sábado, 27 abril, 2024
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La brecha salarial empieza en Letizia, un 45% menos

¿Por qué la reina y la reina emérita tienen que ganar mucho menos que sus maridos con parecidas responsabilidades?

Las mujeres españolas ganan de promedio un 23,25% menos que los hombres a igual trabajo, es decir, unos 6.000 euros menos al año que los trabajadores masculinos. Y esto sucede en todos los niveles, desde la reina hasta la última limpiadora. Una situación injusta impropia de un país moderno que hay que resolver cuanto antes.

El rey Felipe tiene un sueldo de 236.544 euros anuales y la reina Letizia de 130.092, es decir, un 45% menos que su marido, bastante más brecha que la diferencia media española. Es decir, la brecha salarial entre hombres y mujeres empieza en nuestro país por la casa real. Puede argüirse para justificar esta diferencia que el titular de la jefatura del Estado es él y que ella es la consorte, pero esto no es del todo exacto dado que la alta representación que ambos ostentan es dual y compartida al mismo nivel, máxime cuando en nuestro sistema constitucional el rey encarna una institución carente de poder ejecutivo, cuya naturaleza es representativa, arbitral y simbólica, tanto para un miembro como para otro de la pareja real. Es más, a la reina se le exige un papel institucional de gran calado que no tiene parangón con el atribuido a la esposa de un presidente de república. Porque mientras un presidente puede ser incluso soltero, sin que eso afecte para nada a la magistratura que desempeña, un rey o una reina tienen forzosamente que casarse como obligación del cargo y tener herederos, a fin de garantizar la continuidad dinástica de la corona.


Las presidentas autonómicas ganan hasta un 56% menos que el presidente de la Generalitat.


NO ES UNA PRIMERA DAMA

Letizia no es una primera dama al uso como la esposa de un presidente republicano, sino que comparte con su marido la primera magistratura del Estado hasta el punto de que, si falleciera Felipe, ella sería la reina regente, con todas las atribuciones y prerrogativas del jefe del Estado, hasta la mayoría de edad de la heredera. Es decir, esa magistratura tiene dos cabezas del mismo nivel, el rey y la reina.

La esposa de un presidente de República es solo cónyuge del jefe del Estado y no se le atribuye ningún papel representativo salvo el que le conceda su esposo. La reina, en cambio, comparte la primera representación del Estado, hasta el punto de que incluso representa a la corona y al rey no por ser su mujer, sino porque es la reina. Es un matiz muy diferente al del papel de las esposas de jefes de Estado republicanos. Por otra parte su doble responsabilidad como esposa de rey y madre de la futura reina confiere una dimensión añadida a su figura y una doble exigencia a su trabajo. Sin contar que por su experiencia laboral y profesional y por su formación como periodista, sin duda desempeña en la intimidad de la casa real una labor añadida de consejo y asesoría en un campo como el de la comunicación y la imagen tan útil para el rey. De hecho, desde su matrimonio con Letizia hemos podido comprobar cómo Felipe ha ido cambiando a mejor su estilo de relación con los medios y con la ciudadanía, mérito que muchos observadores atribuyen a la reina.

REYES JUBILADOS

Tampoco tiene sentido que, una vez jubilados, una reina tan profesional y responsable como Sofía, que en numerosas ocasiones de meteduras de pata de Juan Carlos –por llamarlas piadosamente- ha mantenido en alto la dignidad de la corona, gane un 44% menos que el rey emérito, 106.452 euros ella frente a los 189.228 que gana él; máxime cuando, desde la jubilación, la que más trabaja y más atenta está a las responsabilidades de su exigencia institucional es ella.

Letizia desempeña un papel institucional similar al del rey. RTVE
Letizia desempeña un papel institucional similar al del rey. RTVE

Algo parecido ocurre con los presidentes de comunidades autónomas, entre los que vuelve a ser un hombre, el presidente de la Generalitat, el que más gana (145.470 euros), que percibe un 26% más que la presidenta de Madrid (107.316), un 52% más que la presidenta de Navarra (69.354), un 55% más que la presidenta de Baleares (65.584) y un 56% más que la presidenta de Andalucía (64.446), que entre las presidentas es la que menos gana, aunque también gana más que los presidentes de Cantabria y de Asturias.

De todos modos, la brecha entre los presidentes autonómicos y las presidentas no es significativa, dado que también son numerosos los presidentes que ganan menos que otros homólogos suyos masculinos, lo que pone de manifiesto las arbitrariedades retributivas de la política española a igual función. No es de recibo, por ejemplo, que el presidente de Cataluña, el que goza de mayor salario, gane casi el triple que el de Asturias, el que menos, que también es un hombre.

El ejemplo de la casa real es ilustrativo de la desigualdad que impera en nuestro país a la hora de retribuir a hombres y mujeres por igual trabajo. Una desigualdad que es uno de los caballos de batalla de la huelga feminista del próximo día 8 de marzo.

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