miércoles, 24 abril, 2024
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Es falso que Cimarro haya reducido ni en un céntimo la deuda del Festival de Teatro de Mérida

Contra lo que él y la Junta de Extremadura afirman, la deuda se viene enjugando exclusivamente con dinero público imputada al millonario déficit anual acumulado que arrastra el evento

La deuda que tenía el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida cuando el empresario teatral Jesús Cimarro fue nombrado a dedo director del mismo en 2012 por el entonces presidente de la Junta de Extremadura José Antonio Monago (PP), no está siendo amortizada por este, ni mucho menos con cargo a un superávit anual (como han presumido ambos durante cuatro años y como presume ahora Cimarro con Fernández Vara) inexistente. El Festival acumula en realidad un déficit millonario desde que Cimarro se hizo cargo de él y la deuda existente se está amortizando con cargo al dinero público que sostiene al Festival, que pierde cada año más de un millón de euros.

Para poner de manifiesto “la mala gestión” de los responsables del Festival de Mérida anteriores a 2012, el nuevo gobierno autonómico extremeño de José Antonio Monago y el nuevo director del Festival, Jesús Cimarro, empezaron a divulgar aquel año dos especies igualmente falsas con la finalidad de desacreditar la gestión anterior también en el aspecto económico. Para ello inventaron, por un lado, que el Festival, bajo la “milagrosa” gestión de Cimarro y Monago, empezaba a tener superávit, y, por otro, que con esos fondos empezaba a enjugarse la deuda dejada por la anterior administración socialista, que ascendía a principios de 2012, según ambos gestores, a 4,5 millones de euros.


En los siete años bajo la dirección de Cimarro el Festival ha tenido un déficit de 14,5 millones de euros.


La doble falacia se mantuvo en el tiempo –sin ninguna investigación ni reacción crítica de los medios-, a lo largo de los cuatro años del mandato de Monago como presidente de la Junta de Extremadura. Pero lo asombroso del caso es que, llegado otra vez el socialista Fernández Vara a la presidencia de la Junta en 2015, el nuevo presidente no tuvo empacho no solo en ratificar (primero a dedo y después mediante un concurso harto sospechoso, del que informaremos en otro momento, cuando terminemos de recabar toda la información) a Cimarro en la dirección, sino en hacer suya también la doble falacia de que con Cimarro el Festival tiene superávit y de que Cimarro sigue amortizando cada año con dicho superávit la citada deuda que dejó el propio Vara en 2011.


El dramaturgo Manuel Martínez-Mediero ha llamado públicamente “fantasma” al empresario teatral por su gestión en Mérida.


Ya hemos probado en este periódico la falsedad de que el Festival tenga superávit alguno, una falacia que cada año intentan hacer colar el director del mismo, el empresario Jesús Cimarro, y el responsable político de turno en Extremadura, antes José Antonio Monago Terraza y ahora Guillermo Fernández Vara (https://www.propronews.es/cimarro-vara-vuelven-mentir-al-decir-festival-merida-tuvo-superavit/). La realidad de las cuentas del Festival se contiene en el siguiente cuadro:

DÉFICIT ACUMULADO – FESTIVAL DE TEATRO CLÁSICO DE MÉRIDA 2012-2018

Importe en euros

Coste del Festival con Monago 2012-2015, incluidos premios Ceres

16.600.000

Coste del Festival con Vara 2016-2018

10.557.075

Total

27.157.075

Ingresos por taquilla 2012-2018

12.695.107

Déficit acumulado 2012-2018 a cargo de las Administraciones públicas

14.461.968

Beneficio estimado de Cimarro 2012-2019

9.000.000

De modo que si existe un déficit acumulado de casi catorce millones y medio de euros, y Jesús Cimarro se ha llevado un más que sustancioso beneficio, ¿de dónde sale  que este señor amortice la deuda del Festival con el dinero de un superávit inexistente y si tampoco él detrae esas cantidades de su propio beneficio? La respuesta es evidente. La antigua deuda del Festival la está amortizando el propio Festival con cargo al dinero público que diferentes instituciones -incluida la Junta de Extremadura, el Gobierno de la nación y otras- ponen cada año a fondo perdido.

Según las cuentas del señor Cimarro y de los señores Monago y Vara, los ingresos por taquilla del Festival bajo la dirección de aquel se contienen en el siguiente cuadro:

INGRESOS POR TAQUILLA – FESTIVAL DE TEATRO CLÁSICO DE MÉRIDA

Importe en euros

2012

1.144.000

2013

1.493.581

2014

1.782.453

2015

1.924.686

2016

2.045.106

2017

2.090.149

2018

2.215.132

TOTAL

12.695.107

De modo que si los ingresos por taquilla declarados por estos responsables han ascendido a 12,69 millones de euros, y los gastos totales del Festival durante esos años han sido de 27,15 millones, es evidente que no existe superávit alguno, sino todo lo contrario. Lo que hay en verdad es un abultado déficit.

Pese a la evidencia incontestable de las cifras, Cimarro, Monago y Vara se han empeñado en propalar año tras año la especie del superávit y de la amortización de la deuda con cargo al mismo. Según esta falsedad, el “superávit” que ha tenido el Festival en estos años y que ha servido para “amortizar” la deuda citada, se contiene en el siguiente cuadro:

“SUPERÁVIT” DEL FESTIVAL DE MÉRIDA DESTINADO A “PAGAR” DEUDA SEGÚN CIMARRO, MONAGO Y VARA

Importe en euros

2012

150.000

2013

425.000

2014

449.059

2015

525.000

2016

450.000

2017

618.431

2018

700.000

TOTAL

3.317.490

Amortización acumulada según Cimarro etc.

3.317.490

Total deuda existente en 2011

4.500.000

Total deuda existente a 2018 según “estas cuentas”

1.182.510

Naturalmente, todas estas cifras son una pura falacia, pues no ha existido tal superávit en ninguno de los años citados ni, por tanto, se ha podido amortizar deuda alguna con cargo a él. Lo que el señor Cimarro y los responsables políticos extremeños denominan “superávit” es, ¡pásmense!, la diferencia entre los ingresos por taquilla presupuestados y los ingresos por taquilla obtenidos. Según expertos contables consultados por nuestro periódico estas cuentas no se sostienen. En puridad contable, el superávit es la diferencia positiva entre los ingresos y los gastos. Y la realidad de esta diferencia en 2018, como en años anteriores, se contiene en el siguiente cuadro:

RESULTADO REAL DEL FESTIVAL DE MÉRIDA 2018

Gastos

3.519.025

Ingresos por taquilla

2.215.132

Déficit

1.303.893

De todo lo expuesto se deduce nuevamente que ni el Festival de Mérida ha tenido estos años superávit ninguno, ni menos se ha podido amortizar deuda alguna con cargo a ese superávit inexistente. La amortización de la deuda debe de estar subsumida en realidad en el déficit atendido con dinero público, porque no queremos pensar que, además de dicho déficit, esa amortización se esté pagando en otra partida no recogida en presupuesto.

FANTASMADAS

Ya hemos dicho en otras informaciones que los señores Cimarro y Vara quedarían muy bien admitiendo que el Festival tiene pérdidas, como les ocurre a tantos festivales de su estilo e importancia, y que tales pérdidas no son en absoluto deshonrosas, puesto que los eventos de alto nivel no deben estar guiados solo por el resultado económico. Los grandes festivales culturales se subvencionan en todo el mundo, sin que eso suponga desdoro para nadie, y lo que se consigue con los ingresos por taquilla es aminorar en lo posible el coste con cargo al erario público.

...han continuado con Vara. JUNTAEX
…han continuado con Vara. JUNTAEX

Pero aquí se quiere presumir de unos logros que no son tales, lo que convierte el discurso no solo en falaz, sino en acabadamente falso y eso contamina al Festival por la vía de la falta de credibilidad. Son fantasmadas, en fin, que un veterano ilustre del teatro en Extremadura y que conoce muy bien el Festival de Mérida, el dramaturgo Manuel Martínez-Mediero Díaz, ponía de manifiesto hace poco en un medio extremeño:

“Todos los teatros del mundo tienen su  fantasma y el Teatro Romano de Mérida no iba a ser una excepción. Bien es verdad que han sido numerosos a lo largo y ancho de su hermosa y menesterosa vida. En el caso actual, su verdadero fantasma es su propio director. Este buen hombre de vez en cuando sale a la palestra y nos da una de cal, contándonos una historia maravillosa, y después otra de cal viva, con el déficit inacabable. Un déficit que se hace a sí mismo, segundo fantasma, mientras ustedes ¿han oído decir algo a la desconocida consejera (de Cultura de la Junta de Extremadura)? Ahí el que se lo guisa y se lo come todo es el señor Cimarro, que al paso que va va a morir en su propio jugo. ¡Qué castigo nos manda el Señor!”

(José Mª Pagador es periodista, escritor y fundador y director de PROPRONews).

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