La huelga del metal en Bizkaia, que entraba hoy, día 3, en su cuarto día, ha originado el efecto colateral de que pequeños grupos violentos han vuelto a causar graves destrozos en el mobiliario urbano de numerosas ciudades de la provincia, así como colapsos de tráfico en diferentes localidades -muy importantes en Bilbao y Barakaldo-, alteración de la vida ciudadana y perjuicios y daños a particulares, con grave peligro para los automóviles estacionados en la vía pública, a causa de los incendios de contenedores. Una reivindicación justa, que pretende amparar los legítimos intereses de más de 50.000 trabajadores, se ve así empañada por estas acciones, que están mereciendo el repudio de muchos ciudadanos.
Bilbao, Portugalete, Santurtzi.-
Numerosos vecinos de Bilbao, Barakaldo, Sestao, Durango, Elorrio, Portugalete, Santurzi y otras ciudades de Bizkaia se han visto afectados por los efectos de la huelga del metal, que hoy ha entrado en su cuarto día en esta provincia, con manifestaciones, cortes de vías, quema de contenedores y diverso mobiliario urbano, y otras acciones vandálicas que han merecido el repudio de muchos ciudadanos.
Bilbao y Barakaldo han sido las localidades más afectadas.
Un vecino de Santurtzi, afectado por la quema de contenedores que puso en peligro su automóvil, estacionado en las inmediaciones, comentaba a este periódico que “lo que los huelguistas tienen de razón en cuanto a sus legítimas reivindicaciones, lo pierden con estas acciones que perjudican a todos y dañan sus intereses”. “¿Qué ganan cortando el tráfico y causando estos daños que luego hemos de pagar entre todos?”, se preguntaba otro ciudadano de la vecina Portugalete. Y lo mismo sucedía en Bilbao, Barakaldo y otras ciudades afectadas, donde las consecuencias de la huelga para la ciudadanía han sido peores.
COLAPSO
La mañana empezó con colapsos generales en los accesos y salidas de Bilbao por los cortes de vías efectuados por los huelguistas. En los accesos a Barakaldo el caos era absoluto. Una manifestación de unos tres centenares de huelguistas ha cortado durante dos horas y media el acceso de Ansio. La policía autonómica vasca ha tenido que emplearse a fondo para evitar los cortes en diferentes vías. Los manifestantes han colocado barricadas, han quemado neumáticos y han impedido el tráfico lanzando a las vías contenedores ardiendo.

En las diferentes ciudades afectadas se han movilizado todos los efectivos disponibles de Policía Local, así como los de bomberos, para evitar las concentraciones de huelguistas en zonas no autorizadas y para hacer frente a los incendios registrados en numerosas vías de las ciudades citadas y de otras, como consecuencia de la quema de contenedores, incendios que, además, ponían en peligro los vehículos estacionados en las inmediaciones e incluso los bajos de los edificios contiguos, terrazas y demás mobiliario urbano.
Más de un 85 % de los trabajadores del metal han secundado la huelga, según los sindicatos”.
DIVISIÓN DE OPINIONES
Entre la ciudadanía ha habido división de opiniones en cuanto a la valoración de los actos vandálicos de los piquetes: unos pocos defendían la violencia como parte de la protesta, mientras que los más se manifestaban radicalmente en contra de este tipo de acciones.

Al parecer la huelga ha tenido una gran incidencia en todo el territorio. Los sindicatos convocantes -CC.OO, UGT, ELA y LAB- calculan que han secundado el paro entre el 85 y el 90% de los trabajadores del sector, aunque la patronal (Federación Vizcaína de Empresas del Metal y Confebask) ha señalado que el seguimiento “no ha sido total”. De cualquier manera, cabe señalar que la protesta está siendo masiva, con una altísima incidencia en los centros de trabajo y, desde luego, con una evidente repercusión pública, sobre todo por el colapso del tráfico y por las acciones vandálicas de algunos de los manifestantes.

Por su parte, el colectivo de pensionistas que regularmente se manifiesta en Bilbao en reivindicación de unas pensiones dignas, se ha unido a la protesta de los trabajadores del metal.
POR SEXTA VEZ
Estas son las sextas jornadas de huelgas, después de los cinco paros que han tenido lugar entre los meses de mayo y junio pasados, en reivindicación de mejoras y de un futuro claro para un sector que atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia debido a diversos factores.

Los sindicatos, que han criticado duramente la posición del lehendakari Iñigo Urkullu llegando incluso a pedir su dimisión por lo que consideran que es un posicionamiento en favor de la patronal, piden un incremento salarial del IPC más entre 1 y 2 puntos según sea en salarios reales o en tablas, respectivamente, el control de la eventualidad, el derecho de subrogación y medidas de verdad en materia de igual de género y salud laboral.
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