domingo, 28 abril, 2024
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Llamadme aguafiestas…

...pero a mí que Obama diga que las mujeres somos maravillosas no me parece ningún piropo

Bueno sí, es un piropo, aunque cutre y algo trasnochado, como suelen resultar los piropos cuando se generaliza o se lanzan al tuntún. Es como cuando veo a hombres que se autoproclaman feministas porque “¡cómo no voy serlo, si tengo madre!” (o hijas, o una prima en el pueblo, o …… a rellenar con lo que tenga cada uno). Desde luego, lo que no necesitan es abuela. Se están autopiropeando.

La periodista, con su perro Killer
La periodista, con su perro Killer

Viene esto a cuento de que he discutido con varias amigas que se muestran encantadas con las declaraciones del ex presidente estadounidense, que, repantingado en un sofá, y desde Singapur, ha pontificado: “Las mujeres son indiscutiblemente mejores que los hombres. Si las mujeres gobernaran en todos los países del mundo, mejorarían los niveles de vida y los resultados”. Y, perdonadme, pero a mí esto me parece peloteo puro y duro, me suena a que el día de la madre te regalen una plancha en lugar de un viaje con tus amigas o el satisfyer ese. Esto de Obama es lo que se llama ser un bienqueda, y es probable que yo no lo sea, y por eso pienso que si mujeres como Margaret Thatcher gobernaran, estaríamos como estamos con los hombres, es decir atacando las Malvinas o lo que se ponga por delante; porque no se trata de que nos alaben, se trata de tener los mismos derechos, las mismas oportunidades y también, y sobre todo, la opción de acceder a los puestos de poder sin necesidad de copiar los modelos masculinos, que, a la historia me remito, no es que estén funcionando adecuadamente.


Claro que si me dan a elegir entre Obama haciéndonos la pelota y Trump diciendo que si eres famoso puedes coger a las mujeres por el coño, me quedo con el primero.


Claro que si me dan a elegir entre Obama haciéndonos la pelota y Trump diciendo que si eres famoso puedes coger a las mujeres por el coño, me quedo con el primero. Y también prefiero a Obama antes que al ex presidente iraní Bani Sadr que cree que “el cabello de la mujer emite unos rayos que impulsan el apetito y deseo sexual de los hombres, por lo que es necesario taparlo con un velo ya que de otro modo están incitando a pecar”. ¡Ay, estos machitos! deberían dejar de soltar disparates, que se empieza así y se acaba bombardeando aeropuertos.

Y siguiendo con los pelos, la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, que me cae bastante bien y que viene a demostrar que hay maneras (y mejores maneras) de ejercer la política, tiene que aguantar a un petardo de ministro estonio, Mart Helme, que ha intentado descalificarla con el absurdo argumento de que fue “dependienta antes que primera ministra”. “Le pone a uno los pelos de punta”, se ha lamentado sin despeinarse. Pues ¡hala!, que se encasquete él mismo el trapito y verá cómo se le quita la electricidad estática de la cabellera ¡Ah, no, que es calvo! ¡Vaya, qué pena! Va a ser esa la clave de bóveda de esta fijación de ciertos señoros con la melena femenina, la ausencia o extravagancia de la suya. Envidia de pene, decía Freud, y ahora resulta que se trata de envidia de pelo.


Lo que me tiene mosqueada es un artículo en el que se afirma que las mujeres tienen más posibilidades de ser nombradas para puestos de liderazgo en tiempos de crisis.


LIDERAZGO EN TIEMPOS DE CRISIS

En realidad, lo que me tiene mosqueada es un artículo en el que se afirma que las mujeres tienen más posibilidades de ser nombradas para puestos de liderazgo en tiempos de crisis. Lo asegura una doctora en psicología, Michelle K. Ryan, de la Universidad de Exeter, que añade: “Esto hace que sus posiciones de liderazgo sean potencialmente más precarias y de riesgo, una tendencia que no solo se da en el mundo de la política, sino también en organizaciones comerciales, de educación o deportes”. Y pone como ejemplo el de Theresa May y la crisis del Brexit. Elegida primera ministra británica tras la renuncia de Cameron, tres años después dimitía entre lágrimas y con unas críticas más injustas, dice el estudio, que si el cargo lo hubiera ostentado un hombre. Y ahí tenemos a su sucesor, que también debe padecer lo suyo en lo capilar, y reelegido pese a sus guedejas.

Y otra psicóloga, Laura Vieten, autora de la tesis El acantilado de cristal: crisis, liderazgo y género (UGR, 2013), sostiene que la tendencia tiene que ver con los estereotipos de género. “Los rasgos típicos asociados a una mujer como la intuición, empatía o cuidado del grupo -dice- coinciden con las características que se asignarían a un líder en tiempos de crisis”. Hasta aquí, todo correcto, lo malo es que en épocas de prosperidad, o sea en lo fácil, se preferirían los estereotipos tradicionalmente masculinos, fuerza, ambición, contundencia. No son tontos, no.

Obama, piropeador o bienqueda. NPR.COM
Obama, piropeador o bienqueda. NPR.COM

La tesis aporta algunas explicaciones y habla de un “neosexismo” que reconoce “los valores igualitarios, pero mantiene sentimientos residuales sexistas y niega la necesidad de medidas para combatirlos. Así, si en un momento difícil se cede el liderazgo a un miembro de la minoría que no pertenece al grupo dominante (una mujer), se justifica el fracaso y se dirá, hemos fracasado porque teníamos un líder atípico y esa experiencia puede disuadir a otras mujeres talentosas de presentarse”; y, además, se asignaría a la mujer un puesto de poder en época de vacas flacas, porque habría pocas posibilidades de desarrollo para ella.

Resumiendo, y en lenguaje técnico, que “emosidoengañada” y lo de Obama es una estrategia para engatusarnos. Plan maquiavélico perfecto.

Así que, amigas, si os llaman para un cargo dejándoos una patata caliente por herencia, aclarad que el estropicio ya se había instalado antes de vuestra llegada y que puede que no lo sepa arreglar ni dios; luego, iros a la peluquería, atusaros la melena y adelante, que peor, seguro que no lo vais a hacer.

Y os dejo, que yo ya tengo pedida hora. Voy a perpetrarme unos tirabuzones.

(Elisa Blázquez Zarcero es periodista y escritora. Su último libro publicado es la novela La mujer que se casó consigo misma. Diputación de Badajoz).

SOBRE LA AUTORA

Una colaboradora muy especial

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