La adjudicación del nuevo contrato del Festival de Teatro Clásico de Mérida, por importe inicial de casi 15 millones de euros para el cuatrienio 2020-2023, que con otros gastos y subvenciones se pondrá finalmente en torno a los 20 millones (3.328 millones de las antiguas pesetas, un pastón), está concedida de antemano por el Consorcio del Patronato del Festival y por la propia Junta de Extremadura, máxima responsable de la gestión cultural y de la decisión final, al actual director-adjudicatario, Jesús Cimarro. Esto es lo que cree el sector teatral, tanto en Extremadura como en Madrid, y esto es lo que se deduce palmariamente de la investigación que hemos realizado durante los últimos meses en este periódico.
Mérida, Madrid.-
Cimarro lleva ya 8 años al frente del Festival y fue también el “creador” y adjudicatario de los llamados “Premios Ceres de Teatro”, un despilfarro inaudito cercano a los 3 millones de euros de gasto directo (más otros gastos no contabilizados en ellos) en solo cuatro noches, como denunciamos en este periódico el 24 de mayo pasado (Premios Ceres: más de tres millones de euros quemados en cuatro noches); un derroche perpetrado para el autobombo de un José Antonio Monago que acababa de ganar la presidencia de la Junta de Extremadura, y para llenar los bolsillos del avispado empresario vasco-madrileño, que hasta ahora se ha llevado de Extremadura una cifra que puede sobrepasar los 10 millones de euros, entre unas cosas y otras.
Una investigación de nuestro periódico encuentra numerosos indicios de que el concurso está teledirigido en favor de Cimarro.
Un equipo de periodistas de PROPRONews viene investigando en Extremadura y en Madrid los avatares del nuevo concurso, ante la sospecha, más que fundada, de que la decisión en favor de Cimarro esté tomada de antemano. De hecho, el 20 de junio pasado publicamos una información sobre el presunto amaño del concurso (Escándalo en el Festival de Mérida: “amañado el contrato (15 millones de euros) en favor de Cimarro”) y cuatro días después, dimos cuenta de la suspensión fulminante de la Mesa de Contratación (Continúa el escándalo: suspensión fulminante de la Mesa de Contratación del Festival de Mérida).
Y ahora, de nuevo, ante las sospechas más que justificadas de que el nuevo contrato cuatrienal esté dado a Cimarro, hemos realizado una investigación exhaustiva, considerando todos los flecos del asunto, y lo que se deduce de ellos es que, al menos antes de la presentación de los recursos por las otras empresas licitantes que consideran parcialidad y favoritismo a Cimarro en las condiciones del concurso, la decisión parecía tomada en ese sentido.
Los muy poderosos indicios que señalan esa dirección, según lo que hemos podido averiguar y contrastar, son los siguientes.
1º).- INTERÉS POPULISTA DE VARA
Por eso le renueva, primero a dedo, en 2015, y luego con concurso público, en 2016, el contrato que le había adjudicado también a dedo José Antonio Monago en 2012. Porque, dado el “éxito” de Cimarro al frente del Festival, con esas cifras de espectadores que él exagera cada año (en 2019, al contrario de lo dicho por él, la cifra de espectadores al Teatro Romano de Mérida ha descendido en 373 por función y la cifra global de espectadores es igualmente falsa, como hemos probado en esta información del pasado día 1 de septiembre: Escandalosa manipulación de las cuentas del Festival de Teatro de Mérida), Vara creía asegurarse el “éxito” político, económico y popular del evento, después del desastre organizativo, económico y de imagen que representó el Festival bajo su propia responsabilidad, en la etapa anterior a la victoria electoral de Monago. Hay, pues, un interés populista de Vara en el asunto.
2º).- VARA SE LO DIO A DEDO A CIMARRO EN 2015
Tras las elecciones autonómicas del 24 de mayo de 2015, Vara se hizo de nuevo con la presidencia de la Junta de Extremadura merced al apoyo de Podemos, que votó a su favor. Dado el tiempo en que se movía y que la edición de ese año del Festival de Mérida se inauguraría algo más de un mes después, Vara mantuvo a la empresa Pentación como gestora y organizadora de la muestra, y a Cimarro al frente como director, a pesar de conocer plenamente los detalles de la irregular adjudicación a dedo en 2012, tanto del Festival como de las galas Ceres, y del enorme despilfarro de dinero público que eso supuso. “Y al año que viene hablamos”, dijo.
Vara anunció en 2016 que Cimarro se presentaría al concurso y dijo públicamente que “ojalá lo gane”
3º).- EL CONCURSO DE 2016 CONVOCADO POR VARA, SOSPECHOSO TAMBIÉN
Según un testigo presencial del concurso en 2016, “Vara parecía preocupado por las apariencias, por lo que pensaría que lo mejor para cubrir determinados puestos de responsabilidad era la convocatoria de concursos, entre ellos, el del Festival de Mérida. El 26 de febrero de 2016 convocó en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) (http://doe.gobex.es/pdfs/doe/2016/390o/16080259.pdf) un concurso para la “Dirección, organización, programación, realización artística y técnica, gestión, ejecución y liquidación de todas las actividades a realizar para la celebración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida”. Concurso complejo, dada la complejidad de lo que se exigía para una muestra tan complicada en su organización y desarrollo. Es de suponer, pues, que las posibles empresas optantes precisarían de un considerable período de reflexión, estudio y consultas para saber, primero, si era de su interés presentarse, y segundo, para ejecutar el informe y la oferta requeridos por el concurso. Pero Vara optó por conceder 14 días hábiles a los posibles candidatos, ¡solo 14 días!
La organización de cada edición del Festival de Mérida es ardua y muy complicada. La programación artística, aún más, pues requiere muchos meses de gestiones y negociaciones con productoras, equipos técnicos y elencos artísticos. Ello sin olvidar la financiación de los montajes, que suele ser compartida por el Festival con otras instituciones.
¿Podemos creer que el 26 de febrero de 2016, fecha en la que se hace público el concurso, el señor Jesús Cimarro no estaba ni se le esperaba para la edición de aquel año? Porque si se convocaba un concurso público sería porque ni estaba ni se le espera, al menos todavía, ¿o no?
Habría que dar por bueno que así se lo creía Vara, pues de lo contrario…
¿Pero puede creerse que el 14 de marzo, a las 14 horas (cierre de plazo del concurso), la edición del Festival correspondiente a 2016, que comenzaría algo más de tres meses después, todavía no contaba con un proyecto de programación artística? Eso es imposible de creer. Y, naturalmente, quien se encargaría de ese proyecto de programación, mucho antes de la adjudicación del concurso, no podía ser otro que Jesús Cimarro.
Prueba de ello es que sólo 29 días después de que se cerrase el plazo del concurso y tan sólo 13 días más tarde de que el consorcio del Festival ratificase a Pentación como ganadora, Jesús Cimarro y Fernández Vara presentaron oficialmente la programación de la 62ª edición correspondiente a 2016. ¡13 días¡ Lo hicieron rodeados de miembros del consorcio y de gran parte de los equipos técnico y artístico de aquella edición. Equipos que, según nos quisieron hacer creer, se habían formado y conjuntado en menos de un mes desde el fallo del concurso adjudicado a Pentación. Como el concurso se falló y adjudicó el 18 de marzo -según texto oficial- sucedería que Jesús Cimarro habría contado con 19 días hábiles para elaborar (a partir de cero, por supuesto) y presentar oficialmente la programación. Algo imposible de creer para los que hemos trabajado en el Festival año tras año, durante muchas ediciones”.
De esta forma, Pentación se hizo otra vez con el Festival para 2016-2019. Las fechas y el escasísimo tiempo con que Cimarro pudo organizar la edición de 2016 son indicio claro de que lo tenía todo programado de antemano y que el concurso estaba teledirigido para él.
4º).- AMISTAD MANIFIESTA DEL PRESIDENTE CON CIMARRO
La jurisprudencia determina que la enemistad manifiesta de los responsables de un concurso público con alguno de los licitantes u opositores es causa de nulidad de dicho concurso y además puede tener consecuencias penales. Así acaba de dictaminarlo, por ejemplo, el Tribunal Supremo, en un caso, además, que atañe precisamente a la Junta de Extremadura bajo el mandato del señor Vara. Los jueces acaban de anular una oposición de profesorado de la Junta en el año 2010, por la enemistad manifiesta de la presidenta del tribunal contra uno de los opositores, que quedó fuera. Esta mujer ha sido condenada también a 2 años de prisión y 12 de inhabilitación y ha perdido su condición de funcionaria. La sentencia obliga a repetir ahora la oposición: La Junta busca fecha para repetir el examen de una oposición de 2010, en salvaguarda de los derechos del opositor que quedó fuera.
Pues bien, sensu contrario, la amistad manifiesta puede ser causa asimismo de la nulidad de un concurso, según fuentes jurídicas solventes consultadas por este periódico. Y aquí es palmaria la amistad que une a los máximos responsables del concurso del Festival con el señor Cimarro.
La amistad del presidente de la Junta y del director-gerente del Consorcio con Cimarro “es manifiesta”.
En primer lugar, el presidente de la Junta de Extremadura mantiene una conocida amistad con el empresario teatral. Se pueden aducir numerosas pruebas de ello, pero basta una sola para dar idea de la parcialidad en favor de Cimarro con la que Vara se ha manifestado siempre. Así, el 26 de febrero de 2016, es decir, el mismo día que se publicaba en el DOE la convocatoria (http://doe.gobex.es/pdfs/doe/2016/390o/16080259.pdf), el presidente de la Junta de Extremadura declaraba públicamente que Jesús Cimarro se iba a presentar al concurso (¡cómo podía saberlo si no se lo había dicho él?), y no solo eso, además dijo que “ojalá que quien lo gane sea Cimarro. Es una suerte poder tener a un responsable del Festival como él”: Fernández Vara afirma que Jesús Cimarro se presentará al concurso para continuar con la dirección del Festival de Mérida. En ese momento Vara terminó de perder la mínima imparcialidad y neutralidad exigible en el máximo dirigente de una institución que va a adjudicar un contrato entre varios licitantes, al decantarse tan claramente por uno de ellos. Y, por supuesto, Cimarro, como era de esperar, ganó el concurso (http://doe.gobex.es/pdfs/doe/2016/980o/16080648.pdf).
Posteriormente Vara ha vuelto a poner de manifiesto públicamente su amistad con Cimarro, al asegurar, en la presentación del balance del Festival de este año, que la gestión del empresario raya en la “excelencia”, cuando ha quedado probado que ha ocurrido todo lo contrario (ver enlaces al final de esta información).
5º).- AMISTAD MANIFIESTA DEL GERENTE CON CIMARRO
Lo mismo puede decirse de Pedro Blanco Vivas, director-gerente del Consorcio del Patronato del Festival. Cimarro y él son uña y carne desde el mismo mes de 2012 en que fueron nombrados por Monago, uno como director-gerente de la institución y el otro como adjudicatario-director, a dedo, del Festival.
La amistad entre uno y otro, forjada a lo largo de estos últimos 8 años es manifiesta. “No hay detalle de organización, previsión o cambio que el señor Cimarro no conozca de inmediato por boca de Pedro Blanco”, dice una fuente cercana al Patronato. Aparte de la frecuente y estrecha relación cotidiana por razón de sus responsabilidades y tareas en torno al Festival, son también numerosas las actividades y actos sociales que ambos protagonizan constantemente en diferentes lugares de España y en terceros países, lo que les facilita frecuentes viajes y convivencia. Si el lector siente curiosidad, solo tiene que escribir los nombres de ambos en un buscador de Internet y enseguida aparecerán noticias e imágenes de viajes de los dos por España y Europa, viajes en los que participan a veces también el alcalde de Mérida, que es miembro del Patronato del Festival, y algún alto cargo de la Consejería de Cultura. Es decir, con dinero público (no queremos ni pensar que sean invitaciones de Cimarro) no solo viajan el director del Festival y el representante de la Consejería, sino, además, un funcionario como el director-gerente, cuya presencia no hace ninguna falta en tales periplos, pues la representación institucional ya está lo suficientemente cubierta.
Por citar algunos de estos viajes, en abril de 2016 asisten juntos, con la secretaria general de Cultura de la Junta, Miriam García Cabezas, en Wroclaw (Polonia) a la asamblea general de la Asociación Europea de Festivales, a la que se incorporó el Festival El Festival de Mérida se incorpora a la Red Europea de Festivales. ¿Tenían que ir los tres?
Hay cláusulas en el nuevo concurso claramente favorables a Cimarro.
En mayo de 2017 van a Wiesbaden (Alemania) otra vez los tres, por la concesión de la etiqueta de calidad EFFE al Festival emeritense El Festival de Mérida luce desde este jueves el sello europeo EFFE. ¿Tenían que ir de nuevo los tres, a costa del contribuyente?
En junio de 2018 Cimarro y Blanco asisten juntos a la presentación del 64º Festival en Bruselas (Bélgica), junto con la consejera de Cultura, Leire Iglesias y el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna La Oficina de Extremadura en Bruselas es el apoyo de las entidades extremeñas en Europa.
En noviembre de 2018 asisten Cimarro y Blanco en Bruselas (Bélgica) a un acto por haber quedado el Festival de Mérida finalista (simplemente finalista), en los premios PEARLE https://twitter.com/pblanco66/status/1065685132571541505.
Son solo algunos ejemplos del grado de convivencia y camaradería que une a ambos, y que se manifiesta, por ejemplo, cuando un periodista quiere indagar en el Consorcio sobre cuestiones que afectan a Cimarro. Así, el periodista que firma esta información solicitó hace semanas al director-gerente del Consorcio, señor Blanco Vivas, en diferentes correos electrónicos remitidos a dicho organismo, información sobre el nuevo concurso y otros extremos que benefician claramente al señor Cimarro, y la vergonzosa respuesta final de Blanco, a pesar de estar nuestro periódico y mi persona suficientemente identificados y acreditados ante el Consorcio y ante la Junta de Extremadura -que conocen perfectamente la labor que desarrollamos desde hace más de 50 años-, fue esta: “¿Me preguntan Vds. como empresa interesada en el procedimiento de licitación 1/2019? Si es así, por favor, facilítenme denominación completa de la Empresa, y CIF”. A lo que respondimos preguntando si se estaba riendo de nosotros.
6º).- CLÁUSULAS NETAMENTE FAVORABLES A CIMARRO
El pliego de condiciones del nuevo concurso para la adjudicación del Festival durante el cuatrienio 2020-2023, actualmente paralizado por los recursos de otras dos empresas licitantes, contiene cláusulas claramente favorables a Cimarro, entre ellas la que impone que “el volumen de negocio que determinará la aptitud del licitador para participar en el procedimiento, será aquel que se comprenda dentro del objeto del contrato en toda su extensión: la dirección, producción, programación, realización artística y técnica, gestión, comunicación, ejecución y liquidación de todas las actividades de UN FESTIVAL DE TEATRO CLÁSICO DESARROLLADO EN UN RECINTO MONUMENTAL”. Dado que Cimarro es el único que ha desarrollado estas “actividades de un Festival de Teatro Clásico desarrollado en un recinto monumental” -condición que, por cierto, no se le exigió cuando se le entregó el Festival a dedo en 2012 y en 2015, ni en el concurso de 2016- es evidente la ventaja con que parte frente a sus otros dos competidores.
Naturalmente, esta cláusula ha sido “enmendada” en el nuevo pliego de condiciones del concurso, pero ha sido sustituida por otra que prácticamente significa lo mismo y que incluso es peor, dado que valora la experiencia en la temática de los espectáculos representados en Mérida durante los últimos 8 años, condición que nadie más que Cimarro cumple (con la ventaja añadida de que solo él tendría accesibles los derechos de autor de dichas obras, por razones obvias). Por esta cláusula se otorgan 10 puntos en el conjunto de la evaluación de 100, es decir, nada menos que el 10 % del total, una ventaja insalvable para los demás, porque en este tipo de competencias el ganador suele lograr el contrato por una diferencia mínima de pocos puntos e incluso de décimas de punto.
7º).- ESCANDALOSO CAMBIO DE LAS REGLAS DE JUEGO
Los cambios del criterio de adjudicación introducidos ahora elevan todavía más las sospechas de amaño. Las reglas del juego han sido modificadas de manera escandalosa entre las convocatorias de 2016 y la actual. En 2016 el peso mayor del concurso, 60 puntos de 100, se dio a la oferta económica, que es prácticamente la única condición absolutamente objetiva, y los otros 40 puntos se “repartían, a partes iguales, entre otros criterios cuantificables”, como consta en esta reciente información del diario HOY de Extremadura El Consorcio pagará un 30% más por la gestión del Festival de Mérida. En la actualidad, como también recoge dicha información, “la oferta económica se pondera con 33 puntos de 100; los criterios que dependen de juicio de valor alcanzan los 49 puntos, y los definidos como otros aspectos cuantificables se quedan en 18.” Es decir, la oferta económica, en la que Cimarro puede quedar descolgado, pierde prácticamente la mitad de sus puntos, en beneficio de los “juicios de valor” (beneficiosos para él, dado todo lo expuesto aquí), que llegan casi a 50.
El escandaloso cambio de las reglas de juego entre el concurso de 2016 y el de 2019 solo beneficia a Cimarro.
En 2016 Cimarro/Pentación quedó segundo en la oferta económica -como también señala la información de HOY-, por debajo de otra empresa licitante y solo ganó por 3 puntos de diferencia en la valoración subjetiva; de modo que ahora, que la oferta económica pierde nada menos que 27 puntos, y que se dan 10 puntos a la posibilidad de repetir espectáculos similares a los de los últimos 8 años en el Festival de Mérida, experiencia que solo él tiene, ¿hay razones, o no, para pensar que vuelve a haber pucherazo?
8º).- LA AUTOMEDALLA
Otro indicio es la concesión de la Medalla de Extremadura al Festival de Mérida, precisamente cuando Cimarro ostenta la dirección, y habiendo él hecho público de inmediato un obsceno comunicado agradeciendo el galardón y apropiándoselo tácitamente. Véase dicho comunicado en esta información que publicamos el pasado 3 de agosto Medalla de Extremadura: lo ridículo de premiarse a uno mismo. Ese texto es otro indicio de que Cimarro cree que va a ganar el nuevo concurso.
9º).- EL AUMENTO DE LA CUANTÍA DE LA LICITACIÓN
Pocos son en el mundo del teatro extremeño y español los que ignoran que a Cimarro le mueve sobre todo el éxito fácil y el beneficio económico. De hecho, su gran negocio con las galas Ceres (3 millones de euros en cuatro noches) prueba su capacidad para hacer caja. Y este año, cuando todavía no se conocían los recursos contra el concurso actual, la Junta de Extremadura hacía público que la licitación sube de 3,47 millones de euros (2016) a 5,93 millones, es decir, 2,46 millones más, o sea, nada menos que un aumento del 71 %, y eso, como señalan, extrañadas, fuentes solventes del sector, “cuando dicen que el Festival tiene superávit, por lo que no sería necesario en ningún caso aumentar el coste en dinero público y menos en una región pobre como Extremadura”. La inexplicable subida la recoge el diario HOY en la información citada (El Consorcio pagará un 30% más por la gestión del Festival de Mérida), aunque el cálculo del aumento porcentual que efectúa el periodista firmante de la misma es manifiestamente erróneo.
¿Estaba pensado ese aumento, pues, para otra empresa que no fuese la del señor Cimarro?
LOS RECURSOS PUEDEN PROSPERAR
Una de las empresas recurrentes del concurso de Mérida consiguió que se considerasen sus derechos en otro caso análogo, el Festival de Teatro Clásico de Alcántara, que este año ha sido suspendido por primera vez en su historia, a causa de las irregularidades de su convocatoria. Propronews lo anunció el 19 de julio (El Festival de Teatro Clásico de Alcántara, en el aire). Y después los hechos confirmaron nuestro pronóstico (La cancelación del Festival de Teatro de Alcántara solo es imputable al ayuntamiento). Y luego está la sentencia del Tribunal Supremo en el caso de la oposición de profesorado que hemos comentado más arriba. Todo ello indica que el organismo que fallará los recursos deberá andarse con mucho cuidado en esta ocasión.
Las dos empresas licitantes que tienen recurrido el concurso de adjudicación del Festival de Mérida para el nuevo cuatrienio, dadas las flagrantes ventajas para Cimarro contenidas en el pliego de condiciones, han conseguido paralizar la Mesa de Contratación y suspender el concurso, que, a la espera de la resolución correspondiente de la Comisión Jurídica de Extremadura, está a la espera de una nueva convocatoria.
Fuentes jurídicas y legales consultadas son de la opinión que las empresas recurrentes tienen todas las posibilidades de ganar definitivamente los recursos. Lo que ocurre es que, si el concurso está, como parece, dado de antemano a Cimarro, será difícil que gane otro. Pero entonces, agotada la vía administrativa, se abrirán nuevas opciones judiciales, incluida la vía penal. Y, por lo que sabemos, las dos empresas recurrentes, que disponen de prestigioso asesoramiento jurídico, tienen la intención de llegar hasta el final, cueste lo que cueste.
(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).
SOBRE EL AUTOR
José Mª Pagador y Rosa Puch, casi 100 años de periodismo
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