viernes, 19 abril, 2024
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La política minera del Gobierno y la Junta es nefasta para Extremadura

Un sistema económico obsoleto, basado en una minería extractiva y sin contraprestaciones, mantiene a la región en el subdesarrollo y pone en gravísimo peligro el patrimonio natural, medioambiental, hidrológico y monumental de nuestras ciudades y comarcas

¿Están actuando bien el Gobierno de España y la Junta de Extremadura con la ciudad de Cáceres y sus habitantes? Esta pregunta -cuya respuesta es NO-, se puede extender a otras ciudades Patrimonio de la Humanidad, como Salamanca, y a las del resto de España, a las que en un momento u otro les tocará sufrir las consecuencias de una política equivocada. Una política que está generando una ola de indignación, que no deja de crecer con la pandemia y la ruina que estamos viviendo. Mientras tanto, en Sevilla se procesa a los políticos y técnicos presuntamente implicados y responsables en el colosal desastre de Aznalcóllar. ¿Habrá que esperar en Extremadura a que ocurra otra catástrofe urbana y medioambiental todavía peor que esa? Entretanto, hoy, el pleno del Ayuntamiento de Cáceres ha vuelto a dar su NO rotundo a la mina.

El profesor Alejo Hernandez Lavado.
El profesor Alejo Hernandez Lavado.

Cáceres.-

Mientras en Salamanca y en Cáceres, cientos de ciudadanos indignados se manifiestan una y otra vez contra una equivocada política minera del Gobierno de España -y en el caso de Cáceres: de la Junta de Extremadura-, un juzgado de Sevilla, procesa a nueve personas por presunta prevaricación en la mina de Aznalcóllar, entre ellas, la exdirectora general de la Junta de Andalucía y el expresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

La actividad minera en España tiene una larga tradición y muchos daños colaterales, como los que se han sufrido en la Ruta de la Plata (la que discurría desde Sevilla a Gijón), por elegir una, aunque podríamos designar otras.

España es un país con un inmenso patrimonio cultural y natural. Pero ya una política inadecuada y desarrollista destrozó el litoral español. Estoy totalmente a favor de un turismo respetuoso, sector que creo conocer bien, por años de docencia e investigación universitaria sobre diversos aspectos relacionados con ello. Este sector ha sido un motor económico fundamental en España, pero, mal gestionado, se ha llevado por delante algunos de los mejores espacios naturales y de convivencia de nuestro país, como las costas o la habitabilidad de ciertas ciudades. Parto de una postura totalmente favorable a que el turismo siga siendo un motor de desarrollo en España, superada la pandemia, y máxime cuando disponemos del potencial de un alto grado de profesionalización y cualificación en el sector, para que no precarice y sea pan para hoy y hambre para mañana.


Hoy, el pleno del Ayuntamiento de Cáceres ha vuelto a rechazar la mina de litio, con la sola oposición de Ciudadanos.


Pero al igual que el mejor turismo que podemos desarrollar es el de la eficiencia y la calidad, respetuoso con la naturaleza de su entorno y el patrimonio, y con las personas que lo habitan de forma estable, principios muy parecidos se pueden aplicar a la minería.

La mejor industria minera que podemos desarrollar no es la que hasta ahora se ha realizado, con la obsoleta y preconstitucional Ley de Minas de 1973. Una ley que sigue con graves deficiencias, pese a los numerosos parches de las sucesivas modificaciones, y que está provocando una y otra vez que se sigan cometiendo los errores del pasado. Un pasado muy triste en muchos sentidos. No podemos seguir así, aunque el Gobierno de España y la Junta de Extremadura y otros muchos poderes públicos continúen sin darse cuenta de ello, obsesionados con un desarrollo intensivo y rápido de la minería, como solución mágica para resolver los problemas económicos que tenemos por una mala política económica desde hace décadas, si no siglos. Una política que ha puesto en venta el patrimonio minero español y a España a cambio de nada.

Publicidad del Gobierno de España para desarrollar la minería. Composición ALEJO HERNÁNDEZ
Publicidad del Gobierno de España para desarrollar la minería. Composición ALEJO HERNÁNDEZ

A nivel internacional, el Gobierno de España acude a los foros mundiales mineros más importantes vendiendo nuestros recursos mineros con el slogan “Stable Legal Framework”, que podríamos traducir por “marco jurídico estable”. Efectivamente, el marco jurídico es estable, tanto que va a cumplir medio siglo de estabilidad. Su configuración esencial es anterior al actual régimen democrático. Por ello, evidentemente:

1).-SIN COMPENSACIÓN PARA LA POBLACIÓN AFECTADA

Este ¡marco jurídico estable! no prevé una mínima compensación para la población afectada de manera directa por la destrucción del paisaje y de los recursos naturales que la minería explota (a diferencia, por ejemplo, de otras intervenciones reguladas de forma reciente, que sí están hoy sometidas a compensaciones elementales de inversión, como el denominado 1,5% cultural exigido a las intervenciones de la política estatal de obras).

2).-CON DERECHOS EXORBITANTES PARA LAS EMPRESAS MINERAS

Este ¡marco jurídico estable! concede unas facultades y derechos exorbitantes a las empresas mineras, anteponiendo sus intereses de lucro sobre casi cualquier otro bien jurídico en juego. Consiguen con parámetros de exigencia y responsabilidad de 1970 los permisos de investigación. Estos permisos se transforman con enorme facilidad en permisos de explotación, y luego se prorrogan de forma casi automática.

3).-SIN LAS REGLAS DEL CONVENIO EUROPEO DEL PAISAJE

Este ¡marco jurídico estable! de una actividad destructiva del paisaje no ha incorporado con seguridad jurídica las reglas del Convenio Europeo del Paisaje, un tratado internacional (es decir, de obligado cumplimiento) ratificado por España mediante instrumento publicado en el BOE del 5 de febrero de 2008.

4).-MINA Y PLANTA A LAS PUERTAS DE UNA CIUDAD

Este ¡marco jurídico estable! no contempla la situación de abrir una mina a cielo abierto e instalar plantas de obtención del mineral en las puertas de las ciudades españolas, en este caso Cáceres, a menos de dos kilómetros de sus centros históricos, y a menos de 600 metros de Bienes de Interés Cultural.

5).-SIN ESCUCHAR A LA CIUDADANÍA AFECTADA

Este ¡marco jurídico estable! no toma en cuenta el deseo y la voluntad de los que viven en y con el paisaje a destruir (más de cien mil personas próximas), cuya voz no tiene derecho a ser escuchada, pese a ser España un Estado social y democrático de Derecho (en 1972, cuando se elaboró esa ley, en nuestro país no se cuestionaban mucho estos “detalles” en las leyes de explotación minera).

En definitiva, este ¡marco jurídico estable! no garantiza la protección del patrimonio natural y cultural singular, el patrimonio de especial valor para la ciencia, y para la sociedad.


Procesados en Sevilla por presunta prevaricación en la mina de Aznalcóllar, la exdirectora general de la Junta de Andalucía, el expresidente de la SEPI y otras 7 personas.


Podríamos seguir diciendo muchas, pero muchas más cosas de este ¡marco jurídico estable! Sin embargo, esto es un sencillo artículo de opinión y no un informe jurídico sobre los muchos cambios que necesita la legislación de minas. Para ello necesitaríamos una comisión y meses de trabajo. Yo me limito a apuntar algunas cuestiones, desde el ángulo que más me preocupa, la protección del patrimonio cultural y natural.

TEL S.L., 3.500 EUROS DE CAPITAL SOCIAL

La ciudad de Cáceres se encuentra en una encrucijada muy comprometida y muy dura. Por una parte, se ha creado una empresa minera llamada Tecnología Extremeña del Litio. Es una sociedad de responsabilidad limitada, constituida el 13 de octubre de 2016, con un capital de 3.500 euros y con domicilio social en Madrid. Por otra parte, el gobierno de la Junta de Extremadura presume de una decidida apuesta por desarrollar al máximo la minería en Extremadura.

La Junta a través de lo que ella misma llama “Administración Minera” (en su portal “SIGEO”) comienza poniendo de relieve la gran riqueza en metales que tiene Extremadura: oro, plata, plomo, cobre, estaño, wolframio, etc., ofreciendo todo tipo de recursos públicos para desarrollar las actividades mineras (de explotación y beneficio privado), sin mayor expectativa que cruzar los dedos para que la riqueza no se la quede el inversor a miles de kilómetros.

Publicidad de la Junta de Extremadura para desarrollar la minería. Composición ALEJO HERNÁNDEZ
Publicidad de la Junta de Extremadura para desarrollar la minería. Composición ALEJO HERNÁNDEZ

Así, el Diario Oficial de Extremadura de 2 de febrero de 2021 ha publicado el otorgamiento del permiso de investigación de recursos de Sección C) denominado «Ampliación a Valdeflórez», n.º 10C10359-00”, en el terreno periurbano de la Ciudad de Cáceres. Investigación minera justamente pegada a la Ciudad.

¡DICEN QUE NO HAY AGUA!

En la página 13 de la resolución de otorgamiento del permiso se recoge “El Informe del Servicio Territorial de Cáceres de 30 de septiembre de 2019”. En este Informe (público) se determina que no existe –de acuerdo con el Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo– “ninguna masa de agua subterránea” en el área incluida en dicho permiso de investigación. Un informe técnico, pagado con fondos públicos, elaborado por profesionales imparciales y solo sujetos al interés general, dice que ahí no hay agua. ¡Que no la hay!

La existencia o inexistencia de agua en el subsuelo donde se van a desarrollar las actividades mineras es muy importante, porque cualquier actividad minera tiene necesidad de agua para el desarrollo de la misma (y esta, en especial, porque de lo contrario la contaminación provocada sería catastrófica). Dentro de los muchos derechos que concede la Ley de Minas de 1973, el artículo 64 dispone que “los titulares de explotación (…) pueden utilizar con fines mineros las aguas subterráneas que alumbren” en la zona de explotación.

Alguien me ha llamado “profeta” en redes sociales. Me encantaría serlo, pero desgraciadamente no tengo ese don. Aunque, como todo, en circunstancias especiales se puede alcanzar. Hoy, en relación a las cuadrículas de investigación minera concedidas por la Administración Minera de Extremadura que están encima del “Calerizo” de Cáceres, adquiero el don de la profecía, y hago la profecía de que van a alumbrar agua. De verdad, pinchando en el “Calerizo” de Cáceres se alumbran aguas.

Por favor, los cacereños que se están revolcando por el suelo de risa, que paren. Lo mismo digo a los arquitectos de Madrid que levantaron el Auditorio de la Avenida de la Hispanidad, y al excavar los sótanos se encontraron que la única forma de parar la salida de agua del Calerizo, que por allí comenzó a salir, era una bomba de extracción y crear una conducción que vertiese el agua del Calerizo en la Rivera del Marco, per secula, seculorum… (amén).

Pero que paren las risas, pues el tema es muy serio. Las consecuencias de una legislación nefasta como es la Ley de Minas de 1973 sobre un patrimonio paleontológico, geológico, natural y cultural tan frágil como excepcional son muy, pero que muy graves.


No podemos seguir así, aunque el Gobierno de España, la Junta de Extremadura y otros poderes públicos no se den cuenta de ello.


Aunque antes de continuar quiero mostrar mi disgusto públicamente con la Confederación Hidrográfica del Tajo, al no poner de relieve que existe en Cáceres una reserva de agua desde hace millones de años en la estructura geológica identificada como el Calerizo. Seguro que es cierto que a la Confederación no le consta la existencia de “masas de agua”. Un concepto introducido por la Directiva 2000/60/CE por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas. Una norma que entró en vigor el 22 de diciembre del 2000, el año del Convenio Europeo del Paisaje, que a mi modesto criterio no se está respetando en este proceso. Pero bien podría la Confederación del Tajo seguir los criterios del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que considera que el concepto «masa de agua» es un concepto útil para la gestión, pero no debe olvidarse nunca el concepto de «acuífero» que es la entidad básica y que puede ser delimitado físicamente de forma clara y precisa, atendiendo exclusivamente a criterios hidrogeológicos. El Ministerio aconseja, y la Confederación de la mismísima Administración española hace lo que le da la gana, es decir, “oídos sordos”.

El acuífero cárstico de “El Calerizo”, uno de los mayores de Extremadura, tiene el agua no agrupada en masas diferenciadas, sino en cientos de miles de compartimentos fruto de su peculiar estructura, por su peculiar, singular y valiosa formación geológica. Lo que consta hasta hoy de la extensión del Calerizo son cavidades cársticas pequeñas diseminadas por todas partes.

HERMOSAS CUEVAS EN CÁCERES

Las cavidades cársticas son lo que todos conocemos como cuevas. Estas pueden ser de pequeño tamaño como las del Castañar de Ibor, o de mayor tamaño, como las del Águila (Arenas de San Pedro), o la Gruta de las Maravillas (Aracena), etc. Eso es lo que tenemos en Cáceres, pendiente de que la espeleología lo investigue. De momento lo poco que sabemos promete, promete mucho.

En Cáceres, remover la tierra supone la aparición de una cueva de formación calcárea con estalactitas y estalagmitas, que es lo que ha pasado al realizar la construcción de la “ronda Este”, con la aparición de las cavidades del Garrucho.

El Carrucho. Esto encierra Cáceres en sus entrañas. EDUARDO REBOLLEDA. Asociación Geológica de Extremadura.
El Carrucho. Esto encierra Cáceres en sus entrañas. EDUARDO REBOLLEDA. Asociación Geológica de Extremadura.

Seguro que la mayoría recuerda las lecciones de ciencias naturales en sus clases, que explicaban los siglos y milenios que tardan en formarse algunas de estas estructuras espeleológicas. Esas mismas que son visitadas (con su correspondiente explotación turística sostenible) por miles de personas cada año, en algunos de los parajes más bellos de nuestro país.

Cáceres no está para convertirse en una mina a cielo abierto. Cáceres está para instalar un centro científico interdisciplinar que extraiga la riqueza geológica que forman la Sierra de la Mosca y El Calerizo. La información que de la historia de la tierra y del hombre se puede obtener en este lugar, puede generar a esta ciudad y a la región extremeña una riqueza mucho mayor que la mina de litio a cielo abierto. Y además puede no agotarse, si no se explota el agua que las crea y desarrolla para alimentar de forma cutre y vulgar una minería de corto recorrido.

Respetar y proteger la Sierra de la Mosca y El Calerizo como patrimonio cultural y natural, por lo mucho que nos ofrecen y pueden dar de sí, y por el gravísimo peligro de destrucción que corren con la mina de litio y la planta de transformación aneja, es la razón que me lleva a oponerme a la mina y a cualquier otra actividad que destruya ese tesoro. No estoy en contra de la minería, sino en contra de la forma en que hasta ahora se ha desarrollado y con lo que el gobierno llama “marco jurídico estable”. Porque este permite una explotación miope, precipitada, para el puro lucro de un puñado que ni siquiera gasta por aquí (quitando ahora los notables gastos de propaganda prominera que nos tragamos en cada esquina de la ciudad de Cáceres y que, a fuerza de repetirse, algunos ingenuos pueden terminar creyendo).

INFORME DEFICIENTE Y DEFECTUOSO

El defecto que tiene el informe utilizado por la Administración Minera de la Junta de Extremadura es no hacer constar que parte de las cuadrículas están sobre El Calerizo y que allí (obviamente, desde ese punto de vista) no se puede hacer otra cosa que dejar a los científicos. Porque si no hay agua en el entorno de Cáceres –justo en las zonas que se corresponden con las cuadriculas del permiso de investigación resultará ser el único lugar sin agua subterránea–, no hay agua que proteger ni medidas de precaución alguna que tomar. En consecuencia, no se toman.


Tecnología Extremeña del Litio es una sociedad de responsabilidad limitada, con un capital de 3.500 euros y domicilio social en Madrid.


Ahora bien, mi especialidad jurídica es el Derecho tributario, y los especialistas en esta rama somos (como, o entre otros) los inspectores de Hacienda. Tenemos claro que las cosas son lo que son y no lo que uno quiera denominar o aparentar. Por eso, cuando determinamos la exigencia de una obligación tributaria, lo hacemos con arreglo a la naturaleza del acto o del hecho, independientemente de la forma o denominación que los interesados le hubieran dado (artículo 13 de la Ley General Tributaria). Por lo que (debido a mi deformación profesional), a mí lo que me importa no es el concepto técnico de “masa de agua” que una parte de la Administración parezca interesada en utilizar, desoyendo los criterios de interés general ofrecidos por la misma Administración. No me interesa si podemos “semánticamente” entender o no que El Calerizo es una “masa de agua” según quien se refiera a ella, ni me interesa debatir si entra en el concepto de acuífero. Lo que importa es que es la mayor reserva de agua que durante miles de años ha permitido al ser humano habitar aquí, en Cáceres. O sea, que hay agua, en masa o en masitas.

El Calerizo es una formación calcárea citada, estudiada e investigada por geólogos, ingenieros de todas las especialidades, arquitectos, arqueólogos, geógrafos, historiadores, e historiadores del arte. Podría empezar a citar tesis doctorales y trabajos de investigación, cuyas referencias obviamente pondré a disposición de quien me las pida.

En El Calerizo de Cáceres, el agua de lluvia disuelve la cal y, a lo largo de cientos de millones de años, ha creado una reserva de excelentes características hidráulicas que sigue conteniendo agua. Cierto que en la zona más próxima a la ciudad el agua, por los vertidos ilegales y vertidos legales pero incorrectos, tiene un grado de contaminación que dificulta su consumo. Cierto que la sobreexplotación del agua del Calerizo ha hecho que no sea ni la sombra de lo que fue, pero sigue siendo una reserva de agua vital para Cáceres. Una reserva vital para la supervivencia de esta singular formación geológica. En el Calerizo consta la existencia de conductos y salas de anchura comprendida entre 5 y 13 metros. Y yo me pregunto ¿cuánta belleza hay en el subsuelo de Cáceres aún por descubrir?


Mi disgusto público con la Confederación Hidrográfica del Tajo, al no poner de relieve que existe en Cáceres una reserva de agua desde hace millones de años en la estructura geológica del Calerizo.


El agua de El Calerizo aflora en el Marco, en la mina Esmeralda, en Fuente Arropez y en la Fuente de la Alberca, entre otros sitios. Desde hace miles de años los habitantes de Cáceres han extraído de allí el agua. En el siglo XX hasta 1972 (yo tenía 21 años), esta reserva de agua abastecía a Cáceres. Nos duchábamos y bebíamos de dicha agua cuando no teníamos restricciones. La sobreexplotación provocó que cesaran los tradicionales manantíos de Cáceres. Manantíos que han vuelto una vez que dicha sobrexplotación se ha contenido, pero que no ha cesado. Posteriormente, y ya con el pantano del Guadiloba, ha proporcionado el agua a las barriadas de Cáceres, a Valdesalor, al CIR Santa Ana (actual Centro de Formación de Tropa: CEFOT Nº 1) y más modernamente a Malpartida de Cáceres, incluso a la propia ciudad de Cáceres en lo que siguen siendo los pozos de la Ribera del Marco.

Voy a tirar de memoria, para informar a las nuevas generaciones. Debido a los colapsos de suelo y grandes asentamientos acaecidos con el crecimiento de Cáceres, en la década de los años 60 y 70 se produjeron diversos hundimientos, como el de los prados del Espíritu Santo o el de cerca de la Cañada, que culminó con el GRAN HUNDIMIENTO de septiembre de 1985 en la Barriada de Aldea Moret. Todo ello provocó una profunda inquietud en la ciudad de Cáceres en relación a las aguas del subsuelo. Ello dio lugar a que el Instituto Geológico Minero de España, hoy Instituto Tecnológico y Minero de España, realizara en 1974 el correspondiente estudio sobre tales derrumbamientos, llegando a la conclusión de que LA CAUSA de los mismos fue el bombeo de las aguas subterráneas de El Calerizo, desde la batería de sondeos de El Marco. Algo que se sigue realizando.

Pozos de Sondeo de la Fuente del Marco la más antigua surgencia de aguas conocida del Calerizo. ALEJO HERNÁNDEZ
Pozos de Sondeo de la Fuente del Marco la más antigua surgencia de aguas conocida del Calerizo. ALEJO HERNÁNDEZ

Es lógico que nuestros poderes públicos respondieran a esa inquietud que sentíamos los cacereños. Así la Junta de Extremadura pagó 25 millones de pesetas para conocer El Calerizo y el agua que contenía, y los riesgos que suponía extraer agua de esta reserva. Un trabajo que salió a concurso público en el Boletín Oficial del Estado

El concurso se adjudicó a la Sociedad Investigadora Geológicas y Mineras S.A. (INGEMISA). Un concurso respecto del que se firmó el acta de adjudicación el 28 de enero de 1989. Un trabajo que se realizó y se pagó y que tiene en su poder la Administración Minera de la Junta de Extremadura, justo la misma unidad que otorga el permiso de investigación. Pero ¿para qué van a utilizar los trabajos pagados con los impuestos de los extremeños en sus resoluciones a la hora de informar si hay o no hay agua?

El permiso de investigación dado por la Administración de Minas de la Junta de Extremadura se hace bajo la condición, que expresamente se cita en el permiso, de que no consta la existencia de masa de agua en las cuadrículas sobre las que se concede permiso. Yo no puedo entender que esta Administración de Minas, que tiene en su poder este carísimo, completísimo y exhaustivo informe sobre El Calerizo de Cáceres, con sus planos correspondientes, no lo haya tenido en cuenta, prohibiendo, en todos los espacios y lugares donde las cuadrículas coinciden con El Calerizo, que se realice ningún sondeo.

Cuadrículas del permiso de investigación que afectan al Calerizo. Composición ALEJO HERNÁNDEZ
Cuadrículas del permiso de investigación que afectan al Calerizo. Composición ALEJO HERNÁNDEZ

No quiero entrar en consideraciones jurídicas, que reservo para los Tribunales de Justicia. Hoy me basta decir que ni la Confederación Hidrográfica del Tajo, ni la Administración Minera extremeña me parece que hayan estado muy acertados, por decirlo suavemente. Aunque, querido lector, seguro que tú, con más criterio, puedes juzgar directamente, sin que yo entre en descalificación de clase alguna.

De momento tenemos otro problema más: una empresa minera con un permiso de investigación, que parte de una realidad (a mi juicio y viendo los mapas) equivocada, que puede causar daños en El Calerizo de Cáceres, una joya de la geología.

En relación al conocimiento de los distintos tipos de suelo y rocas existentes en el entorno de Cáceres, disponemos de los trabajos realizado por el Instituto Geológico Minero de España en 1969 y se pueden consultar los estudios geomecánicos realizados en 1975 dentro del Plan General de Ordenación Urbana de Cáceres. Amén de otros muchos estudios sectoriales y de detalle, que no me detengo en relacionar para no cansar al lector. Y no se le vaya a ocurrir a nadie pensar que los 30 años de antigüedad, que tienen estos completos estudios sobre el Calerizo los dejan desactualizados. Los cientos de millones de años de esta extraordinaria formación geológica, que guarda en su interior espacios de una belleza excepcional, hace que 30 años sean la infinitesimal parte de un segundo del tiempo que tiene de existencia. Pero eso sí, el daño que el asentamiento de la industria minera puede hacer junto a la mina a cielo abierto, extrayendo “por derecho” el agua sin control de El Calerizo, y con la que se va volatilizar una parte de la Sierra de la Mosca…, ese daño puede ser irreversible.

Espero que la ciudadanía de Cáceres sea cada día más consciente no solo del peligro grave de la mina de litio para la ciudad y su entorno, sino también del patrimonio geológico que puede perder con la voladura de su Sierra y de El Calerizo. Y espero que no lo consienta.

Hoy, jueves, 18 de febrero de 2021, el pleno del Ayuntamiento de Cáceres, por mayoría absolutísima de 23 votos y la sola excepción de los dos concejales de Ciudadanos, ha vuelto a manifestar su negativa rotunda a la mina de litio, con el apoyo casi unánime de la ciudadanía de cacereña.

(Alejo Hernández Lavado es doctor en Derecho, profesor universitario, delegado y asesor de Hispania Nostra y Europa Nostra, y un reconocido defensor del Patrimonio Cultural).

SOBRE EL AUTOR

Alejo Hernández Lavado, ilustre profesor y defensor del patrimonio, nuevo colaborador de PROPRONews

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