martes, 19 marzo, 2024
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Todos podemos ser el doctor Livingstone (supongo)

Entrevista a Álvaro Planchuelo, un viajero del siglo XXI

Es curioso, cuando se tiene mucho interés en hacer algo especialmente bien, es cuando más cuesta ponerse. Es lo que me ha pasado con esta entrevista a Álvaro Planchuelo. Quiero trasmitir todo el amor que él siente por los viajes y soy incapaz, después de llegar de uno patrocinado por él, de sentarme a escribir. En estos días he lavado hasta las cortinas de casa, posponiendo enfrentarme al ordenador para hablaros de una persona cuya labor merece la pena conocer: arquitecto de profesión, arqueólogo por vocación, ornitólogo de afición, cooperante por convicción y viajero incansable. Pero ahora, con las cortinas recién almidonadas, el suelo de la casa reluciente y los armarios en perfecto orden de revista, paso a presentaros a Álvaro Planchuelo Martínez de Haro.

“Dentro de veinte años estarás más decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que hiciste. Así que desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos. Aprovecha los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre”, (Mark Twain).

DESDE NIÑO

Con 12 años se embobaba con los bisontes de la Cueva de Altamira, a los 16 paseaba por Londres con desparpajo, cumplió 18 y se fue a Estambul y apenas con 20 había cruzado África. Ahora, con algunos más, es fácil encontrarle en una de las filas de embarque de cualquier aeropuerto del mundo, combinando afición, trabajo y voluntariado.


“Viajar es una de las mejores maneras de conocimiento y crecimiento personal”.


Acaba (acabamos) de llegar de Jordania con un grupo de viajeros convocados por El País Viajes y B the travel brand, dentro de un proyecto que reúne a expertos bajo cuya dirección se planifican viajes con una marca distinta, la que da el conocimiento y el amor de los que, como Álvaro, se encargan de recorrer el mundo para después hacerlo más accesible a los demás.

El proyecto lo dirige Paco Nadal, y uno de esos expertos, es mi entrevistado, Álvaro, un hombre que lo mismo te prepara un viaje para contemplar los parajes más bellos del mundo, que te lleva al centro de África a bailar con una tribu malenke, a disputar un partido de fútbol con los habitantes de un poblado remoto de Senegal…; o a Cabañeros, para ver aves y ciervos y contar luego historias a la luz de la luna.

Jerash (Jordania).
Jerash (Jordania).

En este caso el viaje a Jordania (en el que participó quien esto escribe) se denominaba “Buscando a Lawrence de Arabia”, y su espíritu, el de Lawrence, impregnaba el recorrido por la inmensidad del desierto rojo de Wadi Rum… “Los paisajes, en los sueños infantiles, tenían aquel mismo aspecto vasto y silente”.

CAMPAMENTOS SOLIDARIOS

Pero esta colaboración con El País Viajes, es solo una de sus actividades; la que a mí más me gusta es otra, la que realiza con la ONG que fundó y que preside, Campamentos Solidarios. Con ella trabaja en Senegal y Guatemala realizando proyectos turísticos en poblados casi perdidos. La filosofía es generar recursos en zonas de extrema pobreza, lugares con graves dificultades para cubrir sus necesidades más elementales y, a partir de ahí, generar empleo. En definitiva, dar oportunidades a gente que tiene pocas.


“Viajero es el que observa, el que reflexiona, el que interpreta, el que se hace preguntas y en el que se despiertan inquietudes”.


“Hacemos arquitectura bioclimática – cuenta Álvaro- a través de la recuperación de la arquitectura vernácula de cada etnia o tribu con la que trabajamos, bien sea con los materiales o con los sistemas constructivos. Los proyectos los hacemos en España porque tiene que haber mezcla de la arquitectura tradicional de cada país con el confort occidental, que necesitamos para tener una estancia cómoda y agradable. Le llamamos el lujo de lo básico. En nuestros campamentos tenemos de todo, pero sin ostentación”.

Doy fe, estuve hace algunos años en Senegal con Campamentos Solidarios. No creo exagerar si digo que fue el viaje de mi vida. Es una forma distinta de aventurarse en un país, disfrutando de las vacaciones y a la vez conociendo la realidad de sus gentes, fomentando el intercambio cultural, hospedándonos en alojamientos que contribuyen al crecimiento sostenible y teniendo contacto con los proyectos de cooperación que allí se llevan a cabo. Un combo, pues, difícil de superar.

Álvaro Planchuelo. SONIA STRACCHI
Álvaro Planchuelo. SONIA STRACCHI

Lo explica muy bien el creador de la ONG: “Cuando una persona ha viajado bastante, aprecia que hay diferentes maneras de hacerlo, diferentes grados; uno es simplemente observar, otros es entender y por último contribuir, que es el más elevado, y es, además, una manera especial de viajar, tan divertida como otra cualquiera, pero, sobre todo, eficaz y que llena mucho. Descubrir, explorar, implicarse y vivir de forma mucho más intensa el viaje, ayudar a la gente…; se abren muchas puertas, puertas que no son accesibles para el turista de paso. La experiencia es mucho más intensa así”.

¡Qué me lo digan a mí!, que me emocioné casi hasta las lágrimas una noche, cuando las mujeres del poblado fueron a buscarme a altas horas para que les enseñara los cuatro pasos “rumberos” que había dado por la mañana frente a toda la tribu, después de que ellos bailaran frenéticamente y con una armonía y un ritmo envidiables. A la escasa luz de una hoguera, que encendieron para mí, me abrazaban y me decían “tú, hermana”.

EL VIAJE ES CONOCIMIENTO

“Viajar es una de las mejores maneras de conocimiento y crecimiento personal, lo recomiendo encarecidamente –dice Álvaro, contundente- y en mi opinión -añade (y esto me deja bastante sorprendida)-, no veo grandes diferencias entre el mítico Doctor Livingstone y un viajero actual. Hay más gente, eso está claro, y más facilidades y seguridad para desenvolverse, pero la diferencia entre el llamado turista y el viajero es la actitud, no la masificación. A un turista no le importa el entorno, viaja y lo pasa bien, pero no capta la esencia que le ofrece el país que pisa. Un viajero es el que observa, el que reflexiona, el que interpreta, el que se hace preguntas y en el que se despiertan inquietudes”.

Petra (Jordania).
Petra (Jordania).

Al hilo de esto, pregunto si los nacionalismos se curan viajando, y él se ríe: ”No lo sé; pero lo que sí tengo claro es que viajar es fascinante. No concibo que una persona viva en una casa y no conozca todas las estancias de la misma, desde el desván al ático. El planeta es nuestra casa y hay que explorarlo, descubrir sus gentes, sus costumbres…”

Pero Álvaro no solo viaja por países remotos o lugares cercanos, también mantiene un estudio de arquitectura que, entre otros proyectos, ha dado a luz el Acuario de Gijón,  el Pabellón de los Ríos de la Expo de Zaragoza de 2008, varios centros en parques nacionales españoles, el Parque Marino del Pacífico en Costa Rica o el Ranchón Social de la Cultura Maya en Guatemala…

RECUPERAR IRAQ

Y ahora se trae entre manos un precioso proyecto, como vicepresidente de la Asociación de Fomento de las Relaciones Hispano-Iraquís, creada para colaborar en la recuperación de Iraq, destrozada, dice, no solo por las últimas guerras. “Se ha gestado un desastre total ya desde finales del XIX, que fue cuando se inició el expolio de los yacimientos, pero quedan Babilonia, Nínive, Asiria, Sumeria y un buen número de lugares sagrados islámicos. Hay mucho patrimonio, pero hay que planificar bien su reconstrucción, y en España sabemos hacerlo. En nuestro país, en solo cincuenta o sesenta años, hemos conseguido ser los primeros o segundos en número de monumentos Patrimonio de la Humanidad y también de turistas, y eso hay que llevarlo también a la gente que lo necesita. Franceses, alemanes, italianos ya están colaborando, nosotros no podíamos faltar”.

El proyecto, presentado ya al gobierno iraquí y muy bien recibido, divide los monumentos y los sitios arqueológicos en tres rutas, la Mesopotámica, la Preislámica y la Islámica, y tras dos años de investigación concienzuda, se presentará en un congreso que tendrá lugar en Madrid en noviembre. “Hay esperanza de salvar lo que la guerra y la locura del ser humano han destruido –dice Álvaro-, devolviendo la vida a un pasado de esplendor, para que el común de los mortales podamos seguir apreciándolo”.

VIAJAR ES ENAMORARSE

Pero viajar no solo sirve para disfrutar, sirve para enamorarse de este mundo, para entender que todos somos habitantes del mismo planeta y nuestra obligación es cuidarlo, quererlo, hacerlo más limpio, amable y bueno, y luego volver a casa y valorar lo nuestro, para aventar la sutil verdad que encierra otra frase de Lawrence de Arabia: “Raramente ama uno lo que tiene al alcance de la mano”.

Álvaro podría llenar un pozo con la tierra que se ha traído en sus zapatos recorriendo el mundo y, como Ling Yutang, podría además asegurar cualquier noche, antes de dormirse, sabiendo que al día siguiente tiene que volver a hacer las maletas, que “nadie se da cuenta de lo hermoso que es viajar hasta que vuelve a casa y descansa sobre su almohada vieja y conocida”.

Alegría de ida y vuelta

CONSTRUCTOR DE UN MUNDO MEJOR

Álvaro Planchuelo (Madrid, 1959) no solo es un arquitecto de renombre internacional, sino que de él podemos decir también que pertenece a esa clase de ser humano empeñado en construir un mundo mejor. En su persona se da la doble vertiente del profesional y artista de éxito, con una enorme obra arquitectónica en su haber, y del ser humano comprometido y solidario. Por eso él no solo construye edificios, sino que está empeñado también en lograr un mundo más habitable, igualitario y justo.

Su ficha en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) dice de él lo siguiente:

“Es arquitecto titulado por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (1985), Máster en Restauración y Rehabilitación del Patrimonio por las Universidades de Alcalá de Henares y Valladolid, Máster en Energías Renovables y Eficiencia Energética por el IMF Bussines School, y Técnico Superior en Energías Renovables por la Universidad San Pablo CEU. Cuenta con estudio profesional de arquitectura y diseño, fundado en el año 1985 agrupando a profesionales de distintas actividades que forman un equipo multidisciplinar. Su organización interna está dividida en 4 departamentos: Arquitectura (nueva planta), Patrimonio (rehabilitación y restauración), Diseño (interiorismo, exposiciones y mobiliario) y Cooperación (apoyo al desarrollo y a ONGS). Con la observación de la naturaleza como fuente principal de investigación, se plantean todos los trabajos dando prioridad a la integración en el medio y al comportamiento ambiental de las actuaciones. Funcionalidad, recursos, lugar, clima, paisaje, diseño y sostenibilidad son los pilares en los que se asientan todas las intervenciones. En los últimos años se ha conseguido el primer premio en varios concursos nacionales e internacionales de arquitectura. Es socio plenario de SEO/Birdlife /Sociedad Española de Ornitología), socio de la AEACS (Asociación Española de Amigos de los Castillos) y Presidente y fundador de la ONG Campamentos Solidarios”.

Entre las numerosas obras del arquitecto destacan las siguientes:

* Centro de Visitantes y Museo Interactivo de P. N. de Cabañeros

* Pabellón de los Ríos Expo Zaragoza 2008 (Acuario fluvial)

* Centro de Interpretación del P.N. Marítimo del Archipiélago de Cabrera

* Acuario de Gijón

* Hotel Puro Palma (Palma de Mallorca)

* Restauración/Rehabilitación Edificio Balcón de Palacio (Madrid)

* Edificio Polideportivo y Asistencial “Centro Estel” (Palma de Mallorca)

* Centro de Entrenamiento de Piragüismo Eduardo Herrera (Madrid)

* Red de Ecocampamentos Turísticos de Senegal

* Ranchón Social de la Cultura Maya (Guatemala)

* Centro de Visitantes P.N. Aigüestortes (Lleida)

* Pabellón de España Expo Milán 2015

* Parque Marino del Pacífico (Acuario Nacional de Costa Rica)

(Elisa Blázquez Zarcero es periodista y escritora. Reportaje gráfico y videográfico de la autora).

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