Al final están ganando los que asesinaban guardias civiles y socialistas

La infame supresión de la G.C. de Tráfico de Navarra decretada por Pedro Sánchez es otra victoria de ETA en diferido

23 noviembre, 2022

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Pedro Sánchez, entre Enrique Múgica y Ernest Lluch, socialistas asesinados por ETA.

Este presidente del Gobierno, irreconocible ya como socialista, ha avanzado un paso más en este camino infame de entregar la dignidad nacional a los separatistas catalanes y vascos, a los herederos de ETA y a los populistas que no le iban a dejar dormir. La supresión de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra, decretada por Sánchez entre otras muchas vergonzantes concesiones, a cambio de que Bildu apoye los presupuestos y la continuidad de él en la Moncloa, no solo es una vergüenza para todos los socialdemócratas que alguna vez le votaron -votamos-, sino también una de las peores traiciones contra la memoria de las víctimas de ETA y especialmente en este caso, además, contra los 203 guardias civiles y contra los 12 políticos socialistas -sin contar otros socialistas menos conocidos muertos o heridos-, que la banda asesina mató. La supresión de la GC de Tráfico en Navarra es otra victoria en diferido de ETA, con la complicidad inaceptable del presidente del Gobierno.

Bilbao, Euskadi.-

Fue un gobierno socialista el que consumó la derrota de ETA, derrota que durante décadas fueron trabajosamente elaborando los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado con su gran trabajo, así como la resistencia heroica de la sociedad española y la labor de ciertos políticos de diverso signo, que no se arredraron en el combate contra la banda.

La traición de Pedro Sánchez es a todas las víctimas de ETA, pero especialmente a los 203 guardias civiles y a los 12 políticos socialistas asesinados por la banda.

Durante esa larga lucha, ETA mató a cerca de 900 hombres, mujeres y niños, entre ellos, 203 guardias civiles y 12 destacados políticos socialistas, sin contar otras víctimas de esta ideología. Además, hirió a más de 3.000 personas. Con el alto el fuego definitivo y la renuncia a la “lucha armada”, es decir, al asesinato y a la extorsión, se consumó lo que todos creímos que sería la victoria definitiva de la ciudadanía española sobre el terror etarra, pero estábamos equivocados.

Porque después de su disolución nominal, y contra todo pronóstico, ETA viene obteniendo numerosas victorias en diferido, como las que en Navarra le pone en bandeja a Bildu la presidenta socialista de esa comunidad, y como las que Pedro Sánchez les garantiza cada día a cambio del apoyo de los herederos de los etarras para mantenerse él en la Moncloa. La evolución de esta complicidad sanchista con tales ejemplares ciudadanos ha ido avanzando hasta extremos inimaginables por el camino de la indignidad y la traición no solo al conjunto del casi millar de asesinados por la banda, sino especialmente a los guardias civiles y a los socialistas que ETA mató.

Entierro de guardias civiles, de los muchos que ETA asesinó.

POR DOS RAZONES

Y digo especialmente, por dos razones: porque son precisamente guardias civiles compañeros de aquellos que ETA asesinó -nada menos que los más de 200 que actualmente integran la Agrupación de Tráfico de Navarra- los que sirven de moneda de cambio a Sánchez en su ignominioso mercadeo con Bildu; y porque es un presidente que se hace llamar socialista el que ejecuta tal traición a la memoria de los que él debería considerar compañeros socialistas asesinados por la banda, y que deben estar revolviéndose en sus tumbas por lo ocurrido y por su segura negativa a reconocer a Sánchez como uno de los suyos.

No es una victoria cualquiera esta nueva victoria que vuelve a conseguir ETA en diferido gracias a la complicidad de un presidente mal llamado socialista; y no lo es porque la expulsión de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra tiene un enorme valor simbólico, de gran éxito para ETA y de amarga derrota -y no por culpa de ellos- para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, lo que hace todavía más sangrante la nueva traición de Sánchez.

Entierro del político socialista Enrique Casas, asesinado por ETA.

En el largo camino de la indignidad que transita sin descanso ni escrúpulo Pedro Sánchez desde que llegó al poder, a costa de traicionar todas sus promesas antipopulistas -pura mentira todo-, después de vista su alianza con los herederos de los asesinos de tantos guardias civiles y de tantos socialistas -entre tantos ciudadanos y ciudadanas de todo signo que ETA mató-, después de ver también los indultos a los golpistas catalanes, la supresión del delito de sedición y el amago de rebaja del de malversación -a fin de asegurarse también el apoyo de estos últimos-, lamentablemente nos queda todavía mucho que ver hasta las elecciones del próximo año.

Tales indignidades y traiciones de un presidente sin escrúpulos no pueden quedar impunes. Espero que la ciudadanía, y especialmente los que no olvidan -no olvidamos- a los compañeros socialistas asesinados, lo recuerden a la hora de votar.

(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama).