Partiendo de la base de que la estrategia seguida por nuestro país en cuestión de defensa ha estado casi siempre unida a una defensa común con otros países (EE.UU., OTAN, UE), es fácil situarnos en el entorno actual, en el que el escenario de una estrategia de defensa nada tiene que ver con lo vivido hace unos años, en plena guerra fría, con la meta puesta en la neutralización, de una u otra manera, de las armas nucleares. Hoy, además de ese, los retos en seguridad y defensa de España, como de los demás países occidentales, han cambiado radicalmente y su prevención y disuasión requiere de una nueva mentalidad, nuevas medidas y nuevos medios. De ahí la importancia de dedicar la máxima atención a las FAS en materia de mentalidad, preparación y medios a la altura de los tiempos.
Es verdad que la globalización ha entrado en nuestras vidas y por supuesto en las FAS, y lo ha hecho como una situación que se va a quedar de una u otra manera en nuestro entorno, no se admite marcha atrás, podemos y debemos actualizar conceptos y lo que surgió como forma para lograr un bienestar común, democracia plena, economía total, integración en definitiva de los países, sin olvidar aquellos otros factores que nos afectan directamente, como son el blanqueo de capitales, el tráfico de armas y el de tecnología de fácil aplicación en la utilización militar. Factores originados por la facilidad para cruzar fronteras, entre otros.
No sabremos qué ni cómo ocurrirá hasta que no se produzca, si será en forma de combate al uso o de una manera tecnológica.
Nos enfrentamos, pues, a un problema de equilibrio entre lo que conseguimos y el precio pagado por ello, agravado por compromisos internacionales que no se pueden obviar. Esta situación, nos hace víctimas de un dominio mental directo e indirecto sobre el ser humano, un dominio que se libra en la mayoría de las ocasiones en el terreno tecnológico, que consigue que todos nosotros estemos perdiendo privacidad en nuestras actuaciones, por lo que podríamos fácilmente acabar siendo manipulados si no logramos frenar el dominio que sobre nosotros actuaría en un hipotético conflicto.
Es cierto que no es nuevo que a lo largo de la historia observamos que los ejércitos han tenido que adaptarse a las amenazas de cada momento, bien con medios y, por supuesto, modificando las tácticas de combate.
También es verdad que las nuevas tecnologías traen en muchas ocasiones el progreso humano, pero lo mismo que es una situación difícil de detener, también tenemos que tener presente que no podemos dejar a un lado aquellos principios que nos inculcan a los militares cuando vestimos uniforme; algunos, como lealtad, honor, honradez, por citar unos pocos, han de prevalecer sobre aquellos hipotéticos beneficios que nos va a traer la globalización y, por ende, las nuevas tecnologías que vamos a tener que aplicar a nuestras organizaciones y a nuestras vidas. Es incuestionable que hemos de aplicar estas nuevas tecnologías a potenciar la inteligencia y conocer el potencial que hemos de tratar.
VALORES Y CONTROL
Es un fenómeno que se aproxima rápidamente, imparable y teniendo claro que no sabemos hasta dónde va a llegar, pero que podremos controlarlo, al menos parcialmente, si conseguimos mantener esos valores.
Al igual que las FAS somos una herramienta imprescindible en el proceso de globalización, también es verdad que sabemos manejar las situaciones de una manera satisfactoria y no como a veces algunos quieren hacernos ver, como un ente decadente e inútil, palabras a las que se agarran aquellos que ven cómo la tensión en la sociedad se acrecienta, principalmente a causa de la economía, razón más que fuerte para hacer ver la importancia del ejército para defendernos contra esos desequilibrios, que avanzan rápidamente en forma de sectores que quieren controlar territorios, bien chantajeando a poderes políticos o basando sus fuerzas en los ciberataques; y lo pueden hacer de cualquier manera, incluso sorprendiéndonos en su estrategia y superando de esa manera las expectativas de triunfo. No sabremos cómo ocurrirá hasta que no se produzca, ni de qué manera va a llegar a nosotros, si será en forma de combate o de una manera tecnológica.
Un estado, un país ha de ser estable en su régimen político, para poder hacer frente a los riesgos que los nuevos procesos entrañan.
La Inteligencia artificial, la globalización, las nuevas tecnologías, todo eso implica riesgos nuevos que amenazan a la población de una manera soterrada, como amenazas que surgen amparándose en conflictos, religiones, o en situaciones más caóticas en los procesos de desarrollo social y económico.
Lógicamente no solo afectará la tecnología del armamento, también tenemos que tener presente la influencia en nuestras vidas de esa tecnología, que transforma, queramos o no, todo nuestro entorno, y que lo hacen con totalidad, por la facilidad que actualmente se tiene para poder obtener armas letales.
MODERNIZACIÓN DE LAS FAS
Es necesario que llegue a nosotros, a las Fuerzas Armadas Españolas, la modernización de personal y de medios, y más en los que han de defendernos, ya que la defensa y por supuesto nuestra seguridad deben influir en una preparación exhaustiva y una adecuada dotación de medios. Los conflictos que pueden surgir serán tan complejos que se precisará de las armas, pero también de un conocimiento de la sociedad actual, de su sentido, de lo que piensan y de lo que quieren los ciudadanos, en definitiva de saber cómo es el ser humano en todas sus vertientes. Y todo ello sin perder de vista la idea de que el uso de la fuerza perderá importancia, por lo que nuestra preparación en lo militar ha de ser lo más completa que se pueda imaginar. Hoy, la mayoría de los países sean de un bloque u otro, ricos o pobres, están intentando incrementar su poder militar por múltiples vías.
El adversario ha dejado de ser el enemigo tradicional y ha modificado su método de actuar.
Un estado, un país ha de ser estable en su régimen político para poder hacer frente a los riesgos que los nuevos procesos entrañan. Las movilizaciones armamentísticas no se pueden tapar, pero un gobierno acaba siendo menos transparente si no se integra en el pensamiento de toda una población. Es verdad que la globalización es un hecho positivo y a primera vista se puede pensar que está favoreciendo las relaciones entre todos, pero estamos cada vez más influenciados por el fanatismo y el ansia de poder, obligándonos, para hacer frente a estas amenazas, a prepararnos más en inteligencia y seguridad, como el medio más preciso para hacer frente e imponernos al hipotético enemigo.
Hacerlo es imprescindible, porque el adversario ha dejado de ser el enemigo tradicional y ha modificado su método de actuar, por lo que los procedimientos de defensa, si no nos adaptamos a los nuevos retos, resultarán ineficaces para luchar contra las amenazas que puedan surgir. Tenemos que adaptarnos y salvaguardar el país de todo tipo de amenazas, que son complejas y numerosas.
(Francisco Bautista Gutiérrez, marino militar, ha sido Mayor de la Flota y profesor, y es hidrógrafo, oceanógrafo y escritor).
SOBRE EL AUTOR
OTROS ARTÍCULOS
Marcha Verde, 7/11/1975, día D
Primeros navegantes y enfrentamientos navales españoles
La pandemia invita a abandonar la ciudad y volver al pueblo
Fuerzas Armadas: apoyo a la paz
Liderazgo no es poder, pero lo mejora
Mujeres en los Ejércitos: España, a la cabeza de Europa
Jorge Juan, el gran científico y humanista español que midió el meridiano