domingo, 28 abril, 2024
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“Una simple diarrea de un diputado afín puede tumbar a Pedro Sánchez”

“El hilo del que pende la investidura y la posible legislatura es muy pequeño y frágil, y perjudicial para España”, según un veterano exdirigente socialista

El mínimo hilo del que pende la investidura de Pedro Sánchez se puede romper en cualquier momento en estas horas que faltan para la segunda sesión de investidura, un temor que ha obligado a PSOE y Podemos a “acuartelar” a sus diputados y diputadas, para evitar sorpresas y ausencias accidentales. Pero este control sobre los otros 11 diputados de los seis partidos distintos que hasta ahora la apoyan es imposible y bastaría una sola baja para que decayera la investidura. De cualquier modo, si Sánchez supera la segunda votación, como se prevé, la agónica legislatura que se abre seguirá pendiendo de ese hilo fragilísimo.

Madrid.-

La votación de la primera sesión de investidura ha estado tan ajustada -166 síes frente a 165 noes- que, sobreponiéndose a su enfermedad, ayer tuvo que acudir al hemiciclo un muy acatarrado Íñigo Errejón, sin el cual, el posible nombramiento de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno habría decaído en primera instancia. Esto da idea del “diminuto y fragilísimo hilo del que depende no solo la investidura, que aún puede fracasar, sino la posible y agónica legislatura”, que dará comienzo el próximo martes si se mantiene ese estrecho margen, según un veterano exdirigente socialista crítico con la “coalición sanchezstein”, que prefiere permanecer en el anonimato, mientras se sustancia una posible reacción de los sectores constitucionalistas del partido, en previsión de concesiones inasumibles al independentismo.


El temor y la expectación ante posibles ausencias accidentales o cambios en el sentido del voto, como el de Ana Oramas, se extiende en estas horas por PSOE y Podemos.


El hilo del que pende la investidura es tan corto y vulnerable, en efecto, que el PSOE y Podemos prácticamente “han acuartelado” a sus diputadas y diputados, según ha podido saber este periódico de fuentes fidedignas de uno y otro partido. De hecho, ambas formaciones han sugerido a todos sus parlamentarios que permanezcan en Madrid si es posible desde ayer, y que, en todo caso, los que hayan decidido viajar a sus provincias de origen a causa de la festividad de Reyes, regresen hoy mismo a la capital, para garantizar que nadie falta al pleno de mañana.

TEMOR A UN IMPREVISTO FATAL

El temor y la expectación ante posibles ausencias accidentales se extiende en estas horas por ambos partidos, no solo porque cualquier incidente o imprevisto fatal puede impedir la asistencia de alguno o algunos de sus 155 diputados, sino, sobre todo, porque es imposible ejercer ese control sobre los 11 del sí que pertenecen nada menos que a otros seis partidos distintos. La broma de “la diarrea”, traída a colación por el personaje socialista discrepante citado en esta información, se traduce en realidad a mil posibilidades de enfermedad, accidente, pérdida de transporte, despiste o cambio de opinión -como el de la diputada canaria Ana Oramas-, de modo que bastaría la ausencia o la marcha atrás de uno solo de los 166, para que se produjera un empate -o, en el peor de los casos, una derrota-, lo que haría decaer automáticamente la investidura y abrir otro escenario de convocatoria electoral.

El peligro de que cunda el ejemplo de Oramas sobrecoge a Sánchez e Iglesias. RTVE
El peligro de que cunda el ejemplo de Oramas sobrecoge a Sánchez e Iglesias. RTVE

De cualquier manera, y aun dando por hecha la pírrica investidura de Pedro Sánchez, el “hilo del que pende ahora y, sobre todo, después, a lo largo de la previsiblemente agónica legislatura, le convierte en un títere de los independentistas, y al PNV -que le ha dado sus costosísimos votos- y a ERC -que facilita la investidura con su interesada abstención- en los titiriteros que manejarán a su interés ese hilo tan perjudicial para España”, dicho en palabras del excargo socialista citado.

Mientras tanto, en la ciudadanía, incluidos muchos votantes socialistas, hay una impresión generalizada de que, de una u otra forma, la operación que han montado Sánchez e Iglesias, con ayuda de sus sesudos asesores, es casi imposible que salga bien a corto o medio plazo, con un país, España, que se resiste mayoritariamente a que el interés por el poder de dos políticos que no podían verse y que ahora se abrazan, prevalezca sobre la unidad, la integridad y la convivencia de la nación. Un país que, más pronto que tarde, va a decir de una u otra manera lo que piensa al respecto.

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