viernes, 19 abril, 2024
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Cuatro décadas de la victoria socialista de 1982

Positivo balance de unos años de gobierno del PSOE que cambiaron España para bien

He tenido mis discrepancias con Felipe y con el PSOE durante muchos años después de aquella victoria histórica. Tampoco Alfonso Guerra fue nunca santo de mi devoción. De Boyer y Solchaga mejor ni les hablo. Y de Ibarra… ya se saben mis desencuentros con él. De todos ellos podría contar anécdotas sobre el daño que me hicieron. No obstante, con la distancia que da el tiempo, me dispuse a ver y escuchar el acto del día 29 pasado sin resentimientos, en unos momentos en que la derecha más reaccionaria amenaza tanto en España como en parte de Europa y del mundo con populismos y políticas retrógradas que no tienen en cuenta los desafíos que desbordan a un mundo desnortado ante estas crisis tan graves que se están registrando en los últimos tiempos.

Juan Serna Martín
Juan Serna Martín

Tengo que empezar reconociendo la gran memoria de Felipe González y su capacidad para articular un discurso sin notas de apoyo en el que demostraba su capacidad de comunicación y la efectividad de sus mensajes. Hizo una síntesis de esos 40 años como pocos políticos de hoy serían capaces de elaborar, y sus vivencias de momentos trascendentales de ese periodo histórico lograron emocionarnos a los que los vivimos. Por ello, imagino que a muchos le supo a poco aquella disertación.

Empero, es triste que no hiciera la menor referencia crítica a los no pocos errores cometidos, aunque supongo que su soberbia se lo habría impedido. Además, no se monta un acto de ese tipo para hacerlo compatible con una autocrítica que, por otra parte, nunca se ha practicado ni en el PSOE ni tampoco en otros partidos de izquierda. No digamos ya en los de derecha.


Es triste que Felipe no hiciera la menor referencia crítica a los no pocos errores cometidos bajo su gobierno, aunque supongo que su soberbia se lo habría impedido.


Concluyo mi referencia a Felipe diciendo que es un comunicador excepcional y que seguramente con su discurso recuperó a una parte importante de la militancia socialista e incluso de aquellos simpatizantes que estaban hoy un poco más alejados del socialismo.

ELOGIO DE PEDRO SÁNCHEZ

Mi elogio de Pedro Sánchez no es menor, pues, a pesar de no tener las tablas de Felipe, de estar, en algunos aspectos, en una situación más difícil todavía que aquel ―aunque algunos no lo crean― y de gobernar en minoría y con alianzas terriblemente problemáticas, hizo un discurso que demostró que “el Estado le cabe en la cabeza”. Sin apenas notas, fue analizando los grandes problemas que nos acechan, así como el papel que España está jugando ―y puede jugar― interna y exteriormente, y lo hizo de una forma creíble, si bien esa parte de los medios de comunicación alineada con el capitalismo más salvaje y con la derecha le tenga declarada una guerra sin cuartel que no tiene en cuenta las circunstancias en las que está obligado a gobernar ni las crisis excepcionales que nos acechan.

Y cuando se refirió a algunas declaraciones vertidas por Felipe en su momento (especialmente duras y, a veces, casi miserables), tuvo la elegancia y la inteligencia de quedarse con las más positivas, sin hacer el menor reproche a las otras.

No sé si las crisis tan terribles que le ―y nos― esperan, más la ola de conservadurismo reaccionario que nos invade, le permitirán salir indemne de esta encrucijada política. Ya ha demostrado a los que le han combatido desde dentro y desde fuera que es un resistente como pocos ha habido en política. De modo que, si lo consigue, me atrevo a afirmar que estamos ante un político excepcional, a pesar de la cantidad de improperios que le llueven de todas partes.

Tal vez le sobraron diez o quince minutos de oratoria ―las proclamas a “lo Fidel Castro” ya no hay quien las aguante―. Sin embargo, al margen de esto, me pareció el discurso de un líder como el que necesita la socialdemocracia de hoy. Considero que está llamado a jugar un gran papel en la Unión Europea si las circunstancias se lo permiten.

El acto me enganchó desde el principio, hasta tal punto que tuve que escucharlo hasta el final.

(Juan Serna Martín, exconsejero de la Junta de Extremadura, es un destacado intelectual y activista medioambiental, escritor y columnista, Premio Nacional de Medio Ambiente 2022).

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