La ciudad de Cáceres es mundialmente conocida por ser una de las ciudades europeas que más tempranamente fue declarada Patrimonio de la Humanidad, pues cuenta con uno de los más excepcionales conjuntos histórico-artísticos medievales. Pero llegará el día en que la fama de Cáceres, a nivel mundial, sea mucho mayor cuando El Calerizo de Cáceres nos entregue sus secretos.
Cáceres, Extremadura.-
Es cierto que, por la irresponsabilidad de ciertos entes públicos y privados, algunos de los secretos de El Calerizo ya se han perdido para siempre, pero el lugar aún conserva los suficientes para reescribir la prehistoria del hombre sobre la tierra. Además, me atrevo a vaticinar que guarda espacios de indescriptible belleza.
Con millones de años de antigüedad, esta joya geológica, prehistórica e hídrica convierte a Cáceres en uno de los asentamientos humanos más antiguos del mundo.
El Calerizo de Cáceres es una formación geológica con millones de años de existencia, que tiene una singularidad especial y, sobre todo, que ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la vida del hombre desde la más remota antigüedad. El Calerizo es un tesoro no sólo geológico, sino antropológico, arqueológico, prehistórico e histórico, por encerrar en su interior una serie de “cápsulas del tiempo”, que son vitales para conocer la historia de la humanidad en el continente europeo.
Para Cáceres, más que un tesoro, es la razón de su existencia desde hace miles y miles de años como lugar habitado. Por si fuera poco, El Calerizo es un repositorio de agua, que es necesario proteger para cumplir el sexto objetivo de desarrollo sostenible, “garantizar la disponibilidad de agua y su ordenación y saneamiento sostenible”. Podría dar muchas más razones que justifican sobradamente la exigencia ineludible de su protección.
EL SUBSUELO DE CÁCERES
Siguiendo al geólogo Juan Gil, El Calerizo de Cáceres, ubicado al sur de la ciudad, conforma el subsuelo de Cáceres. Está constituido por rocas calcáreas del Carbonífero Inferior. La extensión del Calerizo es de unos 14 km2, constituyendo uno de los acuíferos kársticos de mayor entidad de Extremadura, capaz de almacenar hasta 3 Hm3/año en anualidades de pluviometría media.
El Calerizo aún conserva los suficientes secretos para reescribir la prehistoria del hombre sobre la tierra, pero sigue en peligro.
En la cota más baja de El Calerizo, al suroeste de la ciudad, hay una fuente kárstica conocida como El Marco, que arrojaba un caudal de 95 litros al segundo, y dio lugar, desde la más remota antigüedad, a la Rivera del Marco, una corriente de agua única entre el Guadiana y el Tajo. Gracias a esta corriente de agua y a las que rebosan en menor cantidad en otras zonas del Calerizo, se asentaron diferentes poblaciones durante el Paleolítico y el Neolítico, relacionadas con las cuevas kársticas de Maltravieso, el Conejar, Santa Ana, o las más recientemente descubiertas del Garrucho, y allí dejaron sus huellas. Miles de años después llegaron los vetones, los romanos, los visigodos, los árabes, …, y así hasta la actualidad.
El Calerizo de unos 14 km2, ubicado al sur de la ciudad, conforma el subsuelo de Cáceres, pero no está lo suficientemente protegido.
El Calerizo conforma en su superficie uno de los asentamientos urbanos con más millones de años de antigüedad, haciendo de Cáceres uno de los núcleos urbanos habitados más antiguos del mundo. El Calerizo guarda en su interior toda esa inmensa huella humana, tan longeva, de la que solo conocemos una ínfima parte.
PINTURAS RUPESTRES
Una ínfima parte de lo que conocemos en este yacimiento son pinturas rupestres, algunas datadas en más 66.000 años de antigüedad. La importancia de las pinturas rupestres no es sólo su antigüedad, que abarca diferentes asentamientos a lo largo de milenios. Por tanto, lo poco que conocemos, no sólo parte de las huellas más antiguas del hombre sobre la tierra, sino que la persistencia de dicha huella a lo largo de miles de años ofertan una variedad y riqueza que convierten a Cáceres en un enclave arqueológico, prehistórico e histórico absolutamente excepcional, como consecuencia de esta importante formación geológica que es el Calerizo.
Ante una formación geológica que ha dado lugar a la vida del hombre durante, al menos, 66.000 años, ante un acuífero, que ha permitido la vida del hombre durante más de 66.000 años, ¿qué deberían haber hecho los entes públicos? ¿Qué deberían haber hecho el Ayuntamiento de Cáceres, la Junta de Extremadura y el Gobierno de España a través de los organismos con competencia en materia de acuíferos? En concreto, ¿qué debería haber hecho la Confederación Hidrográfica del Tajo? La respuesta es obvia: deberían haber protegido y cuidado este acuífero y todas las huellas que el mismo ha dejado en el devenir de millones de años.
CONSENTIR Y DESTRUIR
Frente a este deber, los entes públicos antes citados se han limitado a consentir y, a veces, a participar en su destrucción.
Sobre El Calerizo de Cáceres se han establecido asentamientos urbanos que están contaminándolo con las perforaciones y vertidos ilegales incontrolados sobre el mismo. Hechos lamentables e ilegales, porque se ha incumplido por parte de los entes públicos (entre otras obligaciones) la directiva 91/271/cee de la Unión Europea Una directiva que obliga a proteger el medio ambiente de los efectos adversos de las aguas residuales, eliminando los vertidos que contaminen acuíferos. Precisamente, por incumplimiento de dicha directiva a nivel nacional, el 6 de abril de este mimo año la Comisión Europea ha decidido llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Otra sanción más que nos caerá, por el incumplimiento de las obligaciones asumidas por España en materia de saneamiento urbano. A la vez, se incumple con ello el Pacto Verde Europeo, que establece un objetivo de contaminación cero para la Unión Europea.
El primer responsable es el Ayuntamiento de Cáceres, pues tiene atribuida la competencia de recogida y depuración de aguas residuales urbanas. Contaminar un acuífero es fácil, descontaminarlo, obra de titanes. Pero una gran responsabilidad la tiene, también, el Gobierno de España, pues a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo, como entidad de derecho público adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica, tiene que cumplir la Directiva Marco del Agua. La Confederación Hidrográfica del Tajo no ha protegido en ningún momento El Calerizo de Cáceres, ni siquiera lo considera “masa de agua”, pese a almacenar hasta 3 Hm3/año. La Junta de Extremadura tampoco se ha preocupado, hasta ahora, de proteger un bien tan valioso como este. Y ello, a pesar del clamor que parte de la sociedad cacereña viene exigiendo y reclamando, de una vez por todas, que el acuífero de Cáceres contenido en El Calerizo se declare masa de agua. El propio Ayuntamiento de Cáceres, consciente de la situación en que estamos, en el Pleno de 18 de noviembre de 2021 aprobó solicitar a la Confederación Hidrográfica del Tajo dicha declaración.
Por último, lo único que le faltaba a El Calerizo de Cáceres es que se vuelvan a abrir minas, que aceleren aún más su destrucción y deterioro. Un peligro añadido para este bien de valor excepcional.
La irresponsabilidad de los entes públicos citados en la parcial destrucción del acuífero que contiene El Calerizo de Cáceres, los hace a la vez responsables de su deterioro y de la pérdida de su enorme riqueza. Ahora bien, nos encontramos con el problema de siempre: la Administración tiene infinitos instrumentos para obligar y sancionar al administrado incumplidor de las obligaciones que la ley le impone, pero el administrado tiene muy pocos recursos e instrumentos para exigir a los entes públicos que cumplan con sus obligaciones, o para exigirles responsabilidad por sus incumplimientos. Así nos va.
Al menos, en la ciudad de Cáceres aumenta cada vez más una sociedad civil consciente y responsable, que, por difícil que sea, no va a parar en poner de relieve el irresponsable actuar de los citados entes públicos sobre la protección y conservación de este valioso patrimonio cultural que conforma El Calerizo, con el acuífero y todas las huellas del ser humano, que en el mismo se conservan, en lo que podemos llamar “cápsulas del tiempo”.
(Alejo Hernández Lavado es doctor en Derecho, profesor universitario, delegado y asesor de Hispania Nostra y Europa Nostra, Académico C. de la Real Academia de Córdoba y un reconocido defensor del Patrimonio Cultural).
SOBRE EL AUTOR
Alejo Hernández Lavado, ilustre profesor y defensor del patrimonio, nuevo colaborador de PROPRONews
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