El truco era evidente, salvo para quienes no lo quieran ver: se redacta un pliego de condiciones técnicas y artísticas (prueba subjetiva mediante “juicio de valor”) hecho a la medida de Jesús Cimarro, con condiciones que solo él puede cumplir, y se le puntúa con generosidad en este apartado mientras se penaliza arbitrariamente a su competidor, de modo que la diferencia de puntos a favor del primero contrarreste cualquier “sorpresa” en las ofertas económicas (prueba objetiva imposible de manipular). Es justo lo que acaba de ocurrir una vez más. Ayer, el Patronato del Festival de Mérida volvió a dar ganador a Cimarro, a pesar de que su propuesta, sin ser mejor, es un millón de euros más cara. Ahora, los tribunales tienen la palabra.
Mérida.-
Tal como está “diseñado” el concurso, es imposible que ningún empresario teatral ni ningún director teatral de España o del mundo, por buenos que sean y por excelentes que sean sus proyectos y sus ofertas económicas, puedan ganarle a Cimarro en Mérida. El pliego de condiciones técnicas y artísticas del concurso es un traje hecho a la medida del mismo de siempre. Con el nuevo concurso para 2021-2024, si la Justicia no toma cartas en el asunto, serán ya trece años de explotación del Festival de Teatro Clásico de Mérida -con todas las regalías derivadas- por parte del mismo empresario, un negocio privado multimillonario en detrimento del interés público de Extremadura, con unos pingües beneficios para el de siempre, que además ha convertido el Festival en un evento populachero y, salvo excepciones, carente de la calidad y el nivel exigibles en una actividad cultural de primera categoría.
LO ANUNCIAMOS HACE MESES
El 25 de agosto de 2020, es decir, ocho meses antes de la decisión definitiva del nuevo concurso, que se hizo pública ayer, este periódico pronosticó lo que acaba de suceder: “Cimarro también explotará el Festival de Mérida en el período 2021-2024”. Es lo mismo que venimos anunciando desde hace años. Y no es porque tengamos el don de la profecía. Es porque el amaño sistemático del pliego de condiciones a la medida de Cimarro así lo determinaba. Eso y la desigual e injusta puntuación otorgada por los tres “expertos”, vinculados de manera directa o indirecta con la Junta de Extremadura y el Consorcio del Festival, ha hecho el resto. Da igual que haya una oferta que mejora económicamente la de Cimarro en más de un millón de euros (que como mínimo se ahorraría Extremadura en el cuatrienio); da igual que las burdas maniobras del gerente para evitar a toda costa la concurrencia del último competidor frente a Cimarro fueran sistemáticamente anuladas por la Comisión Jurídica de Extremadura; da igual que esta sensación de escandaloso favoritismo hacia un empresario teatral, que aseguró en 2016 que ya sabía que le iban a dar el concurso a él, se haya extendido -para vergüenza de Extremadura- por todo el mundillo teatral extremeño y español. Todo eso da igual.
La UTE de SEDA va a llevar el asunto a la Comisión Jurídica de Extremadura y a los tribunales ordinarios.
Aquí lo que importaba es lo que al final han conseguido los mismos de siempre para el mismo de siempre. Es decir, que Cimarro siga siendo el beneficiario del pingüe negocio de la explotación del Festival de Mérida, tanto en su provecho inmediato en Extremadura (un beneficio directo de más de un millón de euros al año para él), como en su lucro posterior, primero llevando a los teatros del señor Cimarro en Madrid espectáculos producidos con el dinero de los extremeños y quedándose él con la taquilla limpia; segundo percibiendo la subvención anual que, encima, la Junta de Extremadura le concede para ese fin que llaman “extensión del Festival de Mérida en Madrid” y que no es más que una extensión del negocio cimarrino; y tercero, girando por los escenarios de España estas obras cuya producción ha corrido a cargo del Festival emeritense, para lo cual, Cimarro suele desaprovechar ladinamente el marco majestuoso del teatro romano, montando espectáculos con unos pocos personajes, a fin de que luego le quepan en sus teatritos madrileños y en los demás de las giras.
EL PRESIDENTE LO SABE
Todo esto lo sabe el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, lo saben los miembros del Consorcio y del Patronato, sus representantes institucionales y funcionarios adscritos, y lo saben los profesionales del teatro de Extremadura y de España, para escándalo y vergüenza de todos. Pero así seguimos, para escarnio de Extremadura y de la cultura en esta región. Y lo más gordo es que nadie dice nada ni realiza la menor crítica en público -aunque hay que oír los comentarios en privado que nos llegan de unos y otros-; unos, los aspirantes a representar en el Festival, callan porque esperan las migajas de Cimarro, no sea que el señor se moleste y les deje fuera de la programación o no vuelva a contar con ellos nunca más; y los otros se convierten en las voces de su amo, porque la publicidad, las subvenciones y los favores institucionales hacen el milagro de cercenar todo espíritu crítico, para vergüenza de tantos profesionales.
Tal como está “diseñado” el concurso, es imposible que ni el mejor director ni el mejor empresario teatral del mundo puedan ganarle a Cimarro.
Ayer, después de otra sospechosa semana completa de demora para un Festival que tiene ya el tiempo en contra, la Junta de Extremadura que preside el señor Fernández Vara -el mismo presidente que en 2015 ofreció a dedo a Cimarro una continuidad que este aceptó (https://www.elperiodicoextremadura.com/cultura/2015/09/02/festival-teatro-merida-atrajo-cerca-44497186.html), y que en 2016, advertido de la irregularidad, sacó a concurso el contrato pero diciendo que a él le gustaría que lo ganase Cimarro (https://www.eldiario.es/extremadura/festival-merida-jesus-cimarro-vara_1_4136292.html), lo que ya corroboró luego el susodicho con aquella significativa declaración del verano de 2016 diciendo que “ya lo sabía” (“Ya lo sabía”: Cimarro admite amaño en el concurso del Festival de Mérida 2016) anunció públicamente -como no podía ser de otra manera y como esperábamos los que estamos al tanto del tejemaneje desde el principio- que dicho empresario volvía a alzarse de nuevo con el santo y la limosna.
DEDAZOS E IRREGULARIDADES
A Cimarro se le dio a dedo el Festival durante los cuatro primeros años de su enchufe en Extremadura (2012 a 2015) y se le volvió a dar a dedo en septiembre de 2019 el de 2020, porque la Junta dijo que no había tiempo (cuando en 2016 el concurso se convocó en febrero de ese año y se falló semanas después, y cuando ahora el concurso está pendiente de recurso de la empresa perjudicada a solo un par de meses del comienzo del Festival). Es decir, de los nueve años que lleva explotando el Festival, más de la mitad se le ha adjudicado el contrato a dedo y, de los otros cuatro, queda la sospecha de un favoritismo que no puede ser más claro en la convocatoria que acaba de fallarse para otros cuatro años más. Con esto serán trece años ininterrumpidos de Cimarro al frente de un Festival convertido en su negocio particular sin competencia posible, y, lo que es más llamativo, en una región gobernada por un partido socialista.
Así pues, o a dedo o con trampas, Cimarro, tras adjudicarse el nuevo cuatrienio 2021-2024 (aunque hay que esperar a ver qué dicen la Comisión Jurídica de Extremadura y la Justicia), se eterniza en una racha millonaria de trece años, a costa del erario público extremeño, como si Extremadura no fuese capaz de gestionar desde lo público un Festival como este y como si en España no hubiese ninguna otra empresa capacitada para realizarlo.
Cimarro dice que en un mes tendrá la programación, nueva prueba de que sabía de antemano que le iban a dar el contrato a él, porque es imposible programar, contratar y ensayar en ese tiempo.
Y como Cimarro sabía que le iban a dar el concurso -aunque se haga el tonto ante los incautos que prestan oídos a sus protestas de que se marcha, de que es el último año -lo dijo en 2020-, de que está cansado y se marcha porque “ya ha cumplido su misión con Mérida y él tiene mucho trabajo en Madrid” como ha repetido en 2021-, pues hace meses que tenía contratada la programación de esta edición, como desvelamos el pasado día 8 de febrero (“Cimarro tiene ultimada la programación del Festival de Mérida 2021 sin haber ganado el concurso”) y como él mismo dice hoy en la acrítica prensa local, “en un mes tendré la programación”, como si eso fuese posible de no saber de antemano que sería “el elegido”.
RETRASOS Y CULPAS
Ahora se abren, desde hoy, 13 de abril, quince días hábiles para el recurso que el otro licitante perjudicado, la UTE de SEDA, ya ha anunciado que va a interponer ante la Comisión Jurídica de Extremadura, según ha informado a nuestro periódico su responsable, Lope García Tamarit, lo cual nos lleva al día 3 de mayo. Después transcurrirá un número similar de días hasta que haya un fallo de la Comisión. Este fallo, entre otras posibles opciones, puede considerar probada la desigualdad de trato a uno y otro licitante y dar por ganadora a la UTE de SEDA, o puede anular el concurso en vista de las numerosas irregularidades -por llamarlas piadosamente- e instar a que se convoque uno nuevo con todas las garantías. Esto podría suponer, de facto, la cancelación del Festival de este año.
En todo caso, si la UTE de SEDA perdiera en la Comisión Jurídica de Extremadura, el señor García Tamarit confirma a este periódico que interpondría la acción penal con todas sus consecuencias, abarcando todo lo acontecido entre 2016 -incluido el “ya lo sabía” que dijo Cimarro, refiriéndose sin duda a que se supo ganador desde antes del concurso de aquel año- y la actualidad.
En cualquier caso, si debido a este cúmulo de irregularidades el Festival sufre finalmente el retraso postrero que ponga en peligro su realización, “las culpas de tal desastre no se me podrán echar a mí, que lo único que he hecho es defender la limpieza del procedimiento, defender mis derechos y defender también el dinero público de los extremeños, sino a quienes han cometido todas estas irregularidades y arbitrariedades”, dice Lope García Tamarit.
OFERTA DE ENTREVISTA A JESÚS CIMARRO.
Con fecha 22 de marzo hemos enviado a D. Jesús Cimarro desde PROPRONews el siguiente correo electrónico, proponiéndole la realización de una entrevista:
“Don Jesús,
a través de nuestro común amigo E. L., le he hecho llegar mi ofrecimiento de realizarle una entrevista en la que diga todo lo que desee sobre los asuntos de su participación en el Festival de Mérida, incluidas sus críticas hacia mí o mi trabajo de periodista, ya que usted se atreve a llamarme Cobrador ante terceros, en un claro intento denigratorio de mi persona. Si yo tuviera el apellido que tiene usted, me cuidaría mucho de “bromear” con el de otros.
Me gustaría darle la oportunidad de que conteste a mis preguntas, incluyendo la cuestión de cuándo he cobrado yo nada, cuánto, de quién y a cambio de qué, en relación con mi ejercicio libre e independiente del periodismo.
Desde su llegada al Festival de Mérida en 2012, con la presuntamente delictiva adjudicación a dedo de las cuatro primeras ediciones del Festival y de los carísimos premios Ceres (posibles prevaricación y malversación de fondos públicos, por lo menos), vengo intentando que los responsables políticos y usted, en un ejercicio de mínima transparencia, me den su versión de los hechos, sin haberlo conseguido hasta ahora.
Le garantizo que si en lugar de ser usted el beneficiario de todas estas irregularidades, lo fueran otros empresarios, yo estaría actuando exactamente de la misma manera. En mi profesión no tengo “amigos”, como usted dice con malignidad, relacionándome con sus competidores, a quienes tampoco conozco ni he visto en mi vida.
Yo no le conozco ni tengo nada contra usted en lo personal, pero comprenderá que tengo que hacer mi trabajo y que lo suyo en el Festival de Mérida no huele bien desde el principio.
Vuelvo a reiterarle mi oferta de hacerle una entrevista sobre todas estas cuestiones y aquellas otras que usted proponga, con el compromiso aquí escrito de que publicaré íntegramente sus respuestas. Dígame día y hora y le llamo al teléfono de Pentación.
¡Ande, sea valiente y transparente y acepte mi propuesta! Créame que no me mueve otro motivo que el de conocer la verdad y transmitirla a los lectores.
Gracias por su atención y saludos,
José Mª Pagador/Periodista.”
Han pasado ya veintitrés días y no hemos recibido respuesta.
(NOTA: Nos hubiese gustado contrastar esta información con la Junta de Extremadura, con el Consorcio del Festival de Mérida y con el señor Cimarro, pero todos los numerosos requerimientos que hemos realizado hasta ahora a dichas instituciones y personas, tanto telefónicamente como por correo electrónico o por whatsapp, solo han tenido como respuesta el silencio, de modo que no podemos seguir perdiendo tiempo intentándolo de nuevo. No obstante, estamos abiertos a cualquier rectificación fundada que se nos quiera hacer, si en esta información hay errores, omisiones o juicios de valor incorrectos).
(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).
SOBRE EL AUTOR
José Mª Pagador y Rosa Puch, 100 años de periodismo
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