sábado, 27 abril, 2024
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Llamadme abolicionista…

… y contestaré rauda y veloz: pues sí, lo soy, a saco.

De la prostitución dicen que es el oficio más viejo del mundo, enarbolando dos grandes falacias, ni es un oficio, ni es el más antiguo.

La periodista, con su perro Killer
La periodista, con su perro Killer

Soy abolicionista, porque aceptar que una mujer pueda vender su cuerpo es admitir que un hombre –o quien sea- tiene derecho a comprarlo. No aspiro a que las putas tengan un sindicato y reivindiquen beneficios laborales, quiero que no haya puteros que demanden la prostitución.

Por tanto, en este debate, niego la mayor: no encuentro justificación alguna a las muchas voces que la defienden (la prostitución), porque cualquiera de esas justificaciones da por buena la premisa de que la sexualidad masculina es prioritaria, un derecho, una necesidad fisiológica que ha de satisfacerse como sea. Una mujer que ejerce la prostitución lo sabe, sabe que está proporcionando desahogo a un hombre por el solo hecho de que puede pagarlo, porque puede alquilar un cuerpo humano y usarlo a su antojo, y eso está más cerca de la esclavitud que del más duro de los trabajos. Y la mayoría de las veces el putero no busca solo sexo, sino poder y control.


Hoy, 23 de septiembre, es el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños.


No hay datos exactos, pero las cifras de mujeres que ejercen la prostitución, provenientes de la trata, sitúan la incidencia entre el 80 o el 95 por ciento, así que el que piense que la mujer con la que se acuesta, previo pago, no ha sido raptada, violada, amenazada y aterrorizada es casi tan ingenuo como que ella piense que él es Richard Gere y la va a rescatar de la calle para llevarla a la opera con un collar de diamantes al cuello y un vestido de 200.000 euros en su cuerpo serrano.

NADA DE GLAMOUR

La prostitución no entraña glamour ninguno, es cutre y sórdida. Películas como Pretty Woman o Irma la dulce, y tantas más, nos han hecho creer que es divertida para quien la practica y tierna para el que recurre a ella, pero la realidad es muy distinta. Si exceptuamos alguna escort de lujo, que por soportar a algún baboso saque una pasta gansa, lo normal es que la pobreza extrema y la imposibilidad de encontrar otra salida arrastre a las mujeres a cobrar por dejar usar su cuerpo a otros.


Se calcula que 40 millones de mujeres, niñas y niños son prostituidos actualmente en el mundo.


Las desigualdades económicas, de género, raciales, o la milenaria y arraigada cultura misógina y patriarcal, han llevado a mercantilizar el cuerpo femenino normalizando su cosificación y arrojando unos datos estremecedores. Se calcula que 40 millones de mujeres, niñas y niños son prostituidos en el mundo. La edad de la “mercancía” oscila entre los 6 años (has leído bien) y los 25. El 75 por ciento de las personas que acaban prostituyendo su cuerpo acceden a ese mundo engañadas o amenazadas. Tienen una tasa de mortalidad 40 veces más alta que la media general, y son proclives a numerosas enfermedades y a sufrir violencia. Un artículo de Patricia Matey en El Mundo recoge que el 68 por ciento de las mujeres que la ejercen sufre síndrome de estrés post traumático, lo que define como el Vietnam de cada día (la prevalencia del SEP en el resto de la población es del 5 por ciento ). Y no, su sindicación no solucionaría su drama, el zorro no puede cuidar de las gallinas, la barbarie hay que abolirla porque es inhumana, lo que pretenden los proxenetas que manejan el negocio y los promotores del sindicato es estar apoyados por el Gobierno y ser tratados como empresarios, y un estado democrático no puede sacar rentabilidad cobrando impuestos a mujeres que tienen que vender su cuerpo para sobrevivir, por no hablar de que si alguna mujer quiere obtener esos derechos que pregona el sindicato, puede inscribirse como trabajadora autónoma.

ALEMANIA, EXPERIENCIA DEMOLEDORA

La experiencia de Alemania es demoledora. Legalizada en 2002, el incremento de la prostitución en ese país es de un 30 por ciento. Llegan turistas directamente a los megaburdeles con capacidad para 1.000 clientes simultáneos, se anuncian ofertas reales que proponen “sexo absolutamente salvaje: 20 euros 20 minutos”, tarifa plana, cada vez más prestaciones, más extrañas y más violentas y humillantes por menos dinero y una larga y desesperanzadora situación que puede leerse completa en este enlace https://www.trauma-and-prostitution.eu/. Beneficios para los supuestos empresarios y condiciones cada vez más vejatorias para ellas.

Por el contrario, en Suecia, donde se optó en 1999 por la abolición, se ha reducido hasta un 50 por ciento el número de mujeres prostituidas y se está acabando con la trata de mujeres y niñas extranjeras.


Entre el 80 y el 90% de las mujeres que ejercen la prostitución provienen de la trata.


Se calcula que el tráfico de seres humanos mueve 32.000 millones de dólares anuales, dinero que en su abrumadora mayoría no repercute en las mujeres, sino en los chulos o proxenetas, ahora llamados empresarios, que son los que están detrás del sindicato, que casi le cuela el famoso gol por la escuadra a la ministra. Por suerte, ella lo rechazó con una vaselina y se libró del tanto, que además de por la escuadra, era en propia meta.

SINDICATOS Y CURSOS

A ver si ahora que estamos echando pestes de los sindicatos va a resultar que este es la salvación y vemos dentro de nada a los liberados de la organización de Trabajadoras Sexuales, OTRAS, ofertando cursos a cargo del erario público para mejorar la calidad del servicio tales como: “Teoría y práctica de la felación” ,“Derechos y obligaciones del putero: explicación, regulación y prevención”, “La puta feliz: su bienestar desde la psicología positiva en los burdeles de carretera”, “Técnicas y recursos: cómo convencer al cliente para que no te maltrate”, “Nuevos retos en la gestión de clientes raros” … y no doy más pistas no sea que me copie cierta Universidad para ofrecer un Master. Creo que con este temario no faltaría nadie.

Y es que hasta personas que parecen sensatas ven normal que los deseos de un hombre hayan adquirido la categoría de derecho casi inalienable y cifran la solución en legalizar la compraventa sexual y mejorar las condiciones del trato, convencidos de que las mujeres llegan a la prostitución por propia voluntad, argumentando la libertad personal de cada cual para ejercerla y olvidando que, a veces, el esclavo ni siquiera sabe que lo es. Pero es que, además, en una sociedad justa y moralmente sana, la prostitución es innecesaria e incomprensible. El sexo debe ser siempre consentido y aceptado en igualdad de condiciones, porque no hay libertad de elección cuando no existe la opción de elegir. Lo demás es mantener la vieja, caduca y espantosa idea de que un hombre no puede reprimir sus deseos, y eso, a estas alturas, sabemos que no es así.

Y el que quiera sexo y no pueda obtenerlo fácilmente, siempre tendrá a mano quererse a sí mismo con la técnica (esta creo que sí) más antigua del mundo. Que ya sabemos también, que nadie se queda ciego por eso.

Recuerden, hoy, 23 de septiembre es el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños.

(Elisa Blázquez Zarcero es periodista y escritora).

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