El programa de Telecinco en el que Kiko Rivera, antes Paquirrín, despelleja públicamente a su madre, Isabel Pantoja, registra récords de audiencia, lo que quiere decir, entre otras cosas, que esta sociedad no anda bien y que tampoco tiene razón cuando dice -la sociedad de sí misma, con la autoestima injustificadamente subida-, por ejemplo, que España no se merece estos políticos que padecemos. La degradación ética y humana que representan esos programas y la enorme atención que suscitan, es otro síntoma preocupante de la deriva colectiva, desde la ciudadanía que tendría que ser, hacia “la gente” que en realidad es, alimentada por lo popular y los populismos.
“Matar al padre”, incluso a la madre, es un signo de madurez. La emancipación psicológica y emocional de las personas incluye la comprensión -y la aceptación- de que nuestros padres también son humanos y, por tanto, depositarios de defectos, tantos y tan graves, al menos, como los nuestros propios. La crítica al padre y a la madre, cuando está justificada, es lícita y asumible, pero siempre que sea en el seno de la intimidad del corazón de uno, o de la privacidad del propio grupo familiar o social al que se pertenece. El juicio y la crítica al padre y a la madre, para ser justos, tienen que empezar primero por el juicio y la autocrítica a uno mismo. Solo de ese modo podemos comprender que nuestros padres, con todos sus defectos y virtudes, en lo malo no se diferencian casi nada de nosotros.
Haciendo zapping topé anoche con un programa de Telecinco, con Kiko Rivera como única estrella durante no sé cuántas horas -por lo visto lleva días exprimiendo este limón-, y con cortes publicitarios cada pocos minutos (audiencia masiva y publicidad abundante son el termómetro de esta fiebre social que es una enfermedad en sí misma). Por curiosidad escuché al mozo durante un rato y sentí vergüenza, pena y asco.
No escribo para defender a “la tonadillera”, Isabel Pantoja no es santa de mi devoción.
Estas líneas no están escritas para defender a “la tonadillera”. Isabel Pantoja no es santa de mi devoción. Ni siquiera es santa. ¿Quién lo es? Y seguramente Kiko Rivera tiene motivos sobrados para estar disgustado con su madre. Pero llevar eso a la televisión día tras día y cobrar por ello es una indignidad que le degrada a él, a los “profesionales” que le entrevistaban a coro, al medio que acoge semejante espectáculo, a los anunciantes que escogen ese tipo de programa para publicitar sus productos y servicios, y a “la gente” que es capaz de permanecer horas delante del televisor tragando semejante basura sin vomitar. ¿Qué clase de personas pueden ser capaces de distraerse y divertirse viendo y oyendo cómo un hombre ataca de esa manera, sin piedad alguna, a su propia madre, por “mala” que esta sea?
Kiko, antes Paquirrín, tiene perfecto derecho a criticar a su madre, incluso a abominar de ella. Pero hacerlo en público y cobrando -una pasta, por cierto- es una conducta asquerosa. Tal vez otros “famosillos” se animen a seguir por ese camino. A falta de ingresos -por no tener ni estudios, ni profesión, ni oficio, ni beneficio, ni ganas verdaderas de trabajar- despellejar en público a tu propia madre puede ser una solución para muchos hijos de madres famosas llenas también de defectos. ¿Quién no los tiene? En nuestro país no son pocos los casos de estos hijos vividores de progenitores más o menos célebres, que de vez en cuando les atacan en público siempre por cuestiones de dinero, y cobrando por ello. Se crea así una nueva profesión con indudable futuro en un país como este, la de “despellejador de tu madre en público”, un horizonte laboral que abre múltiples posibilidades a ciertos “artistas” e “influencers” en estos tiempos de incertidumbre.
¡Y luego dicen algunos que España no se merece lo que le pasa!
(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).
SOBRE EL AUTOR
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