Euskadi celebra el domingo unas elecciones tan importantes como normales para el devenir de los vascos. Importantes, porque el gobierno que salga de ellas deberá gestionar la peor crisis de las últimas décadas. Normales, porque no se espera ningún cambio radical en la gobernanza de esta comunidad. Pese a las llamadas de un Podemos cada vez más débil a nivel nacional y autonómico, para conformar un tripartido de izquierdas si la suma de PSE, Elkarrekin y Bildu supera en escaños al PNV, se da por seguro que se reeditará el gobierno de coalición PNV-PSE que tan buenos resultados de estabilidad y progreso está dando.
Euskadi.-
El PNV, aunque probablemente mejorará sus resultados, con encuestas que le dan pasar de los 28 diputados que tiene ahora a 31, ganando uno por cada uno de los tres territorios que integran el país -e incluso obteniendo alguno más-, seguramente quedará lejos de la mayoría absoluta de los 38 escaños imprescindible para gobernar en solitario. Eso introduce la posibilidad teórica de que un posible tripartito de izquierdas pudiera hacerse con el gobierno de la comunidad. Y eso es precisamente lo que Elkarrekin Podemos ha venido repitiendo machaconamente durante toda la campaña que termina hoy. Pero, bajo la justificación del interés de un giro radical en las políticas de Euskadi, lo que encierra la propuesta de la candidata podemita, Miren Gorrotxategi, es el temor al resultado adverso que le auguran las encuestas, que -en el contexto del declive general de Podemos en toda España- en Euskadi pronostican que la formación morada perderá cuatro puntos porcentuales y entre dos y tres escaños. En este contexto, las declaraciones de Gorrotxategi –“no me marco límites: 30 escaños, ¿por qué no?”- suena a las típicas bravuconadas de su jefe Pablo Iglesias, cuyo descrédito continúa imparable.
La desesperada llamada de un Elkarrekin Podemos en decadencia a una alianza de izquierdas no tiene visos de cuajar.
PNV Y PSE MEJORAN
Por el contrario, la casi segura mejora de resultados del PNV y la muy probable mejora también del PSE, que de los 9 escaños actuales puede pasar a 11 o 12, certifican que el electorado estaría conforme con el actual gobierno de coalición y premiaría la positiva evolución del gobierno vasco en su composición actual. Se prevé, por tanto, que con una holgada mayoría de más de 40 escaños entre ambos partidos, nacionalistas y socialistas volverán a reeditar el actual gobierno de coalición. De hecho, los socialistas han rechazado públicamente durante la campaña la posibilidad de integrarse en un hipotético tripartido de izquierdas.
PNV y PSE representan la estabilidad en el rumbo actual del gobierno vasco, alejado de derivas populistas y separatistas claramente minoritarias en Euskadi. El lehendakari Íñigo Urkullu es la cara visible de esa estabilidad y la garantía de un futuro mejor. Los tiempos que se avecinan, con la crisis del coronavirus sin controlar del todo y sus terribles efectos económicos y sociales, requieren un gobierno vasco sensato, centrado y progresista, que termine de culminar lo que se ha conseguido en los últimos años, como, entre otras cosas, la política más social y el paro más bajo de España.
Pero, además, la estabilidad en Euskadi con el apoyo del PSE es clave también para la estabilidad del actual gobierno socialista de coalición en Madrid, del que el PNV es un importante sostén. Por todo ello, no se prevén cambios sustanciales tras estas elecciones vascas, en las que PNV y PSE saldrán reforzados y Podemos seguramente volverá a perder votos y escaños.
(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).
SOBRE EL AUTOR
José Mª Pagador y Rosa Puch, casi 100 años de periodismo
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