En Mozambique, después de casi 50 años de la descolonización, se sigue viviendo una situación de extrema pobreza, a pesar de las riquezas naturales del país, de conflicto causado por quienes pretenden explotar esas riquezas, y de terror. Recientemente publicamos el asalto a la misión de Chipene y el asesinato de una monja de la misión –La monja María de Coppi, asesinada en un ataque a la misión mozambiqueña de Chipene-. Hoy traemos a nuestras páginas un testimonio gráfico sobre el campo de desplazados-refugiados de Corrane, del que, como del anterior, es autora la gran periodista Elisa Blázquez.
Campo de Corrane, Mozambique.-
Elisa Blázquez es no solo una enorme periodista, sino, sobre todo, una persona excepcional. Su labor periodística en PROPRONews es una de las muchas facetas profesionales y humanas de este gran ser humano, que en Cáceres forma parte de todo movimiento solidario de la ciudad, con particular proyección sobre los inmigrantes y la cultura, y que en otros países, como Mozambique, desarrolla cada año un meritorio y arriesgado trabajo de cooperación. Como en tantas ocasiones anteriores, Elisa dedicó este verano un mes de su vida a ayudar en una de esas misiones españolas en Mozambique, y, entre otras actividades solidarias, visitó el campo de refugiados-desplazados de Corrane, que acoge a algunos miles de las incontables víctimas de la pobreza y la violencia que en aquel país han tenido que abandonar sus pobres moradas.

Elisa tiene, además, el don periodístico de la oportunidad, una cualidad que solo está al alcance de los grandes profesionales. Por eso, cuando cayeron las torres gemelas ella estaba allí, y pudo cubrir la información del desastre, desde Washington y Nueva York, para TVE; y ahora, los funerales y el entierro de la reina Isabel II la han pillado precisamente en Londres, desde donde hará una de sus peculiares crónicas-artículos para nuestros lectores.

CAMPO DE CORRANE
Este es su testimonio sobre el campo de Corrane:
“Saber con exactitud lo que pasa en la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado es difícil. Hay teorías, pero nadie tiene certezas, nadie quiere hablar. «Todos tienen miedo de todos», resumía una persona que ha tenido que dejar su casa y su poblado, y que ahora se conforma con sobrevivir. Escuché la frase en el campo de desplazados de Corrane, que visité este verano, y que me dejó sorprendida porque hay dignidad, mucha dignidad, en aquel refugio.
En mitad de la nada se ha creado un campo de desplazados que acoge a 7.000 familias que han huido de esa guerra invasora que avanza pausadamente, pero sin descanso.
Las chapas metálicas de los tejados de las viviendas temporales brillan bajo el sol, y por las calles de tierra roja asoman las «machambas», las huertas tradicionales de los mozambiqueños.
Hay dignidad, repito, pero se pasa hambre. Se reparte arroz, pero es poco, y eso, y lo que va dando de sí el suelo recién sembrado, es todo el recurso que tienen las familias.
Dos tiendas enormes de UNICEF reciben a los enfermos, y la chavalería estudia en un cercano instituto o en una misión atendida por monjas claretianas. Y mientras los ataques se recrudecen, los alrededores de la provincia se van llenando de aquellos que huyen de esta guerra olvidada en todo el mundo, pero que mata con la misma crueldad que cualquier otra”.

(Elisa Blázquez Zarcero es periodista y escritora. Su último libro publicado es la novela La mujer que se casó consigo misma. Diputación de Badajoz).
SOBRE LA AUTORA
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