domingo, 28 abril, 2024
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Y Podemos se hizo casta

El viraje de Pablo Iglesias desde la “cal viva” socialista a facilitar y compartir un gobierno con el hasta hace poco denostado PSOE y a prometer lealtad al Rey

Los partidos del “régimen del 78”, incluido el PSOE, eran “la casta” frente a un partido nuevo y puro como Podemos. Lo dijo Pablo Iglesias hace no mucho tiempo, el mismo Pablo Iglesias que ahora se abraza al PSOE, llora ridículamente la emoción de su vicepresidencia, como una folklórica tras un concierto exitoso, promete lealtad al Rey y hace ministra a su propia mujer. Ahora “la casta” son él y ella, el primer matrimonio ministerial de la historia de España, con su casoplón, sus coches oficiales, sus escoltas, sus sueldazos, su doble cargo y sus privilegios, en una edición corregida y aumentada de todo lo que antes denostaba.

El PSOE era el enemigo natural de Podemos, el partido al que había que batir para hacer “una política de izquierdas de verdad” en España, el partido que había traicionado a los españoles de clase baja. Esto han venido diciendo Pablo Iglesias y los suyos desde el principio y a esto se dedicaron desde el primer minuto, atacando más a los socialistas que al resto de las fuerzas políticas, porque era contra ellos contra los que iba dirigido el anunciado y nunca consumado -porque la ciudadanía no es tonta- sorpasso.


Es la primera vez en la historia que se da el nepotismo de un matrimonio de ministros.


Desde entonces hasta hoy, la trayectoria de Pablo Iglesias y de lo que queda de aquel Podemos inicial es el itinerario de una colosal contradicción, que a lo mejor no es tal, sino la mentira instrumental necesaria para lograr sus fines, dado que, si no se logra “tomar los cielos por asalto”, se puede acceder a ellos a través del BOE y con nómina y coche oficial. Por el camino, eso sí, se han dejado un millón de votos y más de la mitad de sus diputados en tiempo récord.

La ciudadanía española asiste estos días estupefacta a dos hechos que dicen mucho de la coherencia de quienes nos gobiernan actualmente. El primero es la forma automática con la que Pedro Sánchez se desdijo en horas 24 de todo lo que había venido sosteniendo durante tanto tiempo: que no pactaría con Podemos ni se apoyaría en los independentistas para gobernar. Y el segundo, la transición de Pablo Iglesias y los suyos desde el 15-M hasta convertirse en “casta”, con todos los atributos que eso significa: casoplón, nepotismo, alto cargo oficial, sueldazo, doble cargo y renuncia -al menos provisional- a su proclamado republicanismo.

Pablo Iglesias llora la alegría de su vicepresidencia. RTVE
Pablo Iglesias llora la alegría de su vicepresidencia. RTVE

Ha bastado que olieran cargo oficial, para que todos los principios de su “filosofía política” se vinieran abajo. Pero, además, las características y los matices de esta mutación de Podemos en casta son todavía más escandalosos de lo que habíamos visto hasta ahora en la política española, en la que prácticamente el único caso de que la esposa de un gobernante aprovechara su estatus para medrar en política se reducía al asunto menor de una Ana Botella, esposa del que fuera presidente del Gobierno, José Mª Aznar, convertida en alcaldesa de Madrid.

DEDAZO MARITAL

Pero el caso de la señora Botella es más disculpable, porque, aunque ocupó un puesto en la lista al Ayuntamiento de Madrid por ser vos quien sois y luego accedió a la alcaldía por dimisión de su titular, esto sucedió cuando su marido ya había perdido el poder.

En el caso de Irene Montero, en cambio, su cargo de ministra es consecuencia directa del dedazo de su marido, Pablo Iglesias, en una pirueta nepotista que no se había visto en la historia de España ni prácticamente del mundo, salvo en regímenes poco o nada democráticos. ¿Alguien puede decirme otro caso en el mundo de un marido y su mujer ministros los dos al mismo tiempo del mismo gobierno? ¿Y alguien tiene alguna duda de que Irene Montero no sería hoy ministra de no estar casada con Iglesias y que, en cambio, cualquiera otra de las parejas anteriores del espabilado “líder” tendría hoy su carterita ministerial si siguiera con él?


La promesa de lealtad al Rey pone punto y final, al menos de manera formal, al republicanismo de Iglesias y Podemos.


¿Y qué va a pasar con la norma interna de Podemos de que sus líderes y cargos públicos no podrán cobrar más de tres veces el salario mínimo interprofesional (SMI)? Actualmente el SMI esta en 900 euros, por lo que un cargo podemita solo puede cobrar, como máximo, 2.700 euros. 2.700 euros por 14 pagas, son 37.800 euros anuales, que multiplicados por 2, hacen 75.600 euros que como mínimo entrarían todos los meses en el chalé de Galapagar. Pero son 75.600 euros netos, es decir, después de impuestos, por lo que el coste para las arcas públicas sería bastante más elevado. Una pasta, comparada con los ingresos medios de las clases menos pudientes a las que Iglesias y Montero dicen defender y representar.

PASTA Y RENUNCIA AL REPUBLICANISMO

Pero ahora, los dos señores ministro y ministra y simultáneamente diputado y diputada de Podemos -porque tampoco van a renunciar a sus escaños en el Congreso- van a cobrar un pastón todavía mayor, y veremos si es verdad que renuncian a la diferencia. Pablo Iglesias cobrará como mínimo 80.000 euros por su vicepresidencia e Irene Montero cerca de 75.000 por su ministerio, sin contar dietas y otros emolumentos, y sin contar los sueldos de diputados, que tampoco sabemos si van a renunciar a ellos o no. Es decir, estos dos chicos tan críticos hasta ahora con la “casta” integrada por “los partidos del régimen del 78”, se van a embolsar este año nada menos que 155.000 euros de dinero público, como poco (sin contar los ingresos de Iglesias procedentes de sus televisiones y actividades paralelas), lo que les permitirá, por ejemplo, amortizar la hipoteca del casoplón (financiada, por cierto, por el banco de los independentistas catalanes) en un santiamén y seguir viviendo como marqueses y marquesas.


Iglesias y los suyos han pasado de “tomar los cielos por asalto”, a hacerlo a través del BOE y el sueldo oficial.


Por si fueran pocas contradicciones, y a pesar de predicar un republicanismo a ultranza -estos coherentes chicos son admiradores de presidentes de repúblicas tan conspicuos como Nicolás Maduro, Evo Morales o Castro, al frente de países tan avanzados en todo como Venezuela, Bolivia o Cuba- Pablo Iglesias, Irene Montero y Alberto Garzón han asumido el trágala de prometer “lealtad al rey y guardar y hacer guardar la Constitución”, sometiendo su voluntad a un rey al que no reconocen y al que llaman “ciudadano Borbón” y a una Constitución que aseguran que no sirve. Todo sea por la pasta.

No tiene nada de extraño, pues, que Pablo Iglesias rompiera a llorar el otro día en el Congreso cuando supo que, por fin, iba a ser vicepresidente del Gobierno de España, ¡ahí es nada!, en una de las escenas tragicómicas más ridículas de la historia de nuestro país, una escena comparable a los llantos histéricos de una folklórica al término de un concierto exitoso.

Nepotismo nunca visto, un matrimonio ministerial por primera vez en la historia. RTVE
Nepotismo nunca visto, un matrimonio ministerial por primera vez en la historia. RTVE

Tampoco puede extrañar, visto lo visto, que la contestación contra la deriva gubernamental y “casteña” de Iglesias, Montero y los demás haya surgido ya dentro del propio Podemos. Nada menos que Juan Carlos Monedero ha empezado a criticar a su jefe de filas, diciendo que “Podemos se está quedando sin referentes” (Monedero: «Podemos se está quedando sin referentes, y yo voy a tomar más protagonismo»), y ha anunciado que él va a “tomar más protagonismo”, se entiende que para corregir la conversión en casta de la cúpula podemita.

Y aquí tenemos a este gobierno que echa andar desde la incoherencia de dos dirigentes, Sánchez e Iglesias, que han abandonado todo principio con tal de ostentar el poder.

(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).

SOBRE EL AUTOR

José Mª Pagador y Rosa Puch, casi 100 años de periodismo

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