Tras el paréntesis de las fiestas navideñas regresaron la normalidad y la rutina, con la sucesión de días en negro en el calendario del nuevo año. Este primer mes, enero, es un calvario para muchas familias que, con apenas recursos, deberán de hacer frente a una cesta de la compra cada día más cara, por la subida en los bienes y servicios necesarios en los hogares. Según algunos estudios, esta será la cuesta más dura a que los españoles se enfrentan en muchos años.
Quien no tendrá dificultad alguna para llegar a fin de mes en mucho tiempo es Irene Montero, la ministra de Igualdad, cuyo patrimonio, superior a 600.000 euros, ha escamado a algún parlamentario, no tanto por el incremento, como por el corto tiempo en que ha crecido. Hace sólo cinco años, cuando obtuvo su escaño, la ex de Pablo Iglesias, declaró un patrimonio de 6.800 euros y hoy se cifra en 680.000, es decir, lo ha multiplicado por 100 en un abrir y cerrar de ojos. Esto es hacer carrera, no como lo hacían aquellos políticos cutres de la caspa que tardaban décadas en hacerse ricos.
Esa es la aspiración de la mayoría, enriquecerse, y no la de traer hijos al mundo, como manda la Santa Madre Iglesia. «Creced y multiplicaos» es el mandato divino desde la creación. Pues ahora no, según ha denunciado el Papa. La coyunda está de capa caída y en estos tiempos se piensa más en tener mascotas que en follar. Eso se queda para obispos y cardenales.
Y debido a la baja natalidad, los belenes vivientes han decaído muchísimo, al faltar recién nacidos para el papel de protagonistas. No hay repuestos para los que llevaban varios años expuestos en la cunita con pajas. Por unas u otras causas, las Navidades están echadas a perder.
(Julián Leal es licenciado en Ciencias de la Información, periodista con una experiencia de décadas en prensa escrita, diseñador y humorista gráfico).
SOBRE EL AUTOR
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