sábado, 20 abril, 2024
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Maruja Torres: el retorno que nos debía El País

Desde ayer, 16 de marzo, la periodista vuelve a tener columna diaria en el periódico

Maruja es esa periodista de leyenda que desde hace mucho tiempo nos encandiló a todos. Amiga de Manolo Vázquez Montalbán desde los tiempos del Raval, fue -es- una de esas mujeres luchadoras, sin complejos, que se pasaba la academia y los títulos por donde hiciera falta, convencida de que lo que hacían los periodistas con denominación de origen lo podía hacer ella como lo hacen los de los vinos de autor.

Juan Serna es un adicto lector de periódicos, especialmente de El País.
Juan Serna es un adicto lector de periódicos, especialmente de El País.

El hueco que encontró en El País supo aprovecharlo con el esfuerzo del que aprende a montar la yegua a pelo. Solo ella sabrá cómo pudo aprender idiomas y los secretos de la escritura, casi sin escuela previa. El esfuerzo que debió costarle solo es explicable a partir de su tenacidad y sus ganas de ser periodista, sin complejos ni vida fácil.

Al cabo de los años, después de recorrer como corresponsal los escenarios más crueles y aterradores de aquel periodismo a pie de guerra, una escritura irónica y desgarrada se apoderó de ella, y nos contaba lo que veía con la crudeza de las imágenes que la rodeaban y de los cadáveres que pisaba, y con el humor, a veces negro y corrosivo, con el que se podía escribir aquel periodismo.

Cuando su bagaje cultural ya no le cabía en la maleta nómada que siempre tenía dispuesta, hizo literatura y nos dejó algunas piezas que devorábamos los que la seguíamos, para entrar así en ese club selecto de los “superventas” sin perder la irreverencia y esa capacidad crítica y provocadora, con la que se reía o disparaba contra todo bicho que se moviera entre los poderes de la administración, la burocracia o las finanzas.


Maruja fue invitada a salir por la puerta de atrás por ese genio del periodismo que es el señorito Cebrián.


Cuando el señorito Cebrián cogió aires de alto ejecutivo y el periodismo se le quedó estrecho, siempre tenía un rato para amagar o atizar con su fusta a aquellos compañeros que, habiendo empezado la aventura del periódico casi con él, se habían hecho un nombre y un espacio a base de esfuerzo y se reían de los yuppies que querían llegar al vértice de la pirámide económica. Así fue como Maruja fue invitada a salir por la puerta de atrás por este genio del periodismo que ahora le ha dado de nuevo por impartir clases magistrales, incluso a los que tienen el culo pelado de haber aprendido el oficio.

Quiero imaginar que Soledad Gallego-Díaz, la directora actual de El País, ha tenido mucho que ver en la recuperación de Maruja Torres, de la que debe de tener grandes recuerdos desde el comienzo de aquella aventura periodística en España y que tanto le agradeceremos los que disfrutamos de ese periodismo autodidacta. Conozco una historia similar, aunque de provincias (me refiero a Extremadura), en la que otro señorito hizo, salvando las distancias, algo parecido, y cuyo entuerto de un director cateto no sé si la directora actual del periódico al que me refiero será capaz de enmendar.

Mi bienvenida a Maruja Torres, cuya columna seguiremos como si fuera ayer. Y mi agradecimiento a la directora actual de El País y a quien corresponda por esta medida justa e inteligente, que nos reconcilia algo más con ese periódico al que le faltaba alguien a quien tantos echábamos de menos.

(Juan Serna Martín, exconsejero de la Junta de Extremadura, es un destacado intelectual y activista medioambiental, escritor y columnista)

SOBRE EL AUTOR

Juan Serna, un intelectual de la ruralidad y el ecologismo

El último fruto de Juan Serna

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