martes, 19 marzo, 2024
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Cuatro gatos están decidiendo el destino de 47 millones de españoles y el futuro del país

La decisión última de la coalición “para un gobierno progresista” ha quedado en manos exactamente de 5.669 militantes de ERC y de sus líderes, es decir, del 0,012% de la población española

Nunca una negociación de gobierno fue más negativa ni humillante para el partido más votado en unas elecciones ni para un país. Tras el previsible batacazo del 10N que ni él ni su gurú Iván Redondo no solo no previeron, sino que, confiando en una imposible remontada, se embarcaron en la catastrófica y carísima aventura de unas nuevas elecciones, Pedro Sánchez -y, lo que es peor, los casi 47 millones de ciudadanos y ciudadanas de este país- ha (hemos) quedado en manos de cuatro gatos: los militantes de ERC -exactamente 5.669- que votaron sí a la tramposa pregunta de su consulta, que son los que determinan las exigencias negociadoras de sus dirigentes con Rufián a la cabeza. Pero es que solamente 241.790 militantes del conjunto de los otros partidos que consultaron a sus bases (Podemos, PSOE, PSC e IU) votaron sí a esa coalición, es decir, solo el 32% de la suma total de los militantes (que son solo 730.919) de los cuatro, y que en realidad representan el 0,51% de la población española. Las consecuencias las estamos viendo ya, después de otro mes perdido -y lo que nos queda-, con oprobiosa claridad, con unas “negociaciones” que se alargarán durante todo el tiempo que quieran los independentistas y que ya han hecho prevalecer de facto cuatro de sus rupturistas condiciones: el reconocimiento público por Pedro Sánchez de que en Cataluña hay no un “problema de convivencia” sino un conflicto político”, la oficialización de una “mesa de negociación”, la negociación “de igual a igual” y el “reconocimiento” del president Torra por parte de Sánchez y su gobierno. Solo falta el “relator” para que el desastre se consume.

El destino no solo del próximo gobierno, sino del sistema democrático, de la unidad de España y de los legítimos intereses de la inmensísima mayoría de los casi 47 millones de españoles y españolas, está en manos de cuatro gatos. Pero no son solo els quatre gats de ERC. Es que el total de los militantes llamados a consulta sobre la coalición por los cinco particos convocantes, ya eran cuatro gatos comparados con el cuerpo electoral nacional, exactamente 748.480 entre inscritos y afiliados, es decir, el 1,59% de la población total española. Pero es que, además, de esa exigua cifra conjunta de militantes de los cinco partidos mencionados, solo participaron en sus respectivas consultas 262.279, es decir, una tercera parte de la afiliación, y de ellos, únicamente 241.790 votaron a favor de la coalición, es decir, el 0,51% de la población total española.


Solo 262.279 afiliados en conjunto participaron en las consultas de Podemos, PSOE, PSC, IU y ERC sobre un gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez, es decir, la tercera parte del total.


De modo que el destino político de 47 millones de ciudadanas y ciudadanos españoles y del propio país y de su sistema político constitucional aprobado mayoritariamente en referéndum está condicionado no solo por la decisión intrapartidaria de 241.790 militantes de cuatro partidos (0,51% de la población), sino, sobre todo -porque sin ellos no hay “gobierno progresista”-, por la de los 5.669 militantes de ERC incluidos sus dirigentes que votaron sí a la pregunta tramposa, y que representan exactamente el 0,012% de la población total española.

La fullera pregunta que ERC hizo a sus ya de por sí escasas bases (el partido independentista solo tiene 8.561 militantes, frente a los 14.112 del PSC, por ejemplo), en una consulta en la que solo participaron 5.993 militantes, fue la siguiente:

«¿Estás de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?».

De ellos, 5.669 votaron sí a tan embaucadora pregunta. Es decir, son menos de 6.000 las personas que están a favor de rechazar la investidura (quatre gats), para consumar la cual en la persona de Pedro Sánchez su condición es abordar lo que ellos mismos llaman eufemísticamente “conflicto político con el Estado” (en realidad es la independencia de Cataluña) y nada menos que mediante “una mesa de negociación”, en una relación “de igual a igual”, “de gobierno a gobierno” y “con un relator” o mediador internacional, como si se tratase de dos países distintos y el Estado no fuera el mismo que rige en todas las zonas del país, incluida Cataluña, cuyas instituciones autonómicas son precisamente parte y fruto de ese mismo Estado. Pues bien, esas menos de 6.000 personas deciden el gobierno de España, condicionándolo a la autodeterminación que pretenden.

TÍTERE DEL INDEPENDENTISMO

Esto es lo que se está barajando ahora, con el gravísimo peligro que ello entraña para nuestra democracia (5.669 personas no pueden determinar nada y menos el gobierno de nuestro país), para la unidad de España y para la viabilidad futura de nuestro sistema político.


El futuro de España no puede depender de consultas populistas que retuercen la voluntad mayoritaria expresada en las elecciones generales.


Pedro Sánchez -bien asesorado en ese sentido por su “gurú” Iván Redondo- se ha convertido en un títere de los independentistas. Las primeras reuniones de la “mesa de negociación”, de momento entre partidos, pero que cuentan con la presencia indisimulable de un ministro del Gobierno, José Luis Ábalos, empezaron en el más estricto secreto hace tres semanas. Pero ya ha anunciado Pedro Sánchez que se va a reunir con Quim Torra aunque, para disimular el encuentro “de igual a igual” que exigen los independentistas, convoque también a los otros 18 presidentes de comunidades y ciudades autónomas, que harán la lamentable comparsa.

Al principio, la parte ingenua del trato (el PSOE-Pedro Sánchez) creyó que iba a ser posible un acuerdo favorable y además por la vía rápida, y mostró su confianza en que habría gobierno antes de Navidad. De hecho, a través de RTVE -convertido el ente público en un vergonzante instrumento de propaganda partidista bajo las directrices del “gurú”-, Pedro Sánchez dio a conocer “sus planes”, que incluían el inicio de la sesión de investidura a partir del 16 de diciembre (¿Gobierno en Navidad? Los planes de Sánchez para cerrar la investidura en diciembre).

Una negociación de igual a igual, como si España y Cataluña fueran dos países distintos. RTVE
Una negociación de igual a igual, como si España y Cataluña fueran dos países distintos. RTVE

Pero a las primeras reuniones en Madrid sucedió otra semana en la que els quatre gats dijeron que ahora tocaba llevar la negociación a Barcelona, cosa a la que amablemente accedió Pedro Sánchez y cosa que sucedió el pasado martes, 10 de diciembre, con la tercera reunión oficial -sin contar los muchos otros contactos secretos u oficiosos habidos- celebrada en la capital catalana. Las “dificultades” (es como ponerse a negociar, con alguien que quiere robarte, los términos y la cuantía del robo, y acceder la víctima a no denunciar, para que el ladrón quede además impune) se han vuelto a hacer evidentes desde el principio, y Pedro Sánchez ha optado por retrasar la investidura si no hay avances con ERC, avances que son imposibles si los independentistas no dan marcha atrás en su plan rupturista, cosa que no va a suceder (El PSOE retrasará la investidura si no avanza con ERC la próxima semana).

Y como ERC tiene la sartén por el mango, aun antes de que se pueda determinar si hay algún acercamiento de verdad, ha resuelto infligir una nueva humillación a Pedro Sánchez (y a todos los habitantes de este país), haciendo visible quién lleva la voz cantante: primero avisó que no habría acuerdo antes de Navidad, rompiendo así todas las ilusiones de Sánchez (ERC y PSOE se reúnen en secreto en Barcelona tras anunciar los republicanos que no habrá investidura antes de Navidad), y después ha anunciado posponer toda decisión hasta enero (ERC posterga a enero el posible acuerdo con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez), con lo cual habremos perdido ya, como mínimo, otros dos meses desde el 10-N, con el país paralizado y los problemas presupuestarios, económicos y sociales agudizándose cada día que pasa.

LOS CUATRO GATOS, ELS QUATRE GATS

La democracia representativa, que es el sistema político menos malo de los existentes y el único que garantiza libertad, igualdad y justicia, es el que rige en nuestro país, pero parece como si no. Las instituciones de la soberanía nacional de nuestra democracia son el Congreso y el Senado, que es donde deberían dirimirse todas las negociaciones, contactos y acuerdos políticos, sin perjuicio, claro está, del papel negociador y dialogante que corresponde a los partidos y a los grupos de las cámaras. Pero lo que no puede ser es que la democracia representativa, en la que la voz y la decisión la tienen los representantes legítimos elegidos por muchos millones de ciudadanos, sea reemplazada por una pseudodemocracia asamblearia de las bases de los partidos, sometiendo el dictamen de las urnas generales a la decisión de unas pocas decenas de miles (cada vez más menguantes, además,) de militantes, y tergiversando por completo el mandato de aquellas, pues la inmensísima mayoría del cuerpo electoral nacional rechaza cualquier negociación con los independentistas que ponga en peligro el sistema democrático, la vigencia constitucional y la unidad del España.


Pedro Sánchez, convertido en un títere del independentismo, pone en peligro todo lo conseguido en 40 años de democracia.


Lamentablemente, España -y sus casi 47 millones de habitantes- depende hoy -porque así lo quieren estos líderes populistas, incluido Pedro Sánchez, que miran su propio interés y no el interés general- de la decisión asamblearia de 262.279 militantes exactamente, que es el lamentable total de los que participaron en las recientes consultas de Podemos, PSOE, PSC, IU y ERC. Cuya decisión, impuesta a la inmensísima mayoría representativa de este país, ni siquiera vale nada sin la aquiescencia de los 5.669 gats de ERC.

En el siguiente cuadro podemos ver el escaso número de los afiliados de los cinco partidos que están decidiendo estos días el destino de todos los españoles.

CONSULTAS PARA LA COALICIÓN DE GOBIERNO PSOE-UP-ERC

Total censo Participantes % % No % No participaron %
PODEMOS 523.807 134.760 25,70 130.150 96,60 4.244 3,00 389.047 74,30
PSOE 164.539 103.718 63,04 95.421 92,00 8.297 8,00 60.821 36,96
PSC 14.112 6.342 44,94 5.938 93,64 404 6,37 7.770 55,06
TOT. PSOE/PSC 178.651 110.060 61.61 101.359 92,09 8.701 7,91 68.591 39,39
IU 37.461 11.466 30,60 10.281 89,70 1.185 10,30 25.995 69,40
ERC 8.561 5.993 70,00 5.669 94,60 324 5,40 2.568 29,99
TOTAL 748.480 262.279 35,04 486.201 64,96
(Nota: los síes y noes de ERC no se suman al total, porque son de signo distinto que los de los otros 4 partidos).

Como puede observarse, la cifra total del censo de inscritos, militantes y afiliados de Podemos, PSOE, PSC, IU y ERC es tan solo de 748.480 individuos (1,59% del total de españoles). Pero de ellos, nada menos que el 65% (casi 500.000 afiliados) no participó en las consultas partidarias, de modo que las decisiones quedaron en manos de tan solo 262.279 (0,56% del total de españoles). Y aun fue menor el número de los que votaron afirmativamente.

Estas cifras son más que elocuentes e ilustran con claridad acerca del dislate de someter la gobernanza y el futuro de nuestro país a la decisión de los 262.279 afiliados que participaron en las “consultas” de esos cinco partidos; partidos -ellos y sus líderes- que, además, están inflamados de un populismo que pone los intereses generales al servicio de sus intereses partidarios y personales.

(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).

SOBRE EL AUTOR

José Mª Pagador y Rosa Puch, casi 100 años de periodismo

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