jueves, 25 abril, 2024
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El definitivo suicidio de Pablo Iglesias

En Podemos, en Adelante Andalucía, en IU y en las confluencias cunde la impresión de que el tiempo del líder morado ha pasado y le será imposible hacer olvidar la catástrofe de la investidura

El Pablo Iglesias que iba a tomar los cielos al asalto ha muerto definitivamente en la esfera política con el papelón que ha representado en la fallida investidura de Pedro Sánchez. Así lo estiman unánimemente no solo la mayoría de los observadores y analistas sino también, lo que es peor para él, amplios sectores del Podemos más fiel, de IU, de la disidencia andaluza encabezada por Teresa Rodríguez, y de las Mareas y confluencias. Su actuación en la investidura, primero convocando una consulta y luego haciendo lo contrario de lo dicho por las bases y después impidiendo de facto un gobierno de izquierdas a causa de sus inasumibles exigencias, ha acabado de terminar con su carrera política, que ya venía muy mermada después del escándalo del casoplón de Galapagar, de la sublevación de las confluencias, sobre todo la andaluza, y de la abrumadora pérdida de poder en autonomías, diputaciones y ayuntamientos, amén de la debacle electoral del 28-A.

El 12 de abril pasado, días antes de las elecciones generales, publicamos en este periódico una información titulada Pablo Iglesias, del rap al R.I.P., en la que anticipábamos la paulatina muerte por suicidio político de Pablo Iglesias, el dirigente que más poder electoral había concitado en menos tiempo saliendo de la nada y, a la vez, el que más pronto y de la manera más torpe ha dilapidado ese capital político.


Nadie se explica que alguien aparentemente inteligente y bien formado pueda ser tan torpe en la práctica.


Luego, tras apoyar la moción de censura que derribó a Rajoy y al PP corrupto del gobierno, y tras firmar con Pedro Sánchez el acuerdo de presupuestos generales para 2019, pareció que Iglesias recuperaba algo de fuelle. Finalmente, después de la sorpresiva maniobra de su renuncia pública a entrar en el gobierno de Sánchez -aunque fuese contraviniendo la opinión mayoritaria de sus bases expresada en la consulta que convocó al efecto, que mucha de su gente se preguntó que para qué la convocó si luego iba a hacer lo contrario doblegándose al veto socialista hacia su persona-, su figura pareció crecer de nuevo y así lo publicamos nosotros (Gana Iglesias).

Todo eso se ha venido abajo, sin embargo, con la cerrazón del líder morado que, aunque gran parte de la culpa sea también del propio Sánchez, ha impedido la formación de un gobierno de coalición de izquierdas y, lo más importante para él, ha perdido la oportunidad de entrar en el poder -una vicepresidencia y tres ministerios nada menos- y de obtener importantes logros para él como líder, para su mujer y para su decadente formación, que ya no podrá asirse a esa tabla de salvación.

Es asombroso ver cómo líderes aparentemente inteligentes y formados pueden ser tan torpes a la hora de llevar a la práctica sus ideas. La oportunidad de su vida para recuperar el aliento perdido por Podemos ha pasado. Pablo Iglesias ha terminado de suicidarse políticamente. Haga lo que haga ahora, aun si llega a un acuerdo de legislatura con Pedro Sánchez renunciando a entrar en el gobierno -no le queda otra, pero tampoco aceptará esa opción, porque está demasiado ciego- su carrera política está finiquitada y el futuro de Podemos, en el aire. Unas próximas elecciones significarán seguramente la reducción de la formación morada a un grupo residual como antes lo fue el comunismo antiguo de marca diversa que hoy se fosiliza en IU.

(José Mª Pagador es periodista y escritor, y fundador y director de PROPRONews. Sus últimos libros publicados son 74 sonetos (poesía, Fundación Academia Europea de Yuste), Los pecados increíbles (novela, De la Luna Libros), Susana y los hombres (relatos, Editora Regional de Extremadura) y El Viaje del Tiburón (novela, Caligrama Penguin Random House).

SOBRE EL AUTOR

José Mª Pagador y Rosa Puch, casi 100 años de periodismo

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