El periódico de Pablo Iglesias ataca a una empresa que le da de comer

“LUHNoticias”, el medio de Podemos, suele arremeter contra PRISA, grupo al que pertenece la SER, donde ahora cobra el político morado

Por Elia De Ros

2 noviembre, 2021

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Iglesias presentándose como nuevo tertuliano de la SER, cadena y empresa a las que ha atacado y sigue atacando. SER

Es el espíritu de la contradicción. Del pisito de Vallecas a la mansión de Galapagar. De atacar a la casta política, a disfrutar de todos sus privilegios, incluida la pensión como exvicepresidente. De censurar a la mujer de Aznar por ser alcaldesa de Madrid, a colocar a la suya propia como ministra sin otro mérito que ser su pareja. Y, ahora, de denigrar a la prensa llamándola “caverna mediática”, a convertirse en colaborador de uno de sus medios principales. Este es Pablo Iglesias, cuyo periódico “La Última Hora Noticias”, el panfleto de Podemos, se ceba con periodistas y medios independientes, incluida PRISA, a la que pertenece la SER, mientras él ejerce de colaborador a sueldo de dicha cadena de radio. Admirable. Eso sí, su audiencia es irrelevante y su periódico está en las últimas.

Madrid.-

Podemos, ese partido menguante que ahora tiene menos de la mitad de los diputados que tenía y que ha desaparecido de numerosos ayuntamientos y comunidades autónomas, como no admitía las informaciones y las críticas de los periodistas y los medios independientes que ponían en entredicho sus actuaciones e iniciativas, decidió en 2020, por mandato personal de su jefe, Pablo Iglesias, crear un periódico digital propio para “combatir a la caverna mediática”.

LUHNoticias pierde dinero y está dirigido por Dina Bousselham, una persona carente de formación y estudios de Periodismo, por dedazo de Iglesias.

Indudablemente, Pablo Iglesias y los suyos aspiran a un modelo de país con unos pocos medios de información controlados por el poder o por el partido único -casos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán o China- y donde la prensa libre y la discrepancia no tienen cabida.

La iniciativa pablista de crear un medio propio cuajó en marzo del año pasado con la creación de la S.L. La Última Hora Noticias, con un capital de 3.020 euros, cuyo domicilio social es el despacho que el abogado comunista Enrique Santiago Romero (es el secretario general del PCE), uña y carne con Pablo Iglesias, diputado de Podemos en el Congreso y secretario de Estado para la Agenda 2030 en el ministerio de Ione Belarra, tiene en el 3º C del número 78 de la elitista calle madrileña de Jorge Juan, en pleno distrito madrileño de Salamanca.

Bousselham no es periodista ni sabe de periodismo, pero es directora de LUHN por dedazo de Iglesias. WIKIPEDIA

LA DIRECTORA

Para dirigir el periódico, Iglesias designó a Dina Bousselham, que fuera su asistente en el Parlamento Europeo. Dina -coprotagonista del rocambolesco el robo de su teléfono cuya tarjeta de memoria llegó a manos de Iglesias a través del periodista Antonio Asensio, hechos que dieron lugar al caso que lleva el nombre de la politóloga de origen marroquí y que aún circula por los juzgados-, carece de estudios o de experiencia alguna en periodismo y aun así figura como la accionista y administradora única y la directora del panfleto podemita.

El domicilio de LUHNoticias es el despacho que el abogado comunista Enrique Santiago Romero tiene en el elitista barrio madrileño de Salamanca.

De la bisoñez periodística de los fundadores y gestores del nuevo “medio”, fundado para atacar a medios y periodistas críticos, da idea el hecho de que tuvieran que cambiar el nombre y su dominio de internet un año después de su fundación, en julio de 2021, por utilizar la marca de un medio ya existente, un periódico de verdad llamado Ultima Hora, que pertenece al principal editor de prensa de Baleares, el Grupo Serra. Por ese motivo, y entre otras cosas, tuvieron que introducir cambios en la marca del nuevo digital, al que finalmente llamaron La Última Hora Noticias-LUHNoticias.

LA LÍNEA EDITORIAL

Desde su fundación, la línea editorial de LUHN consiste en tres vías principales: publicitar los logros del gobierno de coalición, especialmente los atribuibles a los ministros comunistas; denigrar a los medios y grupos que no son del agrado de los editores, es decir, Podemos y Pablo Iglesias; y atacar a los periodistas independientes que “se atreven” a criticar al gobierno y especialmente a los ministros de Podemos.

LUHN encarna las obsesiones de Pablo Iglesias, puestas de manifiesto en multitud de ocasiones, contra medios y periodistas como el Grupo Prisa, Ana Rosa Quintana, Vicente Vallés, Ángels Barceló y otros numerosos. La patológica fijación contra estos medios y profesionales dedicados a hacer su trabajo y que, a diferencia de sus fustigadores podemitas, pertenecen al mundo de la empresa privada y no perciben salarios públicos -la prueba del algodón de por qué un periodista puede criticar a un político y un político no puede atacar el trabajo de un periodista, por mucho que no le guste-, queda de manifiesto en la cantidad de “noticias” que LUHN publica sobre ellos, como puede observarse en algunas de las capturas de pantalla que ilustran esta información.

Llama enormemente la atención que Pablo Iglesias y LUHN hayan atacado y ataquen sistemáticamente al Grupo Prisa -véanse las capturas anejas- y que ahora el exvicepresidente esté a sueldo de dicho grupo por su trabajo como tertuliano en un programa de la Cadena SER, que, como todo el mundo sabe, pertenece a PRISA. Es una más de las numerosas contradicciones de un político desacreditado, cuyo electorado ha decrecido en proporción directa a su descrédito y que ya no engaña a nadie, salvo, claro está, a su cada vez más reducida feligresía.

Manipulación de libro contra Vicente Vallés. LUHN

Como profesional del periodismo que es una, estoy de acuerdo con que los medios puedan y deban ser criticados por la audiencia, la ciudadanía y los demás profesionales de la información. Pero crear un “medio” única y exclusivamente con este fin y convertir a los demás en el reiterativo monotema diario parece cosa propia de adolescentes o de obsesos. Por eso no me extraña que, ha hecho público recientemente El Español, “el diario de Podemos está en causa de disolución: perdió 15.271 euros y pagó cero impuestos en el año 2020”.