viernes, 29 marzo, 2024
spot_img
InicioLlamadmeLlamadme descreída…

Llamadme descreída…

… pero es que una no puede ya con este machismo casposo que nos tiene rodeadas y que ha infectado incluso al Dalai Lama

Da igual que este machismo venga de la izquierda, de la derecha, de la innombrable ultra-derechona valiente, del Papa o del Dalai Lama, el último (que yo sepa) en apuntarse al chiste fácil que todo lo tapa y que cuando lo oyes, si pones cara de emoticono del vómito (a mí sale sin pretenderlo), te reprochan: «¡hija, que exagerada!», como poco, o directamente te califican con el ya recurrente feminazi/histérica, que aunque no te lo suelten a la cara, lo piensan.

La periodista, con su perro Killer
La periodista, con su perro Killer

El caso es que aquí estoy, echando espumarajos por la boca (en sentido figurado, ¡eh!), tras leer las sandeces del Dalai Lama, faro espiritual del budismo tibetano. Y no me vale que sea viejito, que esté chocho y que naciera cuando las mujeres llevaban polisón, aunque se supone que él es reencarnado y quizás sus arquetipos y percepciones sobre el sexo femenino se remonten al tiempo de las cavernas, ya saben: estacazo y para la cueva, arrastrada por los pelos.

Resumo, al señor Dalái Lama le han preguntado por su sucesión y ha contestado que si, llegado el caso, fuera una mujer (que, en tantas reencarnaciones, ya es casualidad que no haya habido ninguna) debería ser atractiva (le ha faltado añadir, «cómo yo mismo”). Y no ha sido un desliz, cuando le han vuelto a preguntar ha insistido: “Si es una mujer, debería ser atractiva. De lo contrario, no sería de mucha utilidad. Mucha gente preferiría no ver una cara de muerte”. Y ha añadido que “las mujeres deberían gastar algo de dinero en maquillaje”. (Y él, en un bozal, añado).


No me vale que sea viejito, que esté chocho y que naciera cuando las mujeres llevaban polisón.


SER MALA A LA VEJEZ

Visto el panorama, no me extraña nada que una amable anciana del Reino Unido, Josie Bird, a sus 93 años haya querido hacer algo malo para ir a la cárcel. (El último deseo de Josie, la abuela de 93 años: ser arrestada). ¡Pobre! ¡Qué aburrimiento mortal y espiritual habrá soportado esta mujer para que ingresar en prisión o, al menos, en el calabozo de la comisaría más cercana, le parezca una aventura más apetecible que la cárcel diaria de su existencia.

Secuencia de la detención de Josie Bird publicada por EL MUNDO
Secuencia de la detención de Josie Bird publicada por EL MUNDO

Qué tardes de tedio le imagino, capeando con una vida que no ha elegido, porque Don Patriarcado, ese otro líder social de Oriente y Occidente, ya eligió por ella, por todas. Ese patriarcado que nos obliga a ser buenas, a no romper un plato, a mostrarnos sumisas, obedientes y, sobre todo guapas, para mayor gloria del macho.


Visto el panorama, no me extraña que una amable anciana del Reino Unido, Josie Bird, a sus 93 años haya querido hacer algo malo para ir a la cárcel.


Puede que Josie haya perdido un poco la cabeza y su extraño deseo nazca de una demencia senil, esa que envuelve en una nube borrosa (y quiero creer que dulce) los últimos años de muchas personas, o puede que guarde en su corazón algo malo que hizo y se considere culpable, o puede, simplemente, que haya tenido una vida tan plana que ser detenida le suponga un chute de adrenalina que no quiere dejar de disfrutar antes de morir.

Cuánta ternura me despierta su inocencia y el amor de su nieta, que ha hablado con la Policía para armar un paripé, ofreciéndole a su abuela la oportunidad de convertir en realidad su sueño. Y cuántas mujeres como Josie habrá repartidas por el mundo, mientras al sumo lama lo único que le interesa es que su sucesora sea atractiva, mismo nivel casi del juez Serrano, que ahora dice que no dijo lo que dijo. O de Trump al que no le apetece violar mujeres si no son su tipo, o Salvador Sostres al que solo le gustan las púberes porque, al parecer, las demás olemos a orines. O el mismísimo Ghandi, que se acostaba con jovencitas desnudas para, según él, vencer la tentación.

Es decir que con OM o sin él, con espiritualidad o sin ella, todos cojean de la misma pata, y en definitiva no son más que unos pollas viejas, dignos y orgullosos hijos del patriarcado, que ve la paja y no ven la viga.


Yo propongo que Josie Bird, se reencarne en el próximo Dalai, y si alguien quiere aplaudir es el momento de hacerlo.


Yo propongo que Josie Bird, se reencarne en el próximo Dalái, y si alguien quiere aplaudir es el momento de hacerlo. Y apago y me voy con una frase de una película de James Bond, otro amado líder del machismo. En una escena un jefazo increpa a una jefaza:

– A veces pienso que le faltan a usted pelotas para este puesto.

A lo que ella contesta:

– Es posible, pero gracias a eso no pienso con ellas.

(Elisa Blázquez Zarcero es periodista y escritora. Su último libro publicado es la novela La mujer que se casó consigo misma. Diputación de Badajoz).

SOBRE LA AUTORA

Una colaboradora muy especial

ÚLTIMOS ARTÍCULOS

Llamadme perezosa…

Llamadme escandalizada…

Llamadme embobada…

Llamadme acusica…

Llamadme sorprendida…

Llamadme pasmada…

Llamadme exagerada…

Llamadme atea…

Llamadme cansina y aviso…

Llamadme ingenua…

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Últimas Noticias