martes, 14 mayo, 2024
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Messi o la insignificancia de la republiqueta

Los indepes están que trinan con la anunciada “espantá” del astro argentino

Leo Messi ha reducido la república catalana al nivel que le corresponde, la tercera división del fútbol y, por supuesto, de la política. Acaba de saberse que, entre las condiciones de su renovación con el Barça firmada el pasado noviembre, figura una cláusula impuesta por el argentino, según la cual, el jugador dejaría el club sin pagar un céntimo en caso de independencia de Cataluña. El resto de jugadores no catalanes, que son mayoría, dejarían igualmente el equipo de manera incondicional. Los indepes están que trinan.

Si Cataluña se independizase y el F.C. Barcelona no jugase en ninguna liga europea de primer nivel –como ocurriría sin duda ninguna si llegase la republiqueta- Leo Messi abandonaría automáticamente el equipo y, además, sin necesidad de abonar la estratosférica cláusula de rescisión, que asciende a 700 millones de euros. La directiva no tuvo más remedio que tragar con esta condición draconiana, pero plenamente justificada desde el punto de vista deportivo y federativo, aunque el club ha intentado vender la noticia a los medios como “un gesto del compromiso del delantero” con su empresa. Compromiso, sí, pero consigo mismo, pues el jugador se garantiza poder seguir militando en una primera división de verdad, y no en la tercera regional a que quedaría reducida una liga catalana sin posibilidad de competir en el exterior.


El futbolista dejaría el Barça automáticamente en caso de independencia y sin pagar cláusula de rescisión.


La medida no solo afecta al argentino Messi, sino también a todos los jugadores no catalanes del equipo, que son la mayoría. Ter-Stegen es alemán; Rakitic, croata; Denis Suárez, gallego; Arda Turan, turco; Iniesta, castellano-manchego; Luis Suárez, uruguayo; Rafinha, Marlon Santos y Douglas Pereira, brasileños; Cillessen, holandés; Mascherano, italo-argentino; Digne, francés; André Gomes y Semedo, portugueses; Umtiti, camerunés; Vermaelen, belga; Munir, madrileño; Valverde, el entrenador, extremeño; y Aspiazu, el segundo entrenador, vasco. ¡Que vaya equipo de nacionalistas!

Incluso los propios jugadores catalanes también se marcharían, pues es inconcebible que los Piqué y compañía aceptaran continuar en un club aislado de la liga española y de las otras grandes ligas continentales.

ADIÓS, BARÇA

Esteban Urreiztieta escribía ayer en El Mundo lo siguiente: “El Barça le ha comunicado al jugador (aceptando, claro está, la condición previamente impuesta por este) que en el caso de que se produjera la independencia catalana, quedaría automáticamente libre. El club entiende que esa circunstancia constituiría una alteración sustancial del contrato. Y, en consecuencia, la obligación de permanecer en el Barça desaparecería. También se le ha aclarado que en la misma situación quedarían el resto de jugadores de la plantilla, por lo que se le ha precisado que en ningún caso estaría obligado a continuar en la entidad si ésta pasara a integrarse en una liga conformada exclusivamente por equipos catalanes, por ejemplo”.

De este modo, Messi, sin pretenderlo –o, tal vez, a sabiendas- ha colocado la cuestión de la independencia catalana en su justo sitio. Gracias a Messi, la republiqueta ha puesto de manifiesto su insignificancia una vez más, en esta ocasión desde el punto de vista futbolístico. Ni siquiera los jugadores de fútbol quieren saber nada de una vuelta a la aldea catalana, y menos en un mundo global donde los grandes jugadores –como los grandes empresarios, o los artistas, o los científicos, o los escritores- tienen una proyección mundial que no se compadece con la estrechez arcaica de la tribu.

Si son ya casi 4.000 las grandes empresas que se han marchado de Cataluña a raíz de la declaración unilateral de independencia, sin contar los muchos millares de pymes y de profesionales y autónomos que han hecho lo mismo, ahora les toca a los futbolistas de los grandes equipos catalanes avisar de lo que vendría si ese disparate tuviese lugar. Todos se irán si la republiqueta se confirmase, un anuncio que ha dejado blancos a los indepes.

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