martes, 19 marzo, 2024
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Rodrigo (GH 17): “Yo no quiero ser de La Mutua”

Tras un accidente, la aseguradora rechaza reparaciones a pesar de tener asegurado el coche a todo riesgo

Las compañías aseguradoras, sean del ramo que sean, nunca pierden dinero. Se gastan millones de euros en publicidad para contarnos que, con ellas, estaremos a salvo de casi todo. Pero podemos ver cada día cómo nos engañan a veces. La Mutua Madrileña, llamada antiguamente Mutua Madrileña Automovilista, tiene desde hace tiempo un anuncio en televisión que dice: » Si a usted le suben la póliza de su coche, véngase a la Mutua».

Yo lo intenté hace dos años, -irme a la Mutua- y fué imposible. Me rechazaron. ¿Por qué? Pues porque hace más de treinta me echaron de esta Aseguradora por haber dado tres partes de reparación a los que tenía derecho. O sea, publicidad engañosa. Pero lo mío no tiene importancia en comparación con el calvario que estamos pasando mi hijo Rodrigo y yo por culpa de la ineficacia y negligencia de algunos directivos y empleados de Mutua Madrileña.

Hace unas horas, el dueño del taller al que siempre llevamos el coche desde hace años me comentaba que era inaudito lo que nos estaba pasando. Voy a publicar a cotinuación una de las muchas cartas de reclamación que hemos enviado a la aseguradora, que, hasta el momento hace caso omiso a nuestro legítimo derecho, por tener, como tenemos, una póliza a todo riesgo con una franquicia de 200 euros. Espero que el presidente de la Mutua Madrileña conozca la ineficacia con la que trabajan algunos de sus  empleados. Y le pediría que, cuando damos un parte de accidente, no presupongan mala fe por nuestra parte, porque somos gente honrada y jamás practicamos ese tipo de engaño ni ningún otro.

CARTA DE RECLAMACION

La carta de mi hijo, Rodrigo Fuertes Puch, dice lo siguiente:

“Estimados Señores,

Como dice vuestra publicidad, puedo decir «Soy de la mutua» y añado, “por desgracia”. Hace dos meses tuve la mala suerte de tener un accidente de tráfico, después de que el vehículo que me precedía frenase de golpe y no me diera tiempo de reaccionar. Evidentemente la responsabilidad del golpe era mía, pero, al tener contratado un seguro a todo riesgo, estaba tranquilo. Inocente de mi. Mi vehículo, que estaba en perfecto estado anteriormente, quedó con muchos desperfectos en la parte delantera: radiador, faros, sistema de cierre de la capota y el detalle de la matrícula partida, entre otros. Cuál sería mi sorpresa cuando, tras dejar el vehículo en el taller, pasan dos semanas hasta que lo puedo recoger, porque el perito de la compañía toma la decisión de que no me cubren los gastos del arreglo de las luces antiniebla, el termómetro, el claxon ni el deslizamiento de la capota, que se había desplazado debido al sistema antivuelco que se activó a raíz del golpe. Ni siquiera me arreglaron la matricula partida. Tras varias quejas, procedieron a revisarlo todo y me solicitaron que volviese a dejar el vehículo en el taller para proceder a una nueva peritación. Iluso de mi, mi cabreo por tener que estar sin vehículo otros diez días lo apaciguaba con el pensamiento de que por fin cubrirían todos los desperfectos ocasionados. Para mi sorpresa, después de un trato absolutamente penoso por parte del perito, del jefe de coordinación de peritos e incluso del departamento de prensa de Mutua Madrileña, me comunican que me cubren la reparación de la matrícula y el claxon, pero que consideran que el resto de los daños no fueron ocasionados a raíz del golpe, a pesar de que el vehículo no tenía ningún problema anteriormente.


Rosa Puch, su madre, denuncia desatención e incumplimiento por parte de la compañía.


Cuando alguien contrata (¡y paga!) un seguro a todo riesgo está contratando tranquilidad y la seguridad de que, si pasa algo, no habrá ningún problema. Desde luego lo que no esperaba es que me tratasen con tan poca diligencia, con prepotencia, además de decirme que miento cuando digo que todos esos daños fueron ocasionados en dicho accidente. Sirve de muy poco hacer esas campañas de publicidad en las que el argumento se basa en la tranquilidad cuando, a la hora de la verdad, lo que ocurre es todo lo contrario. A día de hoy, después de más dos meses, sigo con el vehículo en el taller sin obtener ninguna respuesta, salvo dos cartas en las que me deniegan  la reparación”.

Rosa, nuestra subdirectora y madre de Rodrigo, está indignada. PROPRONEWS
Rosa, nuestra subdirectora y madre de Rodrigo, está indignada. PROPRONEWS

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