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La almadraba, un arte de pesca milenario

La almadraba es el arte de pesca utilizado para la captura del atún rojo, y se concibe como una compleja maniobra en la cual se entremezclan diferentes agentes, cuyos roles y estatus se organizan jerárquicamente en un sistema piramidal. El origen del término almadraba se sitúa en el árabe, y se traduce como «lugar donde se golpea«, en clara alusión a la forma de capturar y dar muerte a los atunes capturados (Regueira y Regueira, 1993).

Sara Amado Pareja
Sara Amado Pareja

Debido a la naturaleza migratoria del atún, existen dos tipos de almadrabas, de paso y de retorno. La de paso se da cuando se captura el atún de derecho, al pasar del Atlántico al Mediterráneo a desovar durante los meses de mayo a junio. Y la almadraba de retorno, cuando se captura al atún del revés, de regreso al Atlántico, allá por los meses de julio a septiembre.

Las primeras referencias a la pesca y salazón del atún se recogen, según Díaz (2012), en fragmentos de autores griegos, así como en comedias de la época, Cupolis (446 a.C.-411 a.C.) y Antifanes (408 a.C.-334 a.C.). Algunos autores sostienen que fueron los fenicios los introductores de la almadraba, siendo ellos también los primeros que construyeron salinas de mar. Se supone que utilizaron estas salinas para salar y poder comercializar el pescado (Moreno y Abad, 1971) citado en Fernández et al., 2007. Sin embargo autores como Arbex (1990) sostienen que la pesquería es incluso anterior a los romanos y que fueron los árabes los responsables del desarrollo de las técnicas de pesca de este animal, de su cultura, el origen del prefijo “al” de su nombre, y el del oficio de los hombres que trabajan con él, como el de “arráez” (capitán) (p. 68).


Las primeras referencias a la pesca y salazón del atún se recogen en fragmentos de autores griegos.


En el caso de la zona de Conil, Florido (2003) cree que fue poblada en el siglo XIV, y que su nacimiento está directamente relacionado con el establecimiento la almadraba. Para Santos (1988), “la actual villa de Conil de la Frontera tiene sus orígenes históricos en la conquista y repoblación cristiana durante la segunda mitad del siglo XIII, que conocemos gracias a la conservación de un documento excepcional, el libro de Repartimiento de Vejer de la Frontera. Tras su entrada en el señorío de Don Alfonso Pérez de Guzmán, El Bueno, Conil queda configurado durante los siglos XIV y XV como una pequeña aldea dependiente de Vejer. Pero debido a sus riquezas, almadrabas y al interés de los duques de Medina Sidonia por poblarla, la aldea empieza a crecer, adquiriendo a finales del período, entidad propia y la categoría de Villa Independiente de Vejer, con término y jurisdicción propias.” (p. 29). En cualquier caso, todos coinciden en que los inicios de Conil están directamente relacionados, por su privilegiada situación geográfica, con el paso de los atunes por su costa y, por consiguiente, con la almadraba.

LAS ALMADRABAS DEL DUCADO

En el 1294, el Rey Sancho IV (1284-1295), concedió a Guzmán El Bueno, y a sus descendientes, el privilegio de explotar, en régimen de monopolio, todas las almadrabas situadas dentro del territorio que discurría entre la desembocadura del río Guadiana, hasta el límite de Gibraltar con la provincia de Málaga. Este privilegio le fue otorgado al Duque en recompensa por la defensa que realizó contra los musulmanes, en el asedio de Tarifa, (Regueira y Regueira, 1993).

Ya en el siglo XIV, en el contexto de la Guerra Civil Castellana, el descendiente de Alfonso de Guzmán, Don Juan Alonso, se posicionaría a favor de los Trastámara, resultando finalmente el bando vencedor. En recompensa a su apoyo se le concedió el título de Conde de Niebla, en el año 1375. En el siguiente siglo, los bienes (territorios y derechos señoriales) y patrimonios de la dinastía aumentan con el Ducado de Medina Sidonia (1445), convirtiéndose en una de las familias nobles más poderosas y ricas de España. Sus territorios abarcaban gran parte de la costa subatlántica (Regueira y Regueira, 1993).

En el siglo XVI, y como consecuencia del auge de la almadraba de la zona, los Duques de Medina Sidonia ordenaron construir la chanca en Conil. Un edificio cuyas funciones principales fueron de fábrica de salazones y almacén de pertrechos de la almadraba.

Plano de la planta baja de la chanca. ADMS.
Plano de la planta baja de la chanca. ADMS.

En el siglo XVI, la almadraba era un eje económico importante que atraía no solo a almadraberos, sino también a mercaderes y personajes de la época. Santos (1988) hace un profundo análisis sobre la sociedad de la época, describiendo cada agente en el sistema así como sus roles y funciones, entre ellos:

* El Duque de Medina Sidonia, que era también conocido como “dios de los atunes”, acudía a supervisar el funcionamiento de la almadraba, ya que representaba para el ducado un eje económico importante. Los Duques a veces eran acompañados por personajes importantes de la época aparte de su corte y su servidumbre.


El inicio de Conil de la Frontera está directamente relacionados con el paso de los atunes por su costa y con la almadraba.


* Los mercaderes, que eran un importante grupo en la almadraba. Se alojaban en las viviendas alrededor de la Torre de Castilnovo. Compraban grandes cantidades de atún envasado que posteriormente exportaban a Italia para su comercialización.

* Los pícaros. Debido a la alta demanda de mano de obra, los administradores contrataban a pescadores sin indagar en su pasado o reputación. Esto atrajo a un gran número de hombres de diferentes características, muchos de ellos de dudosa fama. Un dicho de entonces que aún hoy en día perdura es “mata al rey y vete a Conil”, porque en la almadraba se aceptaba a todo tipo de hombres para trabajar. También existen referencias literarias (Félix Persio Persio, en León y Herrera, 1981), que localizan la picaresca dentro del sistema almadrabero, refiriéndose al robo de atunes para comercializarlos por parte de los trabajadores, lo cual era una práctica frecuente.

* Las saladeras, que eran quienes realizaban tareas complementarias, tales como salar o embarrilar el atún. Su edad, por lo general, superaba los 40 años, para evitar «libertades» por parte de los hombres.

* Los religiosos. La falta de filtros a la hora de contratar a los pescadores provocó que la almadraba se llenara de pícaros, gitanos, deudores, etc. Como consecuencia de ello, los jesuitas iniciaron una misión en las almadrabas con el fin de poder salvar todas las almas posibles (Santos, 1988).

Almadraba de tiro o vista ADMS
Almadraba de tiro o vista ADMS

Por la información que tenemos podemos decir que la almadraba cumplía funciones de repoblación de la costa así como militar y de defensa. La chanca presenta una arquitectura claramente militar, de fortaleza.


El Duque de Medina Sidonia era conocido como “dios de los atunes”.


La almadraba y posteriormente la chanca se convirtieron en el símbolo de poder, riqueza y prosperidad del Ducado, por ser una fuente de producción de bienes tan valorada como lo es el atún. También se generó todo un vocabulario almadrabero en relación a los útiles, los oficios y la forma de denominar diferentes partes del atún y de su tratamiento. Mucho de este vocabulario y conceptos ha perdurado durante siglos y sigue utilizándose hoy en día.

Siglo XVII

En el siglo XVII, el Duque dejó de implicarse en el negocio de las almadrabas de una forma tan activa como lo había hecho en el pasado. Durante este siglo fue habitual que las pesquerías y las salinas se arrendaran, por lo que el Duque ya no se desplazaba hasta el lugar para supervisar el trabajo (Florido, 2006).

Siglos XVIII-XIX

En el siglo XVIII se pone en marcha la llamada Matrícula del Mar” (1737). Se trataba de una matrícula para la pesca marítima gracias a la cual los censados como marineros participaban en la levas de la corona, a cambio de unos privilegios. Esta norma fue ignorada hasta 1780, cuando las tropas reales acudieron a las zonas de industria almadrabera capturando a los matriculados y a aquellos pescadores que, a pesar de no estar matriculados, participaban en la pesca. Esto trajo como consecuencia que los demandantes de empleo en las pesquerías disminuyeran y surgieran problemas para la contratación. Las tensiones que provocaron los conflictos señoriales cobraron fuerza en las últimas décadas del siglo XVIII. El sistema señorial que se había mantenido vigente en los siglos pasados se encontraba en crisis, con consecuencias políticas, económicas y sociales, apareciendo nuevos agentes sociales en la estructura social, y el sistema almadrabero también se vio influenciado por este contexto.

En este siglo XVIII empiezan a visualizarse los primeros síntomas de los cambios que sufriría la almadraba tradicional. Posteriormente, durante el siglo XIX, se desarrolló una etapa que algunos autores llaman “fiebre almadrabera”. Esta etapa se caracteriza por la sustitución de la tradicional almadraba de tiro, por la moderna almadraba de buche (Florido, 2006).

LA ALMADRABA DE TIRO O VISTA Y LA ALMADRABA DE BUCHE

La almadraba de tiro se dibuja como la forma más tradicional de captura del atún. Requiere mayor mano de obra, ya que hay muchos más agentes implicados en todo el proceso.

Almadraba de tiro o vista. ADMS
Almadraba de tiro o vista. ADMS

La almadraba de buche tiene su origen en el Mediterráneo. Los almadraberos alicantinos se convirtieron en expertos en este tipo de almadrabas (Arbex, 1990). El buche empezó a extenderse rápidamente por la costa, aunque encontró problemas para instaurarse en el Atlántico, encontrándose como principales opositores los gremios locales de pescadores, que veían el buche como una amenaza a su arte de pesca tradicional, la almadraba de tiro o vista. El buche tiene una estructura más compleja y requiere de menos mano de obra. Sus propietarios eran empresarios que entendían la almadraba desde un enfoque capitalista.

El siguiente cuadro resumen recoge las principales diferencias entre la almadraba de tiro o vista y la almadraba de buche.

Tabla resumen de diferencias entre la almadraba de buche y la de tiro o vista. SARA AMADO
Tabla resumen de diferencias entre la almadraba de buche y la de tiro o vista. SARA AMADO

El período comprendido entre los años 1830 y 1840 está marcado por la pugna entre los empresarios de buche, unidos en la Asociación General de Almadrabas de la Provincia de Cádiz, que luchaban a favor de la implantación de la almadraba de buche, y los gremios de marineros matriculados locales, liderados por los de Conil, que eran firmes defensores de la almadraba de tiro.

En febrero de 1844, coincidiendo con el inicio del reinado de Isabel II, se impone por Real Decreto el buche en Zahara, Conil y Punta de la Isla. Durante los años 40, las almadrabas sufrieron una decadencia y dieron muy malos resultados. Esta época está marcada por el elevado coste de la sal, y las políticas contradictorias del Estado que, apoyando de forma intermitente al buche o al tiro, no ayudó a que la industria prosperara.


Tras la decadencia y casi desaparición de las almadrabas en los años 70, la actividad vuelve a resurgir una década después.


Durante la segunda mitad del siglo XIX, el capitalismo se empieza a extender por España, trayendo como consecuencia la quiebra de las cooperativas locales de marineros; la almadraba de tiro se caló por última vez en Conil en 1872 (Santos, 2007). Según Arbex (1990), en 1889 se calaban en España siete almadrabas de buche, situadas en Conil (Cabo de la Plata), Zahara de los Atunes, Barbate (Ensenada de Barbate), La Línea de la Concepción (La Atunera), Estepona, Tarifa y Ceuta (aguas de Ceuta).

EL CONSORCIO NACIONAL ALMADRABERO

Como consciencia del fin de los privilegios de calar almadrabas para la Casa Ducal de Medina Sidonia en 1817 y la liberación de la producción pesquera, se produjo una gran proliferación de pesquerías por las costas. La puesta en marcha del CNA (Consorcio Nacional Almadrabero) supuso la vuelta al monopolio, cerrando el ciclo de liberación; su creación fue apoyada y promulgada por un gobierno dictatorial. El CNA era la unión de grandes empresarios pesqueros.

El CNA, inició su andadura en 1928 y continuó hasta 1971. El inicio del consorcio trajo consigo una transformación del sistema almadrabero tal y como se había conocido hasta entonces. La implantación de su reglamento provocó una oleada de protestas, básicamente por dos motivos; tanto por las condiciones laborales preestablecidas, como por las consecuencias que trajo consigo la monopolización de las almadrabas a nivel económico y sobre otras modalidades pesqueras afines.

Tal y como indica Florido (2013), se transformó en un sistema público-privado. La ruptura con el sistema anterior significó la eliminación de muchas de las antiguas funciones de la almadraba tradicional. Por ejemplo, dentro de las funciones políticas, las militares y de repoblación desaparecieron, tomando mayor protagonismo las económicas y sociales. En relación a las económicas es importante señalar que seguían una ideología capitalista, se buscaba el máximo beneficio al mínimo coste.

El CNA construyó todo un pueblo almadrabero dedicado al atún y su explotación. En el pueblo había personal fijo que vivía en el poblado durante todo el año, aunque su número era muy reducido; y el personal de temporada, que permanecía en Sancti Petri únicamente durante el periodo que duraba la almadraba y que venían de diferentes parte de la provincia de Cádiz, como Conil o Chiclana, así como de otros lugares de Andalucía, como Huelva.

Imagen de 2015, del poblado almadrabero de Sancti Petri. SARA AMADO
Imagen de 2015, del poblado almadrabero de Sancti Petri. SARA AMADO

Durante esta época en la que la almadraba estaba en Sancti Petri, se produjo una implicación de todo el colectivo almadrabero en el sistema, existiendo una división sexual del trabajo. Los hombres trabajaban en la pesca del atún rojo y las mujeres en las conservas.

Los hombres se dividían entre almadraberos (hombres que trabajaban en el mar en la pesca del atún) y chanqueros (hombres que trabajaban en la chanca, se dedicaban a trabajar y descuartizar el atún ya pescado). Dentro de los chanqueros estaban los ronqueadores, que se encargaban de descuartizar. Se les llama así por el ruido que hacen con el cuchillo al rozar el espinazo del atún para despedazarlo. Estos hombres eran expertos en el trabajo de despiece del atún, distinguiendo todas sus partes. Cada parte del atún iba destinada, según sus características, a un tratamiento diferente.

Las mujeres también trabajaban en la fábrica del atún como lateras, estibadoras o trabajando en la salazón.

El poblado de Sancti Petri ofrecía todo tipo de servicios, tenía una escuela donde los niños acudían a clase y catequesis, una iglesia donde se celebraban las misas todos los domingos, así como otros sacramentos, un cine, un economato donde podían comprar víveres y alimentos, etc. Dentro del poblado había una plaza donde los vecinos de alrededor venían a vender fruta y verdura. También se podían comprar alimentos en “Paco la Finca”.

Para muchas familias el período de la almadraba significaba el único ingreso fijo en el año, ya que la mayoría eran pescadores que trabajaban a jornal. Pero muchas veces lo que ganaban no era suficiente para sustentar la economía doméstica, por lo que lo complementaban con otras tareas. Las mujeres desarrollaban tareas completarías de costura de sábanas (con las que tapaban los atunes) cuando lo requerían en la chanca y los hombres, después de su trabajo en la almadraba, se embarcaban en barquitos donde pescaban todo tipo de pescado que luego vendían en Chiclana. Los niños también contribuían a la economía, cogiendo pequeños peces y vendiéndolos en el poblado. Las mujeres aprovechaban al máximo los bienes, usando las partes menos deseadas del atún, secaban el corazón de atún para poder comerlo más adelante y hacían sopa con la aleta.

Grabado antiguo de la almadraba de Conil.
Grabado antiguo de la almadraba de Conil.

El trabajo del almadrabero era duro físicamente y peligroso. El trabajo se dividía en tres fases fundamentales, la fase de cala de la almadraba, la de pesca y la de leva. En la fase de cala, la complejidad radicaba en portar y calar en un medio inestable como es el mar, las pesadas anclas con las que se sujetaba la almadraba al fondo, cada ancla podía pesar entre 300-400 kilos y la almadraba tenía en torno a unas 700. Los almadraberos llamaban a esta parte del trabajo “cargar santos”, alegando que cada una de las anclas era tan pesada como un paso de semana santa. En la fase de la pesca, la peligrosidad venía en la violencia con la que los atunes se mueven una vez en el copo y esto unido a que muchos de los almadraberos no sabían nada.

Dentro de la almadraba había diferentes cargos y oficios, ordenados en un sistema piramidal. El sistema era flexible, por los que la movilidad entre las diferentes oficios era posible, los roles era adquiridos y no adscritos, es decir que se llegaba a los cargos por los valores y el trabajo individual de cada hombre.

El cierre del CNA en 1971 significó el fin de la vida de Sancti Petri como poblado almadrabero. Las familias almadraberas conileñas vivieron esto como el fin de una etapa, cerrando el ciclo de peregrinación, que se renovaba cada año.

En este periodo también se daba la picaresca. Las mujeres que trabajaban en la fábrica se las ingeniaban para sacar latas o trozos de atún. Los almadraberos no tenían posibilidad de robar atún, no obstante sí que tenían la posibilidad de coger alguno de los pescados que se quedaban en la red durante la levantá y que no eran atunes. Los pescados quedaban atrapados en el copo junto con los atunes y los almadraberos los cogían y guardaban entre sus ropas o bolsas.

Tras la decadencia y casi desaparición de las almadrabas en la década de los 70, como consecuencia de la falta de beneficios, esta actividad vuelve a resurgir en la década de los 80. En la actualidad, la pesca del atún ojo con arte de almadraba se localiza en la provincia de Cádiz, en las cercanías del estrecho de Gibraltar (González et al., 2009). Aún alberga entre sus enseres y redes las costumbres, vocabulario y creencias milenarias que conviven con la liberación del mercado y una sociedad en constante cambio. En la actualidad, podemos decir que la almadraba no es sólo la pesca del atún rojo, sino que es un sistema vivo y dinámico, con distintas funciones, etapas y dimensiones.

BIBLIOGRAFÍA

Arbex, J. C. (1990). Los pescadores Españoles (Vols. 2). Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación. Secretaria General de Pesca Marítima.

Díaz, I. G. (2012). El cuidado de la memoria: archivos de la provincia de Alicante. Canelobre, 58, 446.

Fernández, F., Yáñez, M, A. y Hurtado, L. (2007). Las Almadrabas del Atún Rojo en Conil de la Frontera y Aguas atlánticas del Estrecho. Desde la antigüedad a nuestros días. Sevilla: Tánger Unesco

Florido, D. (2003). Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. La almadraba como sistema cultural de la pesca, 44, 65-71.

Florido, D. (2006). Las almadrabas andaluzas: entre el prestigio y el mercado. En G. Chic (Ed.), Economía de prestigio versus economía de mercado (pp. 193-214). Sevilla: Padilla Libros Editores & Libreros.

Florido, D. (2013). Las almadrabas andaluzas bajo el Consorcio Nacional Almadrabero: aspectos socio-culturales y políticos. Semata, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, 25, 1-35.

González, J., Romero, I., Ruíz, C. (2009). Manual de Consumo de Atún. Junta de Andalucía: Consejería de Cultura y Pesca.

Santos García, A. y Velázquez-Gaztelu, F. (1988). Conil de la Frontera: Diputación Provincial de Cádiz.

Santos, A. (2007). Las almadrabas Gaditanas, entre el señorío y el liberalismo, 1800-1850. La Laja. Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil. Conil de la Frontera en su Historia, 7, 47-57.

(Sara Amado Pareja es diplomada en Trabajo Social y licenciada en Antropología Social y Cultural).

SOBRE LA AUTORA

La antropóloga Sara Amado, nueva colaboradora de PROPRONews

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