martes, 23 abril, 2024
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Destino Mozambique

Un país entre la gloria y la desventura

“África les va a enseñar a ustedes que Dios y el Diablo son uno”, lo dijo Karen Blixen. Dejo a mi perro Killer con un buen amigo, me despido con pena de  mi cuarto de baño, con su ducha de cinco chorros y mis toallas mullidas, propias de un mundo que no voy a disfrutar en las próximas semanas, y empaqueto las últimas camisetas por los resquicios que aún quedan en la maleta ¡Cerrarla, ya será otra cosa!

Maputo desde el aire. HANSUELI KRAPF

Salimos para Mozambique, vuelo directo desde Lisboa hasta Maputo, que por algo esta zona, al sur de África, fue colonia portuguesa. Allí, en la capital, estaremos tres o cuatro días y luego volaremos hasta Nampula, al norte, distante, algo más de dos mil kilómetros. Acompaño a Montaña Malpartida en su reencuentro con este país al que adora, después de once años sin visitarlo. Ella vivió aquí un tiempo largo y convivió con los macúa, la etnia mayoritaria del norte. Su regreso tiene un objetivo: completar su tesis sobre las mujeres macúa, para después establecer un programa de cooperación cultural y educativo, ya que Montaña imparte clases de cooperación al desarrollo.

La mujer macúa se mueve en una sociedad matriarcal aunque el poder, al final, lo ostenta el hombre y corresponde al hermano mayor. Sus costumbres, su historia y su forma de vida son fascinantes.

25 AÑOS DE PAZ

Este año Mozambique celebra sus veinticinco años de paz, tras una larguísima guerra civil que duró desde 1975 a 1992. Recientemente se han producido frecuentes revueltas entre partidarios del FRELIMO (Frente de Liberación de Mozambique) y la RENAMO (Resistencia Nacional Mozambiqueña), siglas de los partidos que rigen el país, con implantación respectivamente en el norte y en el sur; pero en estos momentos existe una tregua.

Las dificultades diarias son enormes.

Mozambique Es un país con un potencial enorme, de una belleza que se reparte entre unas playas de ensueño bañadas por el océano Indico y un interior que recoge toda la serenidad y esplendor de los atardeceres africanos. También comparte el famoso parque Kruger con Sudáfrica y tiene otras joyas, las más importantes en Niassa y Gorongosa, el parque nacional dónde pueden verse en libertad y ser «cazados» por las cámaras de fotos, leones, elefantes, jirafas o impalas.

Junto con Senegal tiene el triste honor de haber sido puerta de embarque de los esclavos que partían hacía Oriente Medio, Brasil o Cuba. La Ilha de Moçambique, un paraíso de luz y piedra, era la escala en el camino del boyante y vergonzoso comercio de oro, marfil y seres humanos .

Se cumplen 25 años de paz en el país, tras una cruenta guerra civil.

Nos alojaremos en algunas de las muchas misiones que florecen repartidas por el país. Salvo en Maputo, no hay ONGs implantadas en Mozambique, uno de los lugares más pobres del mundo, donde aún son frecuentes las muertes por enfermedades infecciosas y dónde la malaria campa a sus anchas.

Cuidado, elefantes en la vía.

Convivir un mes con los macúa y aprender lo mucho que tienen que enseñarnos para, como digo, intentar establecer programas de cooperación, es el reto. Olvidaremos las comodidades del llamado primer mundo para adentrarnos en la vida de los poblados. Será una aventura preciosa y si puedo –que espero que sí-, la contaré a los lectores de PROPRONEWS.

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