miércoles, 17 abril, 2024
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“La cuarta hecatombe electoral del PSOE será culpa de Susana Díaz”

“Entre los andaluces y el partido, ella ya eligió al partido al presentarse a las primarias nacionales”

            Muchos militantes socialistas andaluces están indignados por el espectáculo dado en el congreso regional del partido celebrado el pasado fin de semana, y preocupados por el perjuicio que puede causar al PSOE la deriva rebelde de los dirigentes andaluces. Fuentes destacadas de la militancia pronostican ya una cuarta hecatombe electoral del socialismo en España y esta vez achacan toda la responsabilidad a Susana Díaz. “Ella será la culpable, por su falta de visión y su deslealtad”, dicen.

La primera hecatombe electoral socialista fue la de 2011 con Rubalcaba de candidato, en cuyas elecciones el heredero de las políticas de Zapatero perdió cuatro millones de votos y 59 escaños. La segunda y la tercera fueron en 2015 y 2016, cuando, con Pedro Sánchez de candidato, y todavía bajo los efectos de las políticas antisociales del último gobierno socialista, continuó la sangría de votos y la pérdida de otros 20 escaños y luego de otros 5, hasta los 85 actuales. Todo el mundo atribuyó la responsabildiad en las dos últimas derrotas a un Pedro Sánchez desbordado que acababa de llegar, como si lo ocurrido en la última etapa de Zapatero no fuese la causa última del desastre. Y ello, pese al mérito de Sánchez de haber evitado en ambas elecciones el temido “sorpasso” por parte de Podemos y de haber conservado el liderazgo de la oposición. Después vendría todo lo que el lector ya sabe, con la conjura de los barones y de parte del aparato socialista contra el secretario general, la definitiva traición y la vil defenestración del dirigente.

Pero Pedro Sánchez volvió seis meses después por sus fueros, montado en una inmensa ola de simpatía de los militantes y de los votantes del PSOE, la gran mayoría de los cuales se identificaron con él. Su arrolladora victoria en las primarias socialistas, con 10 puntos y 15.000 votos de ventaja sobre Susana Díaz, propiciaron lo que empezó a llamarse a finales de mayo “el efecto Sánchez”. Muchos militantes y votantes vieron renacer la esperanza de que el partido volvía a recobrar la ilusión y las señas de identidad de izquierda, perdidas por el apoyo vergonzante al gobierno del PP. Pero luego han venido los congresos regionales, entre ellos, el del PSOE andaluz, y esa ilusión y esa esperanza han empezado a esfumarse, a la vista de la actitud revanchista, desleal y ofuscada de Susana Díaz, según comentan a este periódico fuentes de la militancia.

COMO EL PSF O EL PASOK

“Visto lo visto en el congreso andaluz –señala uno de estos militantes- el PSOE puede volver a perder las próximas elecciones generales por goleada, pero esa cuarta hecatombe, que puede ser la definitiva y que nos puede conducir a la situación en que están el PS en Francia o el Pasok en Grecia, que prácticamente han desaparecido, será toda culpa de Susana Díaz”.

Cuando preguntamos a estos militantes en qué basan este razonamiento, responden lo siguiente: “sin una victoria del PSOE andaluz en las autonómicas será imposible la victoria en las generales. Y Susana no va a ganar las próximas autonómicas por una razón bien simple. Se ha enajenado el apoyo de al menos un tercio de la militancia andaluza, que es la que aquí ha apoyado a Pedro Sánchez en las primarias nacionales. Un número de militantes y votantes contrarios a ella que crece a medida que pasan los días y se comprueba la actitud cerril y desleal de Susana hacia el secretario general. Esto tiene un efecto devastador sobre el electorado. Ella no ha querido ni respetado a ese 35  % de militantes que han apoyado a Pedro en Andalucía y sin ese como mínimo 35 % de votantes, que se pueden pasar a Podemos o a Ciudadanos o irse a la abstención, Susana perderá y, con ella, todo el socialismo español por su culpa”

El “efecto Sánchez” queda diluido por la rebelión de Susana.

Para estos militantes, que aseguran que su sentimiento y opinión son compartidos por muchos compañeros y compañeras, el hundimiento de las buenas perspectivas que había después de la victoria de Pedro en las primarias y el desastre que aguarda al PSOE en las próximas elecciones generales, es y será consecuencia de la actitud de Susana Díaz en el congreso andaluz, “donde –aseguran- ha demostrado una vez más su ceguera, su torpeza y su ignorancia, primero, exhibiendo al viejo PSOE que encarnan Guerra, Griñán y Chaves, a los que no tuvo empacho en amenazar con la expulsión si eran imputados, y ahora que ya lo están, los sienta en primera fila porque se siente débil; y, segundo, haciendo gala de esa deslealtad de no aceptar lo acordado en el 39º Congreso Federal, que es de obligado cumplimiento para todas las federaciones, y de exhibir las enormes contradicciones de su errática conducta”.

ELLA YA ELIGIÓ AL PARTIDO Y NO A LOS ANDALUCES

Entre estas contradicciones, los militantes destacan como la más flagrante, la del reto que públicamente formuló a Pedro Sánchez, de que no la obligase a escoger entre el partido y los andaluces. “¿De qué habla ahora esta señora? –dicen los indignados militantes consultados-. Ella ya eligió al partido cuando se presentó a las primarias nacionales y optó a la secretaría general del PSOE, porque todo su afán era convertirse en presidenta del Gobierno de España. Entonces estaba plenamente dispuesta a irse. Es más, durante los largos meses que duró el mandato de la gestora y la campaña contra Pedro, ella estuvo prácticamente desaparecida de una Andalucía paralizada”.

“Debería abrírsele expediente de expulsión”, dicen algunos militantes.

El mismo día del congreso del PSOE andaluz, en las redes empezó a circular la propuesta de algunos militantes de que el partido debería destituir a Susana Díaz y crear una gestora en Andalucía. “Razones hay para ello –dice otra fuente de la militancia consultada-. Susana Díaz ha lanzado un reto en toda regla al PSOE nacional. Su actitud de manifiesta rebeldía divide a los socialistas andaluces y perjudica gravemente nuestras expectativas de voto. Hay motivos más que sobrados para removerla del cargo antes de que sea tarde. Y puede hacerse, si hay voluntad y coraje, abriéndole expediente de expulsión por la vía estatutaria, y no como ella, que dio un golpe de estado en toda regla contra nuestro secretario general. Susana no es socialdemócrata y dudo que sea de izquierdas. Es más bien una socialcristiana, o una demócratacristiana seguramente, con las ideas poco claras y mucha ambición, una ambición injustificada en escasos méritos y que ahora se le ha terminado de desinflar. Lo que no comprendemos es el apoyo incondicional de sus fieles. No se dan cuenta de que Susana va a caer pronto y de que su caída los arrastrará a todos. Ella ya no engaña a nadie más que a los incautos y a los interesados. La define muy bien Esther Palomera en un artículo que publicó el día 31 de julio.”

(Ver artículo de Esther Palomera en el Huffington Post citado por estos militantes:

http://www.huffingtonpost.es/esther-palomera/por-que-lo-llama-lealtad-cuando-quiere-decir-hostilidad_a_23056842/)

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