duela- un enorme fracaso de la estructura y de los medios humanos, técnicos y económicos destinados a luchar contra el terrorismo en nuestro país, que aunque no sean del todo suficientes son muy cuantiosos y, en teoría, están altamente cualificados, como lo demuestran sus éxitos a diario.

Es decir, estamos prácticamente convencidos de que, de haberse dado otras circunstancias, como son una mayor colaboración política entre los gobernantes autonómicos y los del Estado, una mejor dirigencia desde los mandos políticos de la lucha antiterrorista -factores ambos que hubiesen propiciado el haber tomado medidas preventivas de relativamente fácil implantación- y la existencia de una deseable cooperación entre las policías autonómicas y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que hoy no se da, –esto lo analizaremos en días sucesivos-, posiblemente los atentados de Barcelona y Cambrils habrían podido evitarse.

ASÍ ACTÚA UN YIHADISTA

En los países occidentales –otra cosa es la fórmula empleada en países musulmanes y especialmente donde existe una situación de guerra latente o declarada- el proceso de conversión de un joven incluso inicialmente descreído –como ocurre con muchos de los que son captados para la yihad violenta- en un terrorista fanatizado, sigue una serie de pasos a través de procesos que requieren una cierta duración en el tiempo. Estos pasos son:

1.- CONCIENCIACIÓN: mediante adoctrinamiento y/o mensajes emitidos por otros fanáticos, líderes o no, al amparo de una mezquita, de las redes sociales o de otros medios y estructuras.

2.- CAPTACIÓN: los encargados del reclutamiento detectan a los jóvenes más vulnerables y proclives y los captan con fórmulas elementales de consignas y promesas.

3.- RADICALIZACIÓN: si el joven captado alcanza un cierto grado de indignación y una cierta disposición a expresarla combatiendo, se culmina en él el proceso de radicalización.

4.- OCULTACIÓN: el joven captado oculta sus nuevas ideas y actividades preparatorias de acciones yihadistas bajo la apariencia de la normalidad de la vida que ha llevado hasta ahora, es decir, pasa a la clandestinidad sin dejar de ser visible.

5.- ELUSIÓN: el nuevo yihadista es adoctrinado y entrenado para eludir toda sospecha, hasta el punto de que chicos tan jóvenes como el menor abatido en Cambrils fue capaz de engañar durante meses a vecinos, amigos y familiares.

6.- PREPARACIÓN: el joven yihadista dedica la mayor parte de su tiempo y energías a reunirse con sus compañeros, confraternizar en la nueva dimensión de su fe, conseguir las armas y los medios para atentar, y preparar a conciencia los atentados.

7.- EJECUCIÓN: llegado el momento de entrar en acción, el yihadista actúa con determinación y sin miedo a morir, lo que le hace mucho más letal que un terrorista convencional como, por ejemplo, los de ETA. Por eso es más fácil que un yihadista resuelto tenga éxito en la ejecución del atentado y este sea mucho más mortífero. Ahí están el 11-S de Nueva York y el 11-M de Madrid para atestiguarlo.

8.- DESAPARICIÓN: cometido el atentado, el yihadista puede ser capaz de eludir los controles, evadirse y desaparecer, como ha ocurrido con el conductor de la furgoneta de Las Ramblas y ocurre en tantos casos.

ASÍ ACTÚA LA POLICÍA

Por razones obvias, los procesos de fanatización de los futuros terroristas y los plazos para la ejecución de los atentados, tras una somera formación básica, suelen ser breves. A mayor duración y preparación, más riesgo de ser descubiertos. Por eso la labor policial es siempre contra reloj. Esta labor se desarrolla a través de los siguientes pasos:

1.- DISUASIÓN: frente a la CONCIENCIACIÓN del futuro yihadista, las fuerzas de seguridad y el aparato del Estado disponen de diferentes elementos de disuasión más o menos efectivos –educación, campañas de integración, propaganda, presencia policial, elementos psicológicos y físicos de contención…- que en muchos casos consiguen que numerosos jóvenes no den el paso o que se arrepientan a tiempo otros que presuntamente lo hayan dado.

2.- PREVENCIÓN: frente a la CAPTACIÓN de jóvenes musulmanes en los países occidentales para la yihad, las fuerzas de seguridad realizan importantes tareas preventivas de inteligencia, infiltración en comunidades, vigilancia de mezquitas y centros de reunión, información en congregaciones, etc. que dan frutos a diario.

3.- DETECCIÓN: normalmente, las medidas preventivas de investigación llevan a detectar a los individuos que han pasado al grado de RADICALIZACIÓN. De hecho, la policía detiene en toda España a decenas de presuntos terroristas cada año.

4.- DESARTICULACIÓN: detectados los individuos o las células, es decir, fracasada su OCULTACIÓN y ELUSIÓN, se procede a desarticularlos antes de que lleguen a atentar.

5.- NEUTRALIZACIÓN: pero si no es así y el futuro terrorista ha llegado a un grado tal de perfeccionamiento de su táctica -o ha tenido tanta suerte en el momento del ataque-, que es capaz de eludir a las fuerzas policiales y de culminar la PREPARACIÓN del atentado y su EJECUCIÓN, aún cabe aminorar los efectos de este mediante barreras físicas, despliegue de fuerzas suficientes, repelión instantánea del ataque, etc.

6.- DETENCIÓN: una vez perpetrado el atentado, el inmediato paso policial es lograr la captura de los huidos o ponerlos fuera de combate si siguen representando algún peligro para la ciudadanía o para los propios agentes, aunque lo ideal es detenerlos vivos, a fin de obtener después la mayor información posible.

TODO FALLÓ

Bien, pues en los recientes atentados de Cataluña estas dos líneas, en lugar de encontrarse en algún momento menos letal del proceso, divergieron hasta el final. Dicho de otro modo: todo les salió bien a los terroristas, aun con el fallo de la explosión de Alcanar, y todo falló por parte de los Mossos d´Esquadra, aun con la muerte de los cinco terroristas de Cambrils. Cierto es que la Guardia Civil y la Policía Nacional también tienen responsabilidad en lo sucedido, pero es una responsabilidad menor, habida cuenta de la nula colaboración de aquel cuerpo en este caso, según fuentes bien informadas, y de las dificilísimas circunstancias en las que se ven obligados a trabajar en Cataluña los cuerpos estatales, que ven obstaculizada a diario su labor por la resistencia de las instituciones catalanas y de los colectivos soberanistas, y que, además, se sienten repudiados y zaheridos por una parte, si no mayoritaria, sí importante de la sociedad catalana.

En Las Ramblas no se habían reforzado las medidas de seguridad. CLARÍN
En Las Ramblas no se habían reforzado las medidas de seguridad. CLARÍN

Y es precisamente por eso, porque todo salió mal en el lado de la ley, por lo que hay que hacerse urgentemente una serie de preguntas inaplazables, de cuyas respuestas depende que se ponga remedio a estos fallos, o que la matanza vuelva a repetirse con tan escandalosa facilidad.

32 PREGUNTAS IMPRESCINDIBLES

1.- ¿Por qué la Generalitat y los Mossos d´Esquadra no extremaron las precauciones después de recibir dos meses antes un aviso de la CIA advirtiendo de la inminencia de un ataque yihadista en Barcelona y señalando incluso que este podía tener lugar en Las Ramblas?

2.- ¿Compartió el conseller de Interior, Joaquim Forn, este aviso con la Policía Nacional y la Guardia Civil?

3.- ¿Cómo no se detectó la nefasta influencia que el imán de Ripoll podía ejercer sobre jóvenes de su entorno, teniendo en cuenta, entre otras cosas, sus antecedentes penales y su contacto en prisión con detenidos por los atentados del 11-M?

4.- ¿Cómo no se investigó al imán a su llegada a Ripoll, efectuada en 2015, como debería hacerse con cada líder religioso que se incorpora nuevo a una comunidad musulmana en las ciudades occidentales?

5.- ¿Cómo no se descubrió la labor de proselitismo que supuestamente empezó a realizar entre tan numeroso grupo de jóvenes musulmanes de la localidad donde predicaba y enseñaba?

6.- ¿Cómo pudo reunir en torno suyo a un número tan elevado de jóvenes –entre 15 y 20 al menos- y reunirse con ellos frecuentemente sin levantar sospechas?

7.- ¿Cómo pudo organizar el imán impunemente una célula tan numerosa y a lo largo como mínimo de ocho semanas, teniendo en cuenta, además, las imprescindibles labores de adiestramiento para la comisión de atentados que hubieron de impartirse a esos jóvenes, y que siempre dejan algún rastro?

8.- ¿Cómo pudieron ocupar durante meses un chalé vacío en una urbanización habitada y situada muy cerca de un hotel, sin que ninguna autoridad se diera cuenta de sus actividades a pesar de la extrañeza y los comentarios de los vecinos?

9.- ¿Cómo pudieron los terroristas entrar y salir con absoluta facilidad del citado chalé durante meses y a diario, para lo que utilizaban numerosas motocicletas y al menos un automóvil y una furgoneta, sin levantar ninguna sospecha?

10.- ¿Cómo pudieron los terroristas almacenar en el chalé no una veintena de botellas de butano y propano, como se ha dicho, sino nada menos que 106, sin que los comentarios de extrañeza de los vecinos llegara a ninguna autoridad o, si llegaron, no se les prestara atención?

11.- ¿Qué protocolo falló en relación con la acumulación de tal cantidad de botellas de gas, teniendo en cuenta que en los concesionarios no consigues una botella si no firmas el correspondiente contrato, si es la primera vez, o si no llevas la botella vacía que se entiende que ya tienes, para cambiarla por otra llena cuando se acaba?

12.- ¿No existe ningún mecanismo de los Mossos d´Esquadra y de las policías locales de cada municipio, para averiguar de forma automática si algún vecino hace un acopio tan exagerado de algo tan peligroso como nada menos que 106 botellas de gas, lo que representa una carga de 1.378 kilogramos de explosivo?

13.- ¿No existe tampoco algún mecanismo de conexión de los Mossos con las agencias de alquiler, para detectar que personas presuntamente sospechosas -o simplemente como algo rutinario que se haga con los usuarios de estos servicios- puedan alquilar tres furgonetas al mismo tiempo o por las mismas fechas?

14.- ¿Si la providencial explosión en el chalé de Alcanar se produjo el míercoles antes de la medianoche, cómo es que los Mossos no se dieron cuenta en las primeras horas de que aquel lugar era el cuartel general de los terroristas?

15.- ¿Por qué los Mossos no compartieron desde el primer momento la información de la explosión con la Guardia Civil y la Policía Nacional?

16.- ¿Por qué entre las 23,17 del miércoles, hora de la explosión de Alcanar, y las 16,45 del jueves, hora del atropello masivo en Las Ramblas, es decir, nada menos que en el transcurso de diecisiete horas, ni los Mossos ni el conseller de Interior, Joaquim Forn, nada sospecharon ni activaron protocolo alguno de refuerzo de la seguridad en Barcelona?

17.- ¿Por qué, una vez que los Mossos confirmaron que la explosión de Alcanar podía tener relación con el terrorismo, no pidieron la colaboración inmediata de la Guardia Civil y la Policía Nacional ni pusieron el asunto en conocimiento del Ministerio de Interior del Estado?

18.- ¿Por qué el conseller de Interior, Joaquim Forn, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, desatendieron el requerimiento del Ministerio del Interior de España para que se instalasen bolardos y obstáculos que dificulten el acceso a las zonas peatonales de las ciudades españolas, requerimiento que se les hizo llegar en tiempo y forma (20 de diciembre de 2016, después del atropello masivo en el mercadillo navideño de Berlín), con mucha antelación a los atentados?

19.- ¿Por qué, si el conseller de Interior y los Mossos, para justificar la no colocación de bolardos y maceteros en Las Ramblas y en otras zonas peatonales de Barcelona, aseguraron que esa medida desechada se compensaba con una mayor presencia policial en las calles, pudo acceder a dicho paseo la furgoneta asesina con total facilidad?

20.- ¿Por qué la furgoneta terrorista pudo recorrer 700 metros atropellando y matando gente sin recibir ni un solo disparo ni una sola oposición por parte de ningún mosso ni ningún policía local, como si los agentes no hubiesen llegado hasta después de consumado el crimen?

21.- ¿Es cierto que en esos momentos no había en Las Ramblas, o al menos en ese tramo transitadísimo (230.000 personas pasan diariamente por el paseo), ni un solo mosso ni guardia urbano, como si las vacaciones estivales hubiesen dejado en mínimos las plantillas de ambos cuerpos?

22.- ¿Cómo pudo darse a la fuga y desaparecer con tanta facilidad el conductor de la furgoneta en un lugar abarrotado de gente y que debería tener vigilancia armada cada pocos metros, en el mes más turístico del año y con los antecedentes de continuos atentados por toda Europa?

23.- ¿Cómo pudo fallar tan estrepitosamente la Operación Jaula (cierre de Barcelona para casos de terrorismo y similares) de modo que el terrorista pudo huir en metro (esto no se ha aclarado todavía), si es que el huido en el coche robado que se saltó un control de los mossos es otra persona diferente, en cuyo caso serían dos sospechosos los que burlaron los controles?

24.- ¿Cómo otra parte de la célula yihadista, con nada menos que cinco terroristas, pudo llegar casi ocho horas después a Cambrils sin ser interceptados por el camino a pesar de los controles de carreteras, y matar a otra persona y herir a varias más, antes de ser abatidos?

25.- ¿Por qué hubo que matar a los cinco terroristas de Cambrils, incluido el último que quedó con vida, cuando por lo menos alguno de ellos podía haber sido reducido mediante disparos no mortales (eso es lo verdaderamente profesional si es posible), a fin de obtener de él la máxima información?

26.- ¿Por qué se han dado tan precipitadamente cifras acerca del número de componentes de la célula o células terroristas, cuando parece evidente que, a pesar de haber caído una docena de ellos, entre muertos y detenidos en sus entornos, parece que el grupo cuenta con más infraestructura, según puede deducirse de la capacidad del conductor de la furgoneta para escapar y permanecer oculto?

27.- ¿No es menos cierto que, a juzgar por los detalles del caso, el grupo de yihadistas y soporte podría estar formado en realidad por una veintena de personas como mínimo?

28.- ¿La persona o personas que permanecen huidas o que forman parte del grupo sin que se sepa hasta ahora, conservan alguna capacidad operativa para golpear de nuevo. Es decir, pueden existir más chalés llenos de explosivos como el de Alcanar, habida cuenta de la variedad y lejanía geográfica de los diferentes escenarios de estos hechos (seis como mínimo, situados de norte a sur de toda la comunidad: Alcanar, Ripoll, Barcelona, Cambrils, Sant Just Desvern y Vic, localidad esta última donde apareció abandonada la tercera furgoneta)?

29.- ¿Se han tomado medidas más eficaces para que eso no ocurra?

30.- ¿Cuántos casos de adoctrinamiento y captación de jóvenes como el de Ripoll pueden estar dándose en estos momentos en Cataluña, la comunidad que más ha fomentado, o que más efecto llamada ha tenido (sobre), la inmigración musulmana?

31.- ¿Si las tres furgonetas alquiladas, y que iban a ser cargadas hasta el techo de explosivos y botellas de butano, a una media de 35 botellas por vehículo, estaban destinadas a volar la Sagrada Familia en los momentos de mayor afluencia de público –como se ha apuntado-, podemos temer que lo que ha fallado esta vez por parte de los terroristas funcione la próxima y tengamos el atentado del siglo. Dicho de otra manera, podemos confiar en que lo que ha fallado esta vez por parte de los mossos y demás cuerpos de seguridad del Estado, funcione la próxima y se detenga a los terroristas antes del atentado?

32.- ¿Por qué tan cuantiosos medios materiales, financieros y humanos, así como incontables energías y tiempo, que el conseller de Interior de la Generalitat y los Mossos d´Esquadra deberían dedicar a prevenir y neutralizar el terrorismo, y a otros fines de utilidad, se dilapidan en un proceso independentista que, además, no lleva a parte alguna y, peor aún, distrae de lo verdaderamente esencial?

PREGUNTAR PARA INFORMAR

Esta es una de las ocasiones en que, como periodista, incumplo deliberadamente una máxima de la profesión, que dice que el periodista no está para hacer preguntas al público, sino a quienes pueden y deben responderlas, a fin de trasladar luego al público las respuestas. Pero en este caso se dan una serie de circunstancias extraordinarias que aconsejan que yo traslade a los lectores las preguntas que formularía a los responsables políticos y policiales de Cataluña y España. Y lo hago así por las siguientes razones:


Al yihadismo global no le pueden hacer frente las policías autonómicas y locales solas.


1.- Me gustaría colaborar con estas preguntas a que los lectores elaboren un ideario crítico sobre el caso y cuestionen, interiorizándolas, todo lo que en él hay de cuestionable.

2.- Sé que la inmensa mayoría de estas preguntas, por no decir todas, no me serían contestadas –o no debidamente- por quienes tienen la obligación de hacerlo, así que he decidido no perder tiempo en una tarea inútil.

3.- Preguntar como yo lo hago puede ser también una forma de informar efectiva y quizá más saludable para los lectores.

4.- Me gustaría que los periodistas de Cataluña y de España reiterasen estas preguntas u otras parecidas a los responsables políticos y policiales de dicha comunidad autónoma y del Estado, a fin de que no haya comparecencia de unos y de otros en la que no surjan preguntas indiscretas, molestas e indignadas como las que sugiero, hasta que accedan a informar debidamente a la ciudadanía sobre los innumerables detalles oscuros de los gravísimos hechos que nos ocupan, y la cadena inadmisible de fallos que han contribuido a que ocurran.

(MAÑANA: “LECCIONES DE BARCELONA – 2. LA SEGURIDAD CIUDADANA, EN MANOS DE IRRESPONSABLES O AFICIONADOS”.)

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