Altas instituciones del Estado, responsables de Interior y jueces y fiscales se preguntan estos días con preocupación, a quién obedecerán los Mossos d´Esquadra el Día D, el de la declaración unilateral de independencia de Cataluña (DUIC) y de la consiguiente aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, cosas ambas que pueden ocurrir el lunes día 9. Movimientos de última hora en dicho Cuerpo indican que algo se está cociendo para los próximos días.
Una circular interna remitida al parecer a principios de esta semana a todos los mossos por la jefatura del Cuerpo, según hemos podido saber de fuentes bien informadas, da una serie de instrucciones sobre lo que tienen que hacer los agentes de la policía catalana estos días, sobre todo de cara al fin de semana –el domingo hay convocada en Barcelona una manifestación por Sociedad Civil Catalana, contraria a la independencia, que se espera que sea multitudinaria- y el lunes está convocado el pleno del Parlament, con el objetivo, según se sospecha, de proclamar unilateralmente la independencia de Cataluña por parte del presidente Puigdemont.
Una presunta circular interna da instrucciones a los Mossos para estar preparados en todo momento.
Entre las instrucciones dadas a los agentes de forma, si no confidencial, sí al menos reservada, figuran a).- tener listos los uniformes todos los agentes, para poder ser movilizados en cualquier momento, dado que son numerosos los efectivos que habitualmente realizan sus funciones sin uniformidad; b).- anulación de los permisos y vacaciones de todos los agentes dentro de lo posible; c) .- alta de todos los agentes de baja médica por dolencias leves; d).- estar dispuestos y localizables en todo momento todos los agentes que no estén de servicio.
Para contrastar con exactitud el contenido de dicha circular y su finalidad, y conocer las ideas del mando de los Mossos sobre cómo piensan actuar ante la presunta declaración ilegal de independencia, ayer tarde llamamos por teléfono a la Oficina de Prensa del Cuerpo, donde fuimos amablemente atendidos por una empleada de dicho departamento. Recibió nuestra petición de información a las 19,30 horas y nos aseguró que nos llamaría en unos minutos para darnos alguna respuesta. Pero eso no sucedió. Así que a las 20,30, una hora después, empezamos a redactar esta información.
Lo que sí nos confirmó nuestra comunicante era que el jefe de los Mossos, José Luis Trapero, había recibido la tarde anterior la citación de la Audiencia Nacional, en la que se le llama a declarar mañana viernes, como imputado por un presunto delito de sedición, pero, ante nuestra pregunta de si el jefe policial acudiría o no, no supo darnos respuesta.
PREGUNTAS SIN CONTESTAR
Tampoco pudimos formular otras preguntas importantes, dado que no recibimos la llamada prometida. Estas preguntas son: 1).- ¿Dimitirá de su cargo el mayor Trapero ahora que está imputado y, además, por un presunto delito tan contrario a la ética policial y tan grave como el de sedición? 2).- En el caso de que el mayor Trapero no acuda por su voluntad a la Audiencia Nacional, ¿cómo actuarán los Mossos si reciben la orden de detenerle y conducirle al tribunal, o cómo actuarían si esta difícil orden fuera dada a la Policía Nacional o la Guardia Civil y agentes de estos Cuerpos acudieran a ejecutarla al domicilio o al despacho de aquel? 3).- ¿Cabe la posibilidad de que el señor Trapero sea cesado de su cargo por el consejero de Interior de la Generalitat, o por alguna autoridad central del Estado, habida cuenta de su imputación?
Ninguna de estas preguntas pudimos formular a los Mossos ni a sus jefes, dado que, pese a nuestra insistencia –tuvimos que realizar nada menos que siete llamadas telefónicas hasta conseguir comunicar con el departamento de Prensa- al final no tuvimos respuesta.
En este momento todo son conjeturas acerca de lo que puede pasar en los próximos días. Al medio está, sobre todo, la presunta DUIC presumiblemente proclamada el próximo lunes en el pleno o después del pleno del Parlament, pues no se sabe si Puigdemont querría hacerla en sede parlamentaria, o pretende emular la escena del presidente Companys proclamando el Estat Catalá desde el balcón principal del palacio de la Generalitat.
LA DUIC Y EL 155
Previamente, habrá de reunirse la Mesa del Parlament, para estudiar los asuntos y aprobar el orden del día del pleno del lunes. Por el momento, el secretario general del Parlament y el letrado mayor de la cámara, ya han advertido a los siete componentes de la Mesa –cuatro de JxSí, uno de Ciudadanos, uno del PSOE y uno de Catalunya Sí que es Pot-, de manera formal y por escrito, que tienen «el deber de impedir o paralizar» la convocatoria de una sesión plenaria para declarar la independencia, y les advierte de las consecuencias penales que hacer tal cosa tendría para ellos. No parece que esto vaya a disuadir a los cuatro componentes de JxSí, que tienen mayoría en el órgano.
Así pues, todo parece preparado para que los Mossos d´Esquadra presten no se sabe bien qué servicios en este contexto de rebeldía de la fuerza mayoritaria del Parlament; y para que, el lunes, Puigdemont proclame la independencia de Cataluña y, automáticamente, el Gobierno utilice el artículo 155 de la Constitución para intervenir la Generalitat. Las consecuencias del choque son impredecibles. La medida estatal conllevaría la detención del Govern y de diversos parlamentarios y líderes de la revuelta, el descabezamiento y posible detención de la cúpula de los Mossos d´Esquadra si no respetan la legalidad constitucional –incluso voces autorizadas han sugerido la conveniencia de la disolución de este Cuerpo en su actual configuración, habida cuenta de cómo se ha conducido durante el 1-O-, la asunción de todas las competencias y responsabilidades políticas por parte del Estado en Cataluña y la convocatoria de elecciones autonómicas –y tal vez generales- en un plazo de pocos meses.
Ahora, una de las cosas que más preocupan, como decimos, es cuál será la reacción de los Mossos si se proclama la DUIC y se aplica el artículo 155. Toda España y gran parte de Cataluña contienen la respiración.