martes, 19 marzo, 2024
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Un evocador recorrido por el Egipto eterno

El primer crucero por el río Nilo te hace recordar a Joseph Conrad, el gran autor de El corazón de las tinieblas. Partimos desde lo que fue la Antigua Tebas a visitar la necrópolis del Valle de los Reyes. Después, los templos de Luxor y Karnak, unidos por la Avenida de las Esfinges, completaron la jornada. Más tarde, navegamos hacia Esna y, tras el cruce de la esclusa, nos dirigimos a Edfú, donde vimos el templo dedicado al dios Horus, el segundo más grande del país y uno de los que mejor se conservan. Así empieza este recorrido por el Egipto eterno de un veterano viajero y reconocido intelectual y activista medioambiental.

Egipto.-

Un grupo de amigos, casi todos jubilados, de Villanueva de la Serena y de Don Benito nos hemos embarcado en la aventura de un viaje a Egipto, magistralmente organizado por Halcón Viajes. Además, estuvimos acompañados por una guía excepcional, María Arenas, quien, desde que llegamos a Luxor, lo tenía todo previsto junto con dos guías nativos, igualmente excelentes, Abdel y Sayed, quienes convirtieron nuestro periplo en una maravilla.

Templo de Ramses II, en Abu Simbel
Templo de Ramses II, en Abu Simbel

El primer crucero por el río Nilo te hace recordar a Joseph Conrad, el gran autor de El corazón de las tinieblas. Partimos desde lo que fue la Antigua Tebas a visitar la necrópolis del Valle de los Reyes. Después, los templos de Luxor y Karnak, unidos por la Avenida de las Esfinges, completaron la jornada. Más tarde, navegamos hacia Esna y, tras el cruce de la esclusa, nos dirigimos a Edfú, donde vimos el templo dedicado al dios Horus, el segundo más grande de Egipto y uno de los que mejor se conservan. Luego continuamos la navegación hasta Kom Ombo a ver más templos, en especial el dedicado a los dioses Sobek (el dios cocodrilo de la fertilidad) y Haroeris (Horus el Viejo), considerado el iniciador de la civilización egipcia y dios del cielo, la guerra y la caza. Proseguimos la navegación hasta Asuán y, tras el desayuno a bordo y algunas excursiones con nuestros guías, tomamos por la tarde el vuelo a El Cairo. Así pues, nos despedimos de nuestro maravilloso barco-hotel para acceder a un gran hotel en el que todo es mucho mejor…

Por la mañana visitamos la explanada de las pirámides, la Necrópolis de Guiza (la mayor del Antiguo Egipto) y después, el Valle de Kefrén, intacto por haber estado cubierto de arena hasta el siglo XIX. Junto al templo, la Gran Esfinge, de unos 20 metros de altura y 57 de longitud. Terminamos comiendo en un restaurante local.

Bazar de Khan el Khailili.
Bazar de Khan el Khailili.

SAQQARA

Después vendría Saqqara, en la ribera occidental del Nilo, y la necrópolis de la antigua ciudad de Menfis y la pirámide escalonada de Zoser, erigida por Imhotep, el primer arquitecto conocido de la historia; en su época fue la construcción más elevada del mundo y el prototipo de las siguientes pirámides egipcias. Admiramos también la preciosa tumba de Kagemni, uno de los chatys (visires) de la sexta dinastía y gobernador de Menfis, que contiene algunos de los relieves policromados más bonitos del Imperio Antiguo. Seguidamente, fuimos a la Pirámide de Teti, cuyas cámaras y corredores están muy bien conservados, y terminamos la jornada con la visita a la mastaba de Ptahhotep, escriba que ejerció como administrador y chaty durante la quinta dinastía. A nuestro regreso al hotel de cinco estrellas, pudimos presenciar la celebración una boda y quedamos encantados tanto con su ritual como con la música a base de percusión y su danza y una especie de flauta que nos atrajo poderosamente.

Mezquita de Mohamed Alí, más conocida como Mezquita de alabastro.
Mezquita de Mohamed Alí, más conocida como Mezquita de alabastro.

El séptimo día, el último de nuestro itinerario, visitamos la mezquita de Ibn Tulum, la más antigua de El Cairo, así como el enigmático Museo Egipcio de Antigüedades, inaugurado en 1902 y conformado por más de 136.000 piezas de diferentes épocas de la historia de ese país.

Paseando entre las callejuelas de esta ciudad descubrimos la Iglesia de San Sergio, construida sobre la cueva en la que, según la tradición, se refugió la Sagrada Familia en su huida de Herodes. Por la tarde visitamos el Museo de la Civilización Egipcia (NIMEC), que expone una colección de todos los períodos históricos del país, que da a conocer a fondo su cultura, desde la prehistoria hasta la actualidad, pasando por los períodos arcaico, faraónico, grecorromano, copto, medieval, islámico, moderno y contemporáneo.

Árbol del sándalo a orillas del Nilo.
Árbol del sándalo a orillas del Nilo.

El programa de visitas lo terminamos en el bullicioso Bazar de Khan el Khailili, fundado en 1382, un inmenso zoco de estrechas callejuelas con miles de tiendas atestadas de mercancías, calles rebosantes de gente, mesas a la puerta de los cafés y pequeños talleres de artesanos.

Concluimos la jornada con una noche cairota en un barco en el mítico Nilo, donde disfrutamos de una cena con un espectáculo típico, para despedirnos de la ciudad.

Uno de los problemas del viajero en Egipto es la masificación turística.
Uno de los problemas del viajero en Egipto es la masificación turística.

EL CAIRO, CIUDAD MONSTRUOSA

Tras el relato más o menos cronológico del viaje, quiero terminar con algunas observaciones del viajero, por si son de utilidad para los lectores y acompañantes.

Está fuera de toda duda la riqueza histórica, cultural, monumental y artística de Egipto, el país que acabo de visitar, y que atrae, como es lógico, a un turismo cada día mayor.

Dentro de la amabilidad de su gente, hemos podido observar cosas muy dispares: primero, la aberración de una conurbación monstruosa (veintidós millones de habitantes en la ciudad de El Cairo) que, aunque disponga de zonas más o menos modernas, en conjunto es un urbanismo salvaje el que rodea a esa enorme ciudad. No sé si llegará a un 10 % ciento el nivel de habitantes más o menos enriquecidos, y tal vez a un 20 % el de una clase media baja, para entendernos. El resto de la población vive en un nivel de carencias y pobreza que salta a la vista en cuanto llegas, y a ratos, algunas de esas personas te persiguen queriendo venderte cualquier tipo de mercancía.

La planificación urbana brilla por su ausencia y hasta en el mismo centro hay niveles de hacinamiento constructivo que en la periferia cobran caracteres que recuerdan a los de ciudades monstruosas como, por poner un ejemplo, São Paulo en Brasil. La vida para mucha de esta gente debe de ser un infierno. Parece ser la herencia que ha recibido de ese colonialismo inglés que ha ido dejando estados de barbarie allá por donde ha pasado.

Una civilización milenaria, con muchos secretos aún por descubrir.
Una civilización milenaria, con muchos secretos aún por descubrir.

HIRIENTE CARENCIA DE INFRAESTRUCTURAS

La carencia de infraestructuras salta a la vista, y la más hiriente es la que puede observarse en el Nilo, por donde circulan a diario más de 200 cruceros sin la menor garantía de depuración a fin de que respeten la memoria y conservación del río más largo del mundo y que tantas páginas ha ocupado en la historia y la literatura universal. Asimismo, en los suburbios los residuos conviven con una agricultura “verde”, en la que la alfalfa y los cereales son la base alimentaria para los animales de tracción; el resto son hortícolas, para consumo humano, cuyo depósito de agua es el propio Nilo, con un agotamiento cada día mayor. Parece que la fiebre del agua está generalizada en todas partes… Además, la primera recomendación que nos hacen a los turistas es que solo bebamos agua embotellada.

En contraste con un país tan interesante, podemos ver un turismo tan gigantesco como masificado, que necesita con urgencia algunas reformas con el propósito de que no agote los recursos ni mate a la gallina de los huevos de oro.

Especialmente interesantes me han parecido la artesanía y los artesanos que conservan, así como los museos botánicos, de la seda, las esencias, las antigüedades, etc. que vimos un poco sobre la marcha, ya que nuestro recorrido no daba para más.

Por encima de estas notas críticas, Egipto es un país que merece la pena visitarse, y sus guías, extendidas por todas partes, tienen un nivel bastante aceptable para lograr atender a grupos de tantos visitantes y de tantos países como acuden allí cada día.

He de destacar que no hubo ni un solo altercado ni robo de ningún tipo, a pesar de la precariedad en la que viven tantas personas allí.

Se ha tratado de un viaje que ha merecido la pena y que recomiendo a quienes puedan hacerlo, pues su relación calidad/precio es bastante aceptable.

(Reportaje fotográfico de María Arenas Sánchez).

Juan Serna, un veterano viajero.
Juan Serna, un veterano viajero.

(Juan Serna Martín, exconsejero de la Junta de Extremadura, es un destacado intelectual y activista medioambiental, escritor y columnista, Premio Nacional de Medio Ambiente 2022).

SOBRE EL AUTOR

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