martes, 19 marzo, 2024
spot_img
InicioAula de PeriodismoLuces y sombras de Guijo de Santa Bárbara

Luces y sombras de Guijo de Santa Bárbara

Un pueblo extremeño de 388 habitantes en riesgo de despoblación

Solo hay 24 alumnos en el Colegio de Educación Infantil y Primaria de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres). Suponen la cuarta parte de los que se encontraban escolarizados en los años cincuenta, unos 80 niños y niñas por aquel entonces. Cada vez hay menos jóvenes en el municipio, ya que se marchan a estudiar fuera y no ven factible vivir en el mundo rural. ¿Podrá Guijo revertir esta situación? ¿Podrán hacerlo tantas y tantas localidades españolas de sus características?

Marcos Rodríguez de la Calle
Marcos Rodríguez de la Calle

Guijo de Santa Bárbara, Extremadura.-

(Reportaje fotográfico del autor).

La evolución demográfica reciente en España muestra aspectos positivos, como el crecimiento generalizado de la población en el siglo XXI o el aumento de la esperanza de vida, pero es cierto que presenta más aspectos negativos, como la despoblación de la mayor parte del territorio, la caída de la natalidad y la baja densidad. El 85% del territorio español se encuentra dentro del mundo rural, así que es un tema de interés del que se debería hablar más en los medios de comunicación.


“El reto consiste no en llenar los pueblos de gente a rebosar, sino en alcanzar una igualdad de oportunidades entre las zonas rurales y urbanas” (Jesús Beira).


La despoblación se relaciona con el concepto de la “España vaciada”. Este término puede gustar más o menos a los expertos y a la ciudadanía, pero lo cierto es que representa la preocupante realidad de la España rural. El reto demográfico es de vital importancia para la sociedad y son ya diversos los organismos públicos que están haciendo hincapié en la necesidad de dar respuesta a las necesidades de quienes habitan los pequeños municipios. Según el ingeniero de montes de la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura, Jesús Beira, “el reto no consiste en llenar los pueblos de gente a rebosar, sino que se consiga alcanzar una igualdad de oportunidades entre las zonas rurales y urbanas”.

En Extremadura hay 388 municipios, de los cuales únicamente 34 superan la cifra de 5.000 habitantes, lo que significa que más del 50% de la población extremeña vive en áreas rurales. Las migraciones comenzaron a afectar a Extremadura en el siglo XIX con la industrialización, por ello el esquema de población ha cambiado completamente en el último siglo. Los ciudadanos comenzaron a marcharse a Madrid, Cataluña y País Vasco con la finalidad de buscar trabajo en unas condiciones mínimamente dignas. Esto sigue produciéndose porque “lo que la gente quiere tener es un mínimo umbral de servicios”, manifiesta el geógrafo y director de programas de población de la Consejería de Agricultura, José Antonio Mateos.

Visitación y Antonio, 70 años de casados.
Visitación y Antonio, 70 años de casados.

LA REALIDAD DEL PROBLEMA

Para conocer esta realidad, viajamos hasta el segundo pueblo más alto de Extremadura, la localidad de Guijo de Santa Bárbara. Este municipio de 388 habitantes se encuentra en el norte de la provincia de Cáceres, concretamente en la comarca de La Vera, tierra del olivo y el pimentón.

Al entrar a la localidad por carretera, en lo alto de la montaña, se puede observar la Portilla Jaranda, cubierta de nieve en algunas temporadas invernales. A mano derecha se encuentra la pequeña plaza, donde se sitúa el Ayuntamiento. Un grupo de amigos que rondan las edades de 16 a 19 años pasan allí la tarde charlando. Algunos son jóvenes universitarios que este curso se han ido a estudiar a ciudades como Cáceres, Mérida o Talavera. Uno de ellos, Pablo Rodríguez, cuenta que “hay un cambio drástico al pasar del pueblo a la ciudad en todos los sentidos”. En cuanto a la natalidad, no cree que vaya a haber ningún “baby boom” pronto, ni que haya muchas posibilidades laborales. Clara Sánchez, en cambio, sí se quedaría a vivir en el pueblo, porque para ella es “lo mejor del mundo”. “Somos como una pequeña familia”, expresa la guijeña. Otra de las jóvenes, Chavela Jiménez, comenta que le hubiera encantado quedarse en Guijo. A pesar de ello, ve el futuro del pueblo “muy crudo”.

Algunos integrantes de este grupo de amigos no han acabado aún el instituto, por lo que viven los 365 días del año en Guijo de Santa Bárbara. Uno de ellos es David Jiménez. “Yo adoro mi pueblo por encima de cualquier cosa, sin embargo, creo que la vida son etapas y ahora toca salir de aquí y conocer nuevo mundo”, afirma el chico de 16 años. En referencia a las campañas que se realizan para concienciar sobre la despoblación opina que son una tontería, porque “la gente que las hace es de ciudad y no es consciente de lo que realmente es vivir en un pueblo”. Otra de las chicas, Claudia Sánchez, echa en falta más comercio, cine, actividades…; reivindica que se proporcionen “muchos más puestos de trabajo”.

Dentro del Ayuntamiento se encuentra una de las concejalas, Belén Pobre, que trabaja también como agente de Desarrollo Local en Villanueva de la Vera, y esto le da una visión más general a la hora de comparar entre municipios de la misma zona. “Ahora hay mucha diferencia entre pueblos para la acogida de personas. Villanueva estaría preparada para acoger a más de 50, en cambio Guijo no”, explica la edil. Comenta que se está incentivando la rehabilitación de viviendas y subvenciones a los propietarios para que puedan poner propiedades en alquiler, pero la medida que ya se está llevando a cabo es trabajar en I+D+i y ofrecer bonificaciones a la gente que decida trasladarse a vivir al pueblo. La concejala piensa que dentro de Guijo se tendrían que hacer políticas “un poco más serias” para poder evitar el despoblamiento. Por último, Belén Pobre cree que hay que valorar mucho más al mundo rural y devolverle parte de los recursos que se obtienen de él, porque sostiene la vida.

Visitación y su marido Antonio están apostados a la puerta de su domicilio. Han cumplido 70 años de casados y llevan viviendo en Guijo casi toda la vida. “Ahora somos la tercera parte de los que vivíamos en el pueblo antes”, indica el señor. Visitación recuerda el pueblo de hace décadas, mucho más pequeño, pero con mucha más gente. Expone que todo el trabajo de la casa y el campo requería mucho esfuerzo, y ahora “las casas están mejor acomodadas”. Los dos coinciden en que se vive mejor en un pueblo, ya que la tranquilidad es algo muy importante para la gente mayor y no es posible conseguirla en una ciudad.

El Charco del Trabuquete, un refrescante y hermoso paraje de Guijo.
El Charco del Trabuquete, un refrescante y hermoso paraje de Guijo.

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?

El turismo es el motor de Guijo de Santa Bárbara, que tiene un entorno privilegiado, tanto desde el punto de vista natural como histórico. De esto hablamos con Silvestre de la Calle García, animador sociocultural de Guijo y también técnico forestal. Conoce el pueblo y su historia como la palma de su mano. “Durante la posguerra muchas familias decidieron marcharse a Francia, Suiza o incluso América del Sur”, comenta el guijeño, quien además opina que la despoblación también afecta al ganado. La ganadería mantiene limpio el monte y se reduce el riesgo de incendios forestales. Si en los años cincuenta había unos 40 vaqueros y 50 cabreros, hoy hay 15 vaqueros y 3 cabreros.

Silvestre de la Calle manifiesta que “la ganadería ha bajado fundamentalmente por la falta de rentabilidad”, dado que los precios que reciben los ganaderos por su producto son los mismos que hace 30 años. La forma de atraer a más gente para este vecino es “apostar por el turismo natural, gastronómico e histórico”. Tanto el turismo de casas rurales como el turismo gastronómico favorecen el consumo de los productos típicos del pueblo, como son el pan, los dulces, las mermeladas y los licores. También, para los forasteros, son de mucho interés los paseos por el pueblo admirando la arquitectura tradicional y las distintas rutas, que conducen hasta el refugio de las Nieves o hasta el famoso Charco del Trabuquete, donde es recomendable un buen chapuzón en verano.

Guijo de Santa Bárbara destaca por ser un enclave atractivo en muchos sentidos. A lo largo del año se celebran numerosas fiestas en las que el pueblo se llena de gente, como es el caso de “Viriato”, en mayo, las fiestas de agosto, o “Santa Bárbara”, en diciembre. Cuando estas terminan, los nativos de Guijo verdaderamente sufren y luchan día a día contra la despoblación. Los expertos señalan que son necesarios más fondos, más posibilidades, mejores comunicaciones, acabar con trabajos precarios o proporcionar más servicios. Pero, realmente, tal y como concluye el ambientólogo Antonio Horrillo, para conseguir esto “lo más importante es sentirse orgullosos del mundo rural”.

Marcos nació en Navalmoral de la Mata, pero ha vivido casi toda su vida en Guijo.
Marcos nació en Navalmoral de la Mata, pero ha vivido casi toda su vida en Guijo.

(Marcos Rodríguez de la Calle es estudiante de 1º de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Documentación y la Comunicación de la Universidad de Extremadura).

(Aula de Periodismo es una sección concebida por PROPRONews para dar cabida a colaboraciones de estudiantes de Periodismo, Comunicación Audiovisual y análogos, a fin de que dispongan de un medio y un espacio donde empezar a publicar libremente sus reportajes, artículos, entrevistas y crónicas.

En PROPRONews nos sentiremos muy honrados si futuros grandes profesionales de la información hacen constar en sus historiales, el día de mañana, que su primer trabajo publicado apareció en nuestro medio).

OTRAS INFORMACIONES Y ARTÍCULOS

Don Benito-Villanueva, un (beneficioso) matrimonio de conveniencia

LOMLOE: hacia una sociedad de conformistas

El riesgo y los mil inconvenientes de ser celíaco

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Últimas Noticias