Claudia Casco, 17 años hoy y 15 cuando escribió el libro Lidera, haz realidad tu sueño, pertenece a una nueva generación de personas que nacieron con el milenio. Sus esquemas mentales y coordenadas responden a una nueva concepción del mundo. Han nacido en la era de Internet, en plena globalización, y se sienten ciudadanos y ciudadanas de un mundo mucho más grande y abierto. Sus aspiraciones encajan con una nueva visión de la vida y el trabajo. Serán parte de una nueva fuerza laboral y creativa (knowmads).
A esta generación le corresponde construir el futuro, para ella y para todos los que somos más viejos, y es menester que les facilitemos la tarea y abramos los espacios para hacerlo si queremos tener un porvenir más prometedor.
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En su libro, Claudia –que es hija de nuestro colaborador Juan Carlos Casco Casco (Juan Carlos Casco se incorpora al equipo); de tal palo…- nos muestra una concepción del liderazgo vista desde una joven de 15 años, que es la edad que tenía cuando comenzó a escribirlo, abordando un tema central para el desempeño de cualquier persona en el siglo XXI: el liderazgo y el espíritu emprendedor; una tarea en la que tenía que estar empleándose a fondo el sistema educativo y no lo está haciendo.
PREGUNTA.- ¿Claudia qué es para ti el liderazgo?
RESPUESTA.- Para mí, el liderazgo es una habilidad necesaria para dirigirnos en el mundo en el que vivimos. En todos los ámbitos de nuestra vida necesitamos liderar, como proceso para coordinar nuestros trabajos y actividades; la coordinación es esencial para conseguir el éxito o simplemente los pequeños objetivos que cada día nos marcamos. Es una actitud ante la vida misma. Quizás se trate de una capacidad compleja de adquirir, pero pienso que el esfuerzo y la constancia todo lo pueden.
P.- ¿Qué te motivó a escribir el libro?
R.- Lo que más me motivó fue el hecho de pensar que con este libro estaba aportando algo positivo a otras personas. Pensé que escribiéndole podría ayudar a gente de mi edad a creer más en los sueños y dejar atrás el pensamiento de que lo que más nos conviene a los jóvenes es seguir los caminos tradicionales: hacer bachillerato y seguidamente una carrera. ¿Quién dice que ese es el camino correcto que debemos tomar? Es una forma de decir, ¡dejemos atrás las viejas formas, elijamos, sin pensar qué es lo que nuestros familiares, amigos y personas de nuestro entono esperan que hagamos, y centrémonos en lo que realmente queremos conseguir!
No debemos permitir que nadie nos desvíe de nuestros objetivos.
EDUCACIÓN CADUCA
P.- En tu libro hablas con desazón de la educación que se imparte actualmente. ¿Cómo ves la educación en este momento?
R.- La veo podrida y totalmente anticuada. Nuestro mundo tiene la necesidad de avanzar y para que éste avance nosotros somos los que tenemos que dar el primer paso, convertirnos en personas más preparadas para vivir en el nuevo tiempo. En pleno siglo XXI ¿de qué sirve la educación que tenemos? Necesitamos conocimientos prácticos y útiles que nos ayuden a innovar, a recrear y reinventar. No necesitamos hacer las mismas cosas de siempre, eso ya está conseguido. No podemos seguir estancados en una educación como esta si realmente queremos progresar y continuar evolucionando. Nos están preparando parar vivir en un mundo igual que el de hace un siglo, pero ya todo ha cambiado. Por no hablar de la insuficiente y limitada oferta educativa con la que contamos, que ni por asomo se adapta a los perfiles presentes en la sociedad actual.
P.- ¿Cómo ves el futuro y qué esperas de él?
R.- Lo veo bastante crudo. No creo que nuestras generaciones estén realmente cualificadas y formadas para lo que nos depara el futuro. Somos una sociedad, yo diría, un tanto «perezosa«. Acabamos nuestros estudios y tras esto, pensamos que ya tenemos la vida hecha, nos sentamos en el sofá y esperamos a que las oportunidades caigan del mismo cielo. ¡Nadie nos va a regalar nada! Dejemos de esperar a que alguien venga a nuestra puerta a ofrecernos el futuro que deseamos. Tenemos que aprender a hacer ofertas y a insistir, a no rendirnos tan fácilmente, a no tirar la toalla cuando algo salga mal porque las cosas a la primera, casi nunca salen bien. Particularmente, espero no permitir que nadie me desvíe de mis objetivos. Quiero ser lo que yo quiera ser, sin dejarme influenciar por lo que el resto esperen de mí. Creo que la vida es demasiado corta como para perderla haciendo algo que no te gusta o no te llena. No estoy dispuesta a renunciar a la persecución de mis metas.
UN LIBRO PARA NUEVAS FRONTERAS
P.- ¿Qué contribución esperas hacer con tu libro? ¿Cómo puedes ayudar con él a otras personas?
R.- Es un libro de ideas claras y simples. Con éstas, espero que otras personas comiencen a idear un proyecto y que se mantenga latente en sus cabezas, consiguiendo que se autoconvenzan de que éste puede convertirse en realidad. Creo que te permite pensar y abrir nuevas fronteras. Considero que cada capítulo, que se corresponde con las diferentes fases del trabajo, es fundamental, si realmente lo que estamos buscando es que nuestros proyectos se vayan creando y materializando poco a poco. Por otra parte, sería genial que cada uno de nosotros tuviésemos presente en todo momento las frases finales de cada capítulo; es una forma de motivarnos a nosotros mismos, de animarnos cuando las cosas no salgan según lo esperado. En mi opinión, transmiten valores muy positivos y reales, necesarios en esta sociedad tan poco luchadora en lo que cree.
P.- ¿Cómo es tu vida un día cualquiera?
R.- Mis días son corrientes. Estoy estudiando segundo de bachillerato de la rama de ciencias sociales y mis preocupaciones actualmente radican en mis estudios. Cada día me levanto para ir al instituto. Por las tardes asisto a clases, estudio y practico algo de deporte. Los fines de semana me salgo un poco de la rutina, lo cual los hace mucho más entretenidos y amenos. Hago planes con mis amigos y familia y, siempre que puedo, paso tiempo con mi grupo Scout. No tengo una vida especial, la verdad, aunque siempre que puedo huyo de la monotonía.
P.- ¿Qué podríamos hacer para construir un mundo mejor?
R.- Como antes he comentado, bajo mi punto de vista, los jóvenes de hoy, por lo general, no somos personas con perspectivas del futuro, preferimos vivir en el presente, el «carpe diem» es nuestro lema. Solo pensamos en las consecuencias a corto plazo, no nos centramos en pensar qué pasará, o mejor dicho, qué queremos que pase, en qué queremos que nuestra vida se base, cómo queremos que otros nos vean, cómo queremos vernos nosotros mismos, a dónde queremos llegar y cuáles son los caminos que queremos tomar para conseguir esas metas y objetivos. Todo lo vemos muy lejano, demasiado alejado de nosotros y de nuestra realidad. Se nos «apaga» la fuerza y nos rendimos antes de haber empezado. No sé si será cuestión de autoestima o por pura vaguería. Tenemos que consolidar unos principios, hay que despertar y bajarse ya de la nube, si no, en vez de comernos el mundo, nos acabará comiendo él a nosotros.
“LIDERA, HAZ REALIDAD TU SUEÑO”
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