Díaz utilizó el Falcon para ir a ver al papa

Una visita privada al Vaticano basada en el abuso de los medios estatales y el derroche del dinero público

15 diciembre, 2021

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Un avión del Estado para un ridículo fin privado. RTVE

El vuelo en el que Yolanda Díaz se desplazó a Roma para su audiencia privada con el papa Francisco no fue en un avión comercial ordinario con billete pagado de su bolsillo, sino en un Falcon oficial del Estado utilizado en exclusiva -ida y vuelta- por ella, con un elevado coste económico cargado al erario público y con una aportación extra de contaminación por una sola persona en vuelo, una persona que, entre las cosas que habló con el papa, comentó el grave problema medioambiental del planeta.

Madrid.-

Según se ha podido saber a la vuelta del viaje de Yolanda Díaz a Roma, la vicepresidenta segunda, que no viajaba en calidad de tal ni de ministra de Trabajo sino a título particular, utilizó al Falcon asignado a la Presidencia del Gobierno para desplazarse a la capital italiana con el único propósito propagandístico de una audiencia privada con el papa Francisco.

El abuso de los medios estatales y del dinero público por parte de Yolanda Díaz para una actividad meramente privada, no solo es un abuso sino, peor aún, un fraude, una malversación y una prevaricación en toda regla, ya que gasta dinero público para un fin privado y realiza una acción ilícita a sabiendas de que lo es.

No sabemos el motivo de Bergoglio para recibir como particular a una ministra comunista con la que no podía tratar ningún asunto oficial bilateral.

Lo ridículo del caso reside, además, en que una mujer comunista y, por tanto, atea -si es fiel al ideario de su ideología- acuda a ver al jefe de la iglesia católica en calidad de persona particular, dado que la audiencia fue estrictamente privada, y dado que la señora Díaz no tiene competencia ni autoridad alguna para tratar ningún asunto oficial con el papa. Y que, además, le lleve de regalo al jefe del Vaticano una estola confeccionada por monjas de clausura, presente cuyo coste que habrá que ver también si lo ha cargado al presupuesto de su ministerio. Doble contradicción, además, que una ministra que se dice feminista, para que le confeccionen un regalo absurdo acuda a monjas pertenecientes a un sistema religioso en el que la mujer está relegada a un papel secundario, dado que ninguna mujer católica puede ser cura, párroco, obispo y, mucho menos, papa. O mama.

CONTRADICCIONES

Pero las contradicciones de esta visita al Vaticano no acaban aquí, porque, entre las cosas de las que habló Yolanda Díaz con el señor Bergoglio destacó el problema medioambiental que padece el mundo, pero al que ella contribuyó con una innecesaria aportación de CO2 al utilizar un avión para ella sola, en vez de haber comprado un billete de su bolsillo en un vuelo comercial.

Y todo ello, (dejación de sus funciones en España como vicepresidenta y ministra, audiencia privada con el papa -que no sabemos el motivo de Bergoglio para recibir a una ministra comunista con la que no podía tratar ningún asunto oficial bilateral, salvo que le esté haciendo la caridad cristiana de ayudarla en su campaña electoral-, intercambio farisaico de regalos entre ambos personajes, declaraciones beatíficas sobre el medio ambiente y otras zarandajas, utilización de un avión del Estado para un fin privado, cargo del coste del viaje al erario público, y aportación extra de contaminación al ya castigado planeta) porque la Díaz está de campaña electoral a costa del dinero de todos los españoles. Todo un ejemplo de coherencia y honestidad.

(Elia de Ros es periodista, con décadas de experiencia profesional en diferentes medios de prensa, radio y TV).