Como en muchas ciudades costeras españolas, la presencia de perros en las playas está terminantemente prohibida en Cádiz. Pese a ello, cada vez es mayor el número de perros que sus dueños sacan a pasear por la orilla del mar en la capital gaditana, sin que en algunos casos, además, recojan sus excrementos, y llevándolos muchas veces sueltos y sin bozal, incluso los de razas peligrosas. Las quejas de turistas y vecinos aumentan, sin que la autoridad municipal haga nada por evitarlo.
Cádiz.-
Un turista, joven padre de familia que pasó con su familia la semana de Reyes alojado en uno de los hoteles del paseo marítimo de Cádiz, ha remitido a este periódico una queja y una serie de fotos, denunciando la numerosa presencia de perros que detectó esos días en la playa, con peligro para la higiene y la seguridad de sus hijos menores. Nuestro comunicante, Miguel A.G., denuncia en su email que su hijo más pequeño, de solo dos años de edad, se manchó las manos con excrementos de perro jugando en la arena, al tiempo que perros de diferentes razas, algunas de ellas, peligrosas, eran paseados por sus dueños sin correa ni bozal a escasa distancia de sus hijos.
Un viajero llamó a la Policía Local porque uno de sus hijos menores se manchó las manos con excrementos de perro en playa Victoria.
Ocurrió el día 5 de enero, víspera de Reyes, según relata Miguel, cuando paseando con sus hijos por la playa detectó la presencia de una treintena de perros solo entre Cortadura y playa Victoria. Ante esta situación, decidió dar aviso a la Policía Local, realizando una llamada telefónica poco después de las 13 horas. El agente que recibió la llamada le dijo que pasaba el aviso a las patrullas en servicio y que se pasarían por el lugar.
Según relata Miguel, permaneció hasta las 14,30 paseando por esas playas a la espera de la llegada de los policías locales, pero no se personó ningún agente en ese intervalo de tiempo, mientras tomaba con su teléfono móvil las pruebas gráficas de su denuncia, aunque fotografiando a los infractores por la espalda, dice, para no ponerlos en evidencia. A la hora citada, cansado de esperar, se fue a almorzar con su familia y, visto que el problema persistía por la tarde, decidió ponerse en contacto con nuestro periódico y enviarnos numerosas fotografías que demuestran lo que denuncia, algunas de las cuales reproducimos con esta información.
UN PROBLEMA QUE VA A MÁS
Uno de nuestros redactores contactó telefónicamente al día siguiente con la Policía Local gaditana para contrastar estos hechos. La agente que atendió la llamada señaló que si el día anterior no pudieron acudir los policías a la playa, a requerimiento de Miguel A.C., probablemente se debió a que los efectivos disponibles se encontraban acompañando o custodiando las carrozas de la cabalgata de Reyes, y remitió al Gabinete de Prensa del Ayuntamiento gaditano, después de hablar con el jefe de turno. El problema es que, por la experiencia que tenemos en este medio, dicho Gabinete no suele contestar.
Vecinos y turistas se quejan de la tolerancia de la autoridad con estas infracciones, que ponen en peligro la higiene de las playas y la salud y seguridad de las personas.
Desde este periódico hemos sondeado la opinión de vecinos y turistas y todos nos han confirmado que la invasión de perros en las playas de la ciudad va a más, a pesar de las numerosas señales de prohibición existentes y a pesar de la prohibición expresa en este sentido de la Ordenanza Municipal, que recoge sanciones de entre 100 y 750 euros por esta causa.
Pero como, a pesar de ello, y de campañas que con anterioridad realizó la Policía Local -que, por cierto, funciona muy bien en diversos ámbitos de su cometido, según señalan también algunos vecinos contactados- contra la presencia de los perros en las playas (La Policía Local de Cádiz inicia una campaña para impedir la presencia de perros en las playas), el problema va en aumento, existe la impresión generalizada de que hay una consigna de tolerancia por parte del Grupo Municipal de gobierno, con su alcalde, José Mª González “Kichi”, a la cabeza.
Lo cierto es que el número de perros que invaden las playas de Cádiz a diario llevados por sus dueños, la mayoría de ellos sin correa ni bozal, a pesar de ser de razas peligrosas algunos de ellos y el riesgo que representan para todos, especialmente para los menores, y especialmente los fines de semana y festivos, es cada vez mayor, sin que los responsables municipales tomen las medidas adecuadas.
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