El periodista y escritor José María Pagador, fundador y director de este periódico, ha donado su biblioteca especializada sobre Extremadura o de autor extremeño a la Casa de Extremadura en Sevilla, la más importante casa regional de la capital andaluza, con proyección sobre un colectivo de miles de extremeños y familiares residentes en ella. Esto convierte a la entidad en el principal y único centro bibliográfico extremeño de la ciudad, a disposición no solo de los socios, sino de toda la comunidad extremeña sevillana y de los interesados en el estudio de Extremadura. La Casa de Extremadura ha adquirido por 200.000 euros un céntrico local para la instalación de la biblioteca “José María Pagador”. Esta donación se suma a la realizada anteriormente por el periodista, de su valioso archivo, a la Biblioteca de Extremadura, en Badajoz, y de otras venideras que incluyen su inmenso archivo fotográfico digital.
Sevilla.-
José María Pagador Otero donó hace tiempo su ingente archivo a la Biblioteca central de Extremadura, del que ha entregado ya una primera parte, integrada por 26 contenedores y más de 4.000 documentos escritos, gráficos y sonoros, y del que entregará el resto -otros tantos documentos- próximamente (José María Pagador dona su valioso archivo a la sociedad extremeña y española).
Después de dicha donación, el periodista ha donado también la sección relativa a Extremadura -miles de libros sobre la región, su historia, su geografía, su cultura, etc., o escritos por autores extremeños- de su copiosa biblioteca a la Casa de Extremadura en Sevilla (La Casa de Extremadura en Sevilla, uno de los grandes logros de Gonzalo Martín), que se convierte así en el único centro bibliográfico extremeño de la capital hispalense.
La entidad ha adquirido un hermoso local en el centro de Sevilla para acoger la biblioteca.
La Casa de Extremadura en Sevilla es toda una institución en la ciudad, por su intensa obra social, cultural, artística y gastronómica, que la ha convertido en una de las principales entidades asociativas sevillanas. El artífice de este esplendor de la Casa, junto con su equipo directivo y los socios, es su actual presidente, Gonzalo Martín Domínguez, Medalla de Extremadura y Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla, de quien este periódico ha publicado anteriormente diversas informaciones sobre su figura y su meritoria labor (Obras y amores de Gonzalo Martín. Gonzalo Martín, mucho más que un hombre bueno. Gonzalo Martín Domínguez, Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla).
José María Pagador ofreció tiempo atrás a la sevillana Casa de Extremadura la parte de su gran biblioteca dedicada a Extremadura, y Gonzalo y su directiva aceptaron de inmediato el ofrecimiento, que viene a completar la oferta cultural de la entidad.
¿Cuál es el motivo de esta donación?
“Yo deseaba -dice el periodista- que los millares de libros sobre Extremadura o de autor extremeño que he ido reuniendo durante mi vida, que ocupan un gran espacio y que no quería dividir por cuestiones de herencia, permaneciesen como una unidad en alguna institución que supiese sacarles provecho. Evidentemente, en Extremadura hay centenares de bibliotecas -justo es resaltar que es la región con mayor tasa de bibliotecas por habitantes de España-, todas las cuales, lógicamente, tienen numerosos fondos relativos a Extremadura. Por eso se me ocurrió que Sevilla, donde no hay ninguna biblioteca extremeña y sí una numerosa comunidad de extremeños, sería la ciudad idónea”.
PARA LA CASA DE EXTREMADURA
¿Y cómo se le ocurrió pensar en la sevillana Casa de Extremadura?
“Cuando tomé la decisión de donar esta parte de mi biblioteca, y después de considerar diversas opciones, enseguida me vino a la cabeza la Casa de Extremadura en Sevilla, que conozco bien, cuyos directivos son grandes profesionales y personas, y amigos míos. La Casa tiene en su sede central dos pequeños muebles-librería con unos pocos centenares de libros y, viéndolos en las numerosas veces que he ido por allí a actos culturales o a comer, me pareció que ese era el germen de lo que podría ser una gran biblioteca extremeña si se consumaba la aportación de mis libros. La decisión surgió de forma natural”.
¿Cómo acogió la Casa de Extremadura su ofrecimiento?
“Tengo que dar las gracias a sus responsables, y especialmente a su directiva y a su presidente, Gonzalo Martín, por la gran acogida que dieron a mi ofrecimiento, porque desde el primer momento comprendieron la importancia que el asunto tenía para la entidad, como complemento de su gran labor cultural y divulgadora de Extremadura en Sevilla y en toda Andalucía, y como un nuevo servicio que ofrecer a sus socios, a la comunidad extremeña de Sevilla, y a los estudiosos e interesados en la realidad extremeña. Y de inmediato se hicieron cargo del legado, que en principio quedó depositado en un almacén propiedad de la Casa, anejo a su sede, en el número 14 de la céntrica calle de Fernández y González, a cincuenta metros de la avenida de la Constitución y de la catedral sevillana, calle en la que también se instalará mi biblioteca en un local adquirido al efecto por la Casa de Extremadura. No se puede pedir más, por lo céntrico e idóneo de la situación de la biblioteca y por el nexo entre su local y la sede de la Casa”.
Tengo entendido que, para sorpresa suya, su donación se dio a conocer en una masiva comida de hermandad de la Casa de Extremadura.
“Efectivamente. La Casa de Extremadura suele organizar entrañables comidas de hermandad en los tres salones de su sede, comidas a las que suele invitarme su presidente. Y ese día, Gonzalo, con la amabilidad que le caracteriza, nos había invitado a comer a mi mujer y a mí, pero sin decirme cuál era el objeto de la reunión. En el transcurso de la comida, y para mi sorpresa y gratitud, el presidente dio a conocer a los socios mi donación y la adquisición del nuevo local donde se instala, una inversión de nada menos que 200.000 euros, que viene a engrosar el ya valioso y saneado patrimonio de la entidad”.
EL LOCAL
Una agradable sorpresa para usted, ¿no?
“Así fue. La biblioteca que he donado es copiosa, con varios millares de volúmenes, y en principio quedó depositada en un local anejo a la Casa, que la entidad utiliza como almacén. Yo trataba de imaginar dónde la instalarían, ya que la sede social, aunque es muy grande, está ocupada por los elementos propios para sus fines y no veía hueco para tantos libros. Y aquel día, en la comida, Gonzalo me dejó boquiabierto, al anunciar que la Casa había adquirido un local en el número 10 de la misma calle, un estupendo bajo en una preciosa casa palacio, para instalar mi biblioteca. Por tanto, el honor es doble para mí y mi agradecimiento, inmenso, porque no esperaba que la Casa de Extremadura tuviera este gesto de ubicar mi donación en un local expresamente pensado y habilitado para ella”.
Su cercanía a la casa y su ubicación, en pleno dentro de Sevilla, le dan a su biblioteca un plus de utilidad.
“Desde luego. En la sede central de la Casa de Extremadura se pueden hacer muchas cosas, como tomar unas copas, desayunar, comer o cenar, adquirir productos extremeños, asistir a una conferencia o a una presentación de libros, etc. Y luego, caminar unos pasos e ir a mi biblioteca, a leer o a consultar algún libro de los muchos que la conforman. A un paso de su sede social, los más de mil socios de la Casa y sus familiares, que forman un colectivo de 4.000 o 5.000 personas, disponen ya de su biblioteca, sin contar a las decenas de millares de extremeños que viven y trabajan en Sevilla”.
LA BIBLIOTECA
Dígame, ¿qué hace de su biblioteca donada algo tan especial?
“Los libros tratan prácticamente todos sobre Extremadura o han sido escritos por autores extremeños. Muchos de ellos llevan dedicatorias manuscritas de sus autores, incluyendo los grandes escritores contemporáneos de nuestra literatura, como Manuel Pacheco, Jesús Delgado Valhondo, Luis Álvarez Lencero, Manuel Martínez-Mediero, Miguel Murillo, José Antonio Zambrano, José Antonio Ramírez Lozano, y tantos y tantos más. Hay muchas ediciones príncipe y valiosas ediciones facsimilares de obras de nombres históricos, como Luis Zapata Chaves, con su Miscelánea o el Carlo famoso. Hay que recordar que Luis Zapata fue un importante personaje del sigo XVI, miembro de la corte de Felipe II, y un autor que incluso influyó en Cervantes, que reproduce textos suyos en algunas de sus obras. Está también la colección facsimilar realizada por el Marqués de la Encomienda, del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar de don Pascual Madoz, una obra capital de la segunda mitad del siglo XIX y una verdadera joya. O la Gran Enciclopedia Extremeña completa. Y muchos otros libros interesantes, además de todos los publicados que son de mi autoría, incluida una docena de ejemplares de mi edición del Quijote y de mi Libro de Uso del Quijote, que constituyen una rareza bibliográfica no solo porque están agotados, sino porque cada uno de ellos lleva la marca de cada institución y entidad que patrocinó su edición con motivo del cuarto centenario de la publicación de la obra cervantina, de modo que son todos distintos.”
¿Cuándo estará operativa esta biblioteca para que puedan empezar a usarla los interesados?
“El presidente de la Casa, Gonzalo Martín, me dijo hace tiempo que habían contratado a una especialista en biblioteconomía para realizar el catálogo-fichero de todo el fondo bibliográfico donado, y recientemente me ha confirmado que quiere “darle vida ya”. Así que estoy a la espera de que me comunique el siguiente paso. En cualquier caso, reitero mi agradecimiento por la acogida y mi orgullo por que esta biblioteca que he reunido amorosamente a lo largo de más de cincuenta años, resida a partir de ahora en ese hermoso lugar de esa céntrica calle de Sevilla”.
¿Y la otra parte de su biblioteca personal?
“Aparte del fondo donado, exclusivamente de tema o autor extremeño, me he reservado, mientras tenga vida, la sección general de mi biblioteca personal, que contiene, como es natural, literatura nacional e internacional, historia, biografías, ensayos, etc., una sección que sigo enriqueciendo con la adquisición constante de nuevos libros, pues a mí, aunque utilizo a diario la tecnología digital, también me gusta leer libros en papel. Últimamente compro, sobre todo, libros escritos por mujeres, maravillosas escritoras actuales y de todos los tiempos, porque hace años me di cuenta de que en mi biblioteca predominaban los libros de autoría masculina y me propuse corregir eso. En un futuro, espero completar mi donación actual con la incorporación de esta sección general, lo que hará un total cercano a los 8.000 volúmenes, de los que ya han sido entregados casi la mitad”.
¿Puede decirnos, para terminar, qué está escribiendo y qué está leyendo ahora?
“Tengo una abundante obra inédita, que espero que vea la luz algún día, aunque tampoco me preocupa eso demasiado, porque lo principal es el gozo que siento al escribir. Ahora tengo prácticamente terminados y listos para publicar una nueva novela, dos libros de relatos y dos de poesía, y en fase de ejecución, otra novela, otro de poesía, y otros dos de relatos. En cuanto a mis lecturas actuales, yo soy lector de varios libros a la vez. Suelo leer por la noche, y ahora estoy enfrascado en Los griegos antiguos. de Edith Hall, Sin permiso del rey, de María Teresa Tellería, El infinito en un junco, de Irene Vallejo, la edición de Viajeros – De Jonathan Swift a Alan Hollinghurst, de Marta Salís, y La actriz, de Anne Enright, entre otras autoras. El enfoque y el estilo de las escritoras es muy enriquecedor para mí y me interesa mucho”.
(ACLARACIÓN: Las fotografías que ilustran esta información fueron tomadas antes de la epidemia de Coronavirus, por eso las personas que aparecen en ellas no llevan mascarilla).
(Elia de Ros es periodista, con décadas de experiencia profesional en diferentes medios de prensa, radio y TV).
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