jueves, 25 abril, 2024
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El consenso debería ser la regla, no la excepción

Excelente acogida ciudadana al pacto PP-PSOE para renovar cuatro órganos institucionales, lo que puede abrir una nueva etapa de diálogo y acuerdos

La ciudadanía ha acogido con alivio, y no sin sorpresa -acostumbrada como está a la trifulca permanente-, el pacto al que han llegado esta semana el PSOE y el PP para renovar cuatro de las cinco altas instituciones cuyo mandato había expirado años atrás, y cuya puesta al día se hacía ineludible. El acuerdo, plasmado en veinticuatro horas, después de años de propuestas y fracasos, demuestra que el consenso entre las dos grandes formaciones políticas de nuestro país es posible. Este paso puede abrir puertas hacia otros acuerdos de calado que, por ejemplo, haga innecesario el apoyo de los partidos populistas y separatistas, como ocurre en los grandes países de Europa y de lo que Merkel, premiada esta semana con el Premio Carlos V, es un ejemplo paradigmático.

Madrid

Podría ser que Merkel, la gran líder europea a la que posiblemente, esperan altas responsabilidades en las instituciones de la UE, haya inspirado de manera subliminal el pacto fulminante que han cerrado esta semana el PSOE y el PP para renovar cuatro de los cinco órganos institucionales, el mandato de cuyos miembros había expirado hace mucho y que se habían convertido en otro campo de batalla política entre ambos partidos. La coincidencia de la venida de Angela Merkel a Extremadura para recoger el Premio Carlos V que otorga la Academia Europea e Iberoamericana de Yuste y la firma del acuerdo para renovar el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo y la Agencia Española de Protección de Datos, ilumina el camino por el que deben avanzar los grandes partidos democráticos españoles.

Angela Merkel, maestra del consenso, recibiendo el premio Carlos V en Yuste. RTVE
Angela Merkel, maestra del consenso, recibiendo el premio Carlos V en Yuste. RTVE

La nueva relación -amistosa y dialogante- entre el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea -políticos de un talante parecido- ha posibilitado el acuerdo y abre la puerta a nuevos encuentros en materias claves para la estabilidad democrática de nuestro país, aunque todavía haya quedado fuera la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que, sin embargo, seguramente llegará antes de lo que se piensa.

Ni a Pablo Casado ni a Pedro Sánchez les convenía esa actitud de cerrazón y enfrentamiento permanente, que no solamente dañaba la imagen de ambos, sino que, además, generaba un clima de animadversión y hartazgo en la ciudadanía. Los ciudadanos de un gran país democrático como España, queremos ver a nuestros políticos hablar y llegar a acuerdos y, desde luego, saludarse y practicar un trato humano y cordial unos con otros. Por eso, solamente la imagen de ambos dirigentes saludándose afablemente en Yuste ya tiene efectos balsámicos en una ciudadanía más que harta del navajeo entre políticos.


El ejemplo de Angela Merkel demuestra que la colaboración entre los grandes partidos democráticos es altamente beneficiosa para el país.


El nuevo clima que se respira desde Moncloa, aliviada la Presidencia del Gobierno de elementos nocivos, hace concebir esperanzas de que el camino emprendido no acaba aquí. La actitud y el trabajo de Félix Bolaños y del nuevo jefe de Gabinete, Óscar López, han logrado en poquísimo tiempo unos logros que antes no eran posible, pese a la dimensión y el sobrecoste del aparato administrativo de un Gabinete de Presidencia sobredimensionado, delirante y obstruccionista.

Por fortuna, este clima no solo se observa en la nueva relación entre las cúpulas del PSOE y el PP, sino también en los escalones inferiores. Prueba de ello es que Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, y Juan Espadas, nuevo secretario general del PSOE-A y candidato a la presidencia del gobierno andaluz, han iniciado también una etapa de acercamiento y diálogo, hasta el punto de que Espadas ha ofrecido a Moreno el apoyo de su grupo para aprobar los presupuestos andaluces sin tener que depender de Vox.

Ojalá estos brotes verdes de diálogo partidario e institucional fructifiquen en una práctica permanente, de modo que dejen de ser la excepción y se conviertan en la regla. Merkel, que durante casi dos décadas ha tendido puentes con todas las fuerzas democráticas de Alemania y ha sabido gobernar en coalición con otros partidos de signo diferente, logrando el mayor progreso y bienestar para su nación y manteniendo a raya a los populismos de uno u otro signo, es el ejemplo a seguir en cuando a la actitud y el comportamiento que hay que exigir a políticos adultos, formados y responsables.

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