jueves, 25 abril, 2024
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Sobran asesores y faltan sanitarios

Es necesaria una regeneración del sistema político español que coloque lo esencial por delante de lo accesorio

El actual Gobierno ha disparado el número de los asesores en los demasiado numerosos ministerios actuales a cerca de 800, con un gasto conjunto de unos 60 millones de euros en términos redondos. Estas cifras son, con diferencia, mucho mayores que cualquier otro gobierno en la historia de España. Esos llamados asesores son personas afines a un partido u otro de los dos que componen la actual coalición de gobierno, de los que en muchos casos la ciudadanía no solo desconoce su necesidad o utilidad, sino también los nombres, los currículos y los méritos para ocupar puestos con sueldos de oro, dada la falta de transparencia gubernamental sobre el asunto. Al mismo tiempo, la Sanidad Pública española tiene un déficit de centenares de millares de médicos, enfermeros y otro personal sanitario, problema que agrava sobremanera la situación en la actual pandemia. Solo con el coste de esos asesores gubernamentales -la mayoría de ellos, innecesarios- habría para contratar a cerca 2.000 médicos y de 3.000 enfermeros, según han denunciado sindicatos sanitarios.

Xavier Moreno Lara
Xavier Moreno Lara

Collado Mediano, Madrid.-

El poder destructor de la Covid-19 no ha llegado a su límite. Estas últimas semanas nos gana la partida cuando se le toma el pulso en la enumeración detallada de las víctimas que deja en personas que están atendidas en domicilios particulares, residencias y hospitales. También cada día tenemos información detallada de las medidas que toman los responsables de los diferentes niveles de la Administración para cercar a este enemigo invisible. Esta división del problema no es banal sino todo lo contrario y el monstruo, que la ve desde el fondo del laberinto de la Caverna, se frota las manos porque intuye que no será vencido mientras pueda leer en la prensa noticias como la que la semana pasaba publicaba uno de los diarios de mayor tirada: El gasto del Estado en asesores permitiría fichar a 1.850 médicos.


El sanitario trabaja directa y activamente en sanar a personas a las que no pide su adscripción política.


La diferencia de acciones que desarrollan uno y otro grupo es abismal: el terapeuta, en todos los niveles de su práctica, trabaja directa y activamente en sanar a personas a las que no pide su adscripción política. Mientras que el asesor se limita a dedicar su supuesto talento a propiciar soluciones que tienen entre sus objetivos primordiales debilitar a los rivales políticos de quienes pagan su asesoría. Florecen los asesores en todos los ámbitos creados por las Autonomías, marcos en muchas ocasiones artificiales en los que se ha dividido este viejo país que descubrió y fundó tantas naciones cuantas fueron necesarias para que en sus dominios no se pusiera el sol. Y lo mismo ocurre en el Gobierno central.

¿POLITICA DE LA OPORTUNIDAD?

Pero ante la Covit-19 no valen las estrategias de reparto del poder que vemos formarse en los diferentes niveles de una multiforme política de bloques, que trabajan con todas sus fuerzas y talento en proponerse como salvadores del país. En la mayoría de esas opciones políticas se han tomado muy en serio comprometerse en la liberación de la pandemia. Cada una de ellas -o en su mayoría- rompiendo o debilitando esa férrea unidad nacional que es primordial ante el enemigo invisible. Son hoy los que reviven aquella denuncia que hizo Tucídides de la política de la oportunidad.


El asesor se limita a dedicar su supuesto talento a propiciar soluciones que tienen entre sus objetivos primordiales debilitar a los rivales políticos de quienes pagan su asesoría.


De esta manera, los asesores han asumido una postura épica y se ven ante la cueva del Minotauro con un talante heroico. Piensan que el fruto de sus elucubraciones les permite entrar en la caverna y tomar disposiciones políticas ante un monstruo que no reconoce el poder de los discursos. Pero que sí retrocede ante el talento y la decidida voluntad de los guardianes profesionales de la salud y quienes, colaborando con ellos, han puesto el corazón en hacer llevadero el confinamiento a otros, de la adscripción política que sean. Algunos, o muchos de ellos, no pueden ser requeridos y pagados dignamente porque el dinero de este país tiene uno de sus objetivos preferentes en multiplicar los asesores. Me estoy imaginando a alguno de los más atrevidos de entre ellos plantándose ante el Minotauro para asustarle, mostrándole que hizo una tesis doctoral en una Universidad prestigiosa. Pero el Minotauro de nuestros días, esa Covid-19, se ríe de cualquier otro prestigio o apoyo que no sea tener el hilo de oro del conocimiento terapéutico, cuyo dominio -conseguido con talento y humanidad- lo dan los dioses… a través de Ariadna podíamos decir, siguiendo la fábula mitológica.

Faltan centenares de miles de sanitarios y los que hay están mal protegidos y peor pagados. RTVE
Faltan centenares de miles de sanitarios y los que hay están mal protegidos y peor pagados. RTVE

¿HAY UNA TERCERA LÍNEA EN RESERVA?

Formado cuando el conocimiento del latín y la lectura de Julio César eran temas de diálogo y debate académico, siempre he recordado la forma en que planteó sus estrategias para derrotar al ejército de su rival, dividió sus tropas ostensiblemente en dos unidades, mientras reservó oculta una tercera fuerza para maniobrar, como hizo, en los momentos en que lo equilibrado de fuerzas pedía una visión novedosa del campo de batalla.

A la sombra de esa línea táctica, me pregunto hoy si quienes buscamos esa victoria en un combate hasta cierto punto igualado -siempre ganará la batalla nuestra especie-, no podemos contar con una fuerza de reserva, a la vez importante pero replegada hasta el momento crucial.

En otros combates semejantes, como la pandemia de la Peste Negra, las gentes de las que descendemos, sintiéndose incapaces de desarrollar un despliegue sanitario eficaz, buscaron fortalecer la vivencia sagrada: oraciones, procesiones de disciplinarios, que con tanto acierto supo expresar Bergman en El Séptimo Sello y que no deja de ser un canto de alabanza al misterio de la fragilidad del ser humano…, sin que faltasen en ese coro los antecesores de los actuales asesores, que potenciaron con la desgracia imparable un negocio de venta de indulgencias.

Los herederos de aquellas jerarquías que toleraban o propiciaban a los iluminados, hoy han preferido respetar al adversario haciendo de su silencio una aportación valiosa y significativa. Sin temblarles el pulso, han suprimido fiestas y procesiones que, en conjunto, son una de las líneas más firmes de la columna vertebral de nuestra cultura. En acciones que acostumbran mover y motivar a cientos de miles de personas, se han guiado por el consejo de los expertos y sanitarios en todos sus niveles. Con ello, se han puesto decididamente del lado correcto. En vez de constituirse en asesores preparados para entrar en el laberinto de la Covid-19 con un hisopo o con un libro de exorcismo en la mano, han aceptado combatirlo con una sobriedad absoluta de gestos. Así hemos podido ver al Papa Francisco oficiar su mensaje urbi et orbi en una Plaza de San Pedro vacía. Ha sido, posiblemente, uno de los actos de mayor impacto mediático de su pontificado.

Pero que la jerarquía, desde su más algo nivel, haya optado por combatir desde el silencio, no tiene por qué hacer enmudecer a quienes, por su capacidad de conectar con la fuerza del Espíritu, sienten que, al invocarle, consiguen ese rayo de sol que tanto necesitan quienes, con una u otra adscripción de su fe, aportan esa sonrisa que puede traer un alivio cálido a quien se cruce con ellos. Esa es la tercera línea en reserva que, a cada uno de nosotros en su momento, puede hacernos sentir que la hermandad universal -lo ha mostrado Francisco en Fratelli tutti– tiene un latido verdadero.

(Xavier Moreno Lara es periodista, escritor y filósofo).

SOBRE EL AUTOR

El prestigioso periodista, filósofo y escritor Xavier Moreno Lara, nuevo colaborador de nuestro periódico

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