De pronto ha irrumpido con fuerza en el panorama político extremeño y nacional un mensaje que debería ser la norma y no la excepción. La líder extremeña del PP y candidata a la presidencia de la Junta de Extremadura, María Guardiola, está dando una saludable lección de coherencia y de respeto a sus principios, al negarse a gobernar “a cualquier precio”, es decir, admitiendo a Vox en su gobierno. El elevado coste de su decisión -la posibilidad de no llegar a gobernar si pierde unas segundas elecciones, teniéndolo ahora tan fácilmente al alcance de la mano- confirma la talla moral y la dimensión de excelente gobernante que la avalan.
Mérida, Extremadura.-
El discurso de hoy de la candidata del PP a presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, en la Asamblea extremeña, rechazando de plano admitir a Vox en un posible gobierno suyo, alegando su coherencia y la solidez de sus principios, es una de las noticias políticas más relevantes que han tenido lugar en España en los últimos tiempos, aunque haya no pocos, dentro de su partido, que desdeñen invocar tales argumentos a costa de quedarse sin el gobierno autonómico, del mismo modo que la derecha y la ultraderecha, mayoritarias en el parlamento regional, han perdido ya la presidencia del mismo.
Desde hace años venimos siguiendo la evolución y la trayectoria de María Guardiola, y si antes nos parecía una política seria y sólida, ahora nuestro concepto de ella raya en la admiración. En estos tiempos en los que la coherencia y los principios –“si no le gustan los míos, tengo otros”, como diría Groucho Marx- poco o nada representan en el ideario de muchos políticos -recuérdese lo que decía Sánchez de no gobernar ni acordar políticas con Podemos, ERC y Bildu-, el hecho de que una profesional de la cosa pública, con una amplia formación y experiencia de gobierno, renuncie a la posibilidad inmediata de convertirse en presidenta de la Junta de Extremadura, con el hito aparejado, además, de ser la primera mujer que lo consigue después de cuarenta años ininterrumpidos de presidentes masculinos, representa un hecho admirable que debe inspirar a todos, ciudadanos y gobernantes, sean de la ideología que sean.
Su negativa a transigir con el caduco extremismo de Vox, aun a costa de la presidencia de la Junta de Extremadura, agiganta su figura.
Vox es un partido que -contra toda evidencia y razón, y entre otras barbaridades anti aborto legal, anti autonomías y anti Europa-, niega la violencia machista, detesta la inmigración y señala y condena a quienes no se sienten identificados con el sexo que les dio la biología o a quienes viven la realidad de pareja y su propio amor de forma diferente a la “tradicional” de hombre y mujer. Y a esto ha contestado María Guardiola hoy en la Asamblea de Extremadura de manera directa, inequívoca y contundente, proclamando su ideario, su reconocimiento y su lucha contra la violencia de género, su humanidad con respecto a la inmigración y su respeto al colectivo LGTBI.
CLARO RECHAZO A VOX
Y, por si no bastara con esto, la política extremeña ha criticado con rotundidad la ideología, la práctica política y la actitud de Vox y de su dirigencia en relación con estos y con otros asuntos, en particular el centralismo con el que el partido ultraderechista condiciona las decisiones de los territorios donde tiene representación, y atreviéndose nada menos que a calificar de “señor feudal” a Santiago Abascal y llamando su “capataz” a Buxadé, el vicepresidente de Vox que ha estado estos días en Extremadura tratando de imponer sus tesis extremistas, con una clara terminología que toca directamente la sensibilidad de los extremeños, un pueblo que sufrió durante demasiado tiempo el caciquismo que ahora representan ellos.
Es cierto que el discurso y la posición firme de María Guardiola en relación con Vox tienen un positivo precedente en lo que decía Pablo Casado cuando era presidente nacional del PP. Pero hay una diferencia. Entonces Casado no se encontraba en la tesitura de renunciar al gobierno por mantener sus principios y promesas. De hecho, no son pocos los políticos del PP ganadores en minoría de autonomías y ayuntamientos en las últimas elecciones que han “tragado” con las exigencias de Vox. Es más, me atrevo a decir que, de no ser María Guardiola, de ser un hombre -por ejemplo, un Monago- el que se encontrase en tan difícil (pero fácil, si se reniega de los propios principios) situación, ya habrían acordado el PP y Vox un gobierno de coalición en Extremadura. En este caso, ser mujer es un plus de firmeza, sensibilidad y tino.
¿Qué puede perder esta admirable María Guardiola en este envite? Puede perder sus opciones de ser presidenta -de hecho ya ha renunciado a serlo ahora mismo, por mantener su coherencia y sus convicciones-, si pierde en una hipotética repetición de elecciones. Pero, ¿qué gana con su actitud? Gana el haberse convertido, de una hora para otra, en un referente de honestidad y ética no solo para su propio partido, sino para todos los políticos y para la ciudadanía española. Y gana, desde luego, su formidable proyección como líder fuerte, confiable y entera, no solo en Extremadura, sino también en España. Una líder con una gran talla humana, profesional y política que, sin duda, tiene mucho que decir y hacer en la Extremadura de hoy y de mañana.
(José María Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son AbeceImagindario (fotolibro, Fundación Caja de Badajoz), Lencero, el hombre que no se encontró a sí mismo (biografía, Fundación Caja Badajoz), y Susana Leroy (novela, Fundación José Manuel Lara/Grupo Planeta).
SOBRE EL AUTOR
José María Pagador y Rosa Puch, casi 100 años de periodismo
OTRAS INFORMACIONES Y ARTÍCULOS
Pensar en España, ¡no es tan difícil!
Fuerte mar de fondo en el PSOE contra Pedro Sánchez
28M, se cumplieron al 100% los pronósticos de PROPRONews
El 28M y el pato o los platos rotos del sanchismo
Yolanda y el machismo de Pablo y Pedro
Pablo Iglesias, El Gran Fracasado
Rebelión socialista, la punta del iceberg
Mi pedigrí de 4 generaciones de socialistas y los sanchistas del momento
Xenofobia y racismo preventivos
A la familia (aplaudidora) de Queipo de Llano: ¿dónde está mi tío abuelo que él mandó fusilar?
Tras una exitosa endarterectomía carotídea, vuelvo a estar operativo y con redobladas ganas
No podemos permitir que los dos extremos totalitarios destruyan nuestra democracia
Despellejador de tu madre en público, nueva profesión con futuro
Illa, una arriesgada operación que puede salir bien
Terrorismo doméstico, peor que ETA y que el Holocausto
España no es un Estado fallido sino mal gobernado
Follar, no sé, Pablo, pero joder, jodes divinamente
La gran tomadura de pelo de Pedro y Pablo
Pedro y Pablo, los Picapiedra de la izquierda española
La (imposible) khasoggización de España
Como Pedro Durán, Pedro Sánchez también desafía a la gravedad
PROPRONews acierta de pleno: Pedro Sánchez, presidente
Politiquitis, la grave enfermedad de España
PPudrir, PPudrición, PPutrefacción, PPudridero, PPodredumbre, PPodridos…
Letizia se rebela contra la hipocresía real
Nauseabunda utilización de las víctimas por el PP
“Una corrida en tu cara”, la chirigota sevillana que confunde humor con zafiedad
No, Guillermo, yo no mato mujeres, yo las defiendo
Los esfínteres del independentismo