El Carnaval ha vuelto con fuerza en muchas ciudades españolas, después de dos años de parón, desgracias e incertidumbre. Uno de los mejores carnavales de España -el mejor en términos de creatividad, participación popular y nivel artístico- es el de Badajoz, cuya paternidad co-ostento con satisfacción y orgullo. Pero un carnaval, como cualquier otra cosa, no puede sobrevivir sin sangre nueva. Por eso es tan importante la incorporación de los niños, que aquí representamos en África, la niña pintora (África, 4 años, la pintora más joven del mundo). Ellos son los entusiastas cachorros que aseguran la continuidad de esta fiesta maravillosa.
Badajoz.-
África es una de mis nietos adoptivos, compartida con su verdadero abuelo, mi compadre y gran y querido amigo, Gabino Rodríguez Cide. Yo tengo nietos de sangre y nietos adoptivos, lo mismo que tengo sobrinos de sangre y sobrinos incorporados a mis afectos por la vía de la sintonía y la amistad.
África tiene cinco años casi recién cumplidos y una creatividad, una inteligencia y una disposición para todo tan extraordinarias como increíbles. Lo mismo pinta un cuadro, que canta, o baila o te sorprende con cualquier ocurrencia de su mente incansable y sagaz. Y, claro, cuando llega el carnaval en esa ciudad querida de Badajoz, África se convierte en una fuerza de la naturaleza carnavalera, llena de ilusión y energía, infatigable y feliz, como corresponde a su edad.
Yo, que cofundé el nuevo Carnaval de Badajoz (La verdadera historia de la fundación del nuevo Carnaval de Badajoz), cuando veo la dimensión que ha tomado esta fiesta en mi ciudad natal, su repercusión nacional e internacional, y el interés que despierta en todas partes, no puedo por menos que sentirme no solo orgulloso, sino totalmente complacido de que aquella trabajosa semilla que sembramos un grupo de amigos hace algo más de 40 años haya fructificado de esta manera extraordinaria.
Dos nuevas generaciones -mis hijas y mis nietos- me han sucedido en este afán de hacer más participativo y grande el carnaval de Badajoz. Y ahora se incorpora otra generación, la de África, a este empeño, de enorme futuro gracias estos cachorros del Carnaval que lo hacen imperecedero.
África tiene unos padres -y unos abuelos- estupendos, que la educan admirablemente y que constantemente están incentivando su inteligencia y su creatividad. Y el Carnaval es una buena ocasión también para eso. Los padres de África pertenecen a una de las mejores comparsas del Carnaval Pacense, EL VAIVÉN, y, claro, los niños también forman parte de esta aventura festiva de sus mayores.
El desfile infantil del Carnaval de Badajoz se celebró el día primero de la fiesta, con una participación de más de mil niños. Entre ellos se encontraba, por supuesto, una entusiasmada África, con su propio puesto de percusión, ella, que tiene el ritmo metido en el cuerpo. La percusión, como los grandes artefactos y los carromatos -y, desde luego, la extraordinaria vistosidad de los disfraces, que no tienen nada que envidiar a los de ningún otro gran carnaval del mundo- es una de las señas de identidad del Carnaval Pacense, en cuya fase previa se celebran masivas tamborradas, con participación de miles de personas de todas las edades.
Los puestos rodantes de percusión del Carnaval de Badajoz son verdaderos y voluminosos ingenios sobre ruedas con toda clase de elementos sonoros que baten avezados percusionistas que, como África, aprendieron y desarrollaron el ritmo desde niños. Con África, y con estas imágenes infantiles del Carnaval Pacense, volvemos a hacer profesión de futuro y de fe en una fiesta que nosotros contribuimos a devolver a la vida después de décadas de prohibición franquista.
(José María Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).
SOBRE EL AUTOR
José María Pagador y Rosa Puch, 100 años de periodismo
OTRAS SECUENCIAS
La desesperación de una madre (o de un padre) gaviota
Nostalgias de Emiliano Penelas
El prodigio de la mariposa colibrí