Esta noche a las 21,30 abre en la Fundación Osborne, en El Puerto de Santa María (Cádiz), la magna exposición titulada Still Waters (Aguas Tranquilas), del gran artista español Alfonso Doncel, pocos días después de cerrarse en el mismo lugar su instalación “El secreto de la vida”, que tanto éxito ha tenido. La muestra –una lección de la estética más elevada bajo la entrañable metáfora de un chatarrero fallecido que soñaba con ser pescador- está recorriendo España y ha recalado ya en media docena de ciudades, la última, Sevilla y ahora en El Puerto de Santa María.
El Puerto de Santa María.-
La exposición incluye varias decenas de cuadros, bellísimas abstracciones evocadoras del universo marino, salinas y fondos –el artista se declara ante todo pintor-, además de numerosas esculturas de peces en soledad o en cardumen, fotografías y performances, en un conjunto cohesionado por la unidad que le da el hilo conductor de la admirable historia de Isaías, el humilde chatarrero gaditano que desde niño soñaba con ser pescador. El conjunto de esta obra multidisciplinar y multimedia dice mucho, en su aparente heterogeneidad, de la ambición creativa de Alfonso Doncel y de su capacidad poética para urdir universos poblados por reconocibles personajes humanos con los que cualquiera con un mínimo de sensibilidad puede identificarse.
Desde hoy, 10 de agosto, hasta el 3 de septiembre, puede visitarse la exposición en la Fundación Osborne de El Puerto de Santa María (Cádiz).

He de confesar –y son muchas las grandes exposiciones que he visto en mi vida dentro y fuera de España y muchos los grandes artistas que he tratado y entrevistado- que las propuestas estéticas de Alfonso Doncel siempre me conmueven e inspiran. Hay en ellas un secreto, un trasfondo de misterio que excita no solo nuestra curiosidad y nuestro placer estético, sino, sobre todo, nuestra intuición, ese plano de nuestra consciencia más relacionado con el universo y con los demás seres que con la razón y con uno mismo. Y a través de ese viaje, es precisamente la vuelta a uno mismo, más enriquecido y perspicaz gracias a él, el milagro que logra en ti la obra de Alfonso.

LA BELLA HISTORIA DE ISAÍAS
En uno de los paneles explicativos de la exposición, presidido por el magnífico retrato fotográfico que le hizo a Isaías Alfonso Doncel –que es un gran fotógrafo también- se narra escuetamente la historia de este personaje al que todos hubiésemos querido conocer y tratar. El texto dice así:
Isaías pasó su vida en una chatarrería, obligado a trabajar junto
a su padre. En su encierro soñaba, todos los días de su existencia,
con ser pescador.
Desde bien joven, en su tiempo libre y a escondidas, hacía peces de
metal. De ferralla, con restos de chapa y alambre. Encolerizado,
su padre se los quitaba y, los días de limpieza, obligaba a Isaías a
arrojarlos al mar de la bahía.
El Chapas, ya anciano, jubilado de la chatarrería y demenciado,
pasó sus últimos años pescando… los mismos peces que durante
años arrojó al agua.
Esta es la historia y el resultado, el desenlace, se muestra en la Fundación Osborne. Hoy, Isaías duerme el sueño eterno de los justos en el mágico cementerio del universo creado por Doncel. Los peces que hizo y que al final logró pescar, y los hermosos cuadros creados por el artista, están por fortuna a salvo y estarán a la vista de todos, durante casi un mes, en la Fundación Bodegas Osborne, como lo han estado antes en otras ciudades españolas y como volverán a estarlo en más, a poco que el artista descanse un poco de estas maratonianas muestras, cuyo esfuerzo físico y logístico, además, no está al alcance de cualquiera menos sacrificado y vigoroso que él, pues para hacer lo que hace no basta con ser un gran artista, sino que hay que ser también un verdadero atleta.

Una propuesta artística que anima a no renunciar a la vida que uno desea para sí mismo.
Junto a Alfonso trabaja un complejo equipo formado por Luis Manuel López, Rosa Perales, Raquel Sandes, Diana Vara y Sergio Suárez, que ponen en pie, con él, todo ese universo estético en el que intervienen la pintura, la fotografía, la escultura, la videocreación, la danza expresiva, la música, la infografía, la instalación, la narración dramatizada y el ensayo.

VIDAS SUPLANTADAS VERSUS IDENTIDAD
La exposición Still Waters (Aguas Tranquilas) tiene un subtítulo revelador: De las vidas suplantadas/De la identidad. ¿Y qué quiere decir esto? ¡Ay, amigos! Aquí está el meollo de todo; meollo que el artista, que apunta pero no revela, porque quiere que cada cual lo descubra por sí mismo, esboza apenas con esas siete palabras admirables que podemos resumir en cuatro: VIDAS SUPLANTADAS VERSUS IDENTIDAD. Porque este concepto encierra el drama de tantísimos humanos que se ven obligados a vivir una vida que no es la suya –como El Chapas chatarrero- y desisten, por miedo, por necesidad o por cobardía, de la vida que les gustaría vivir –como el Isaías que quería ser pescador y no pudo serlo, o no se atrevió-. Gente que renuncia a su propia identidad –es decir, a su propia pasión- para ser lo que otro, o lo que la sociedad, determina que sea. Lo entiendo muy bien porque a mí me pasó, pero logré salvarme. Yo, como el artista, no estoy entre los que renuncian a ser ellos mismos. Por eso, cuando era muy joven -y consciente ya de ese dilema cuyo resultado marca y puede destruir toda la vida- abandoné la carrera de Derecho y me hice periodista y escritor, que es lo que me apasiona. Como Alfonso, químico y farmacéutico en su vida anterior, lo ha dejado todo por su arte. Si yo, para vivir una vida plena, renuncié a ser José María “El Picapleitos” y nuestro artista renunció a ser Alfonso “El Boticario”, debemos dar fe pública de ello, para animaros a todos a vivir de verdad; para que nunca más ningún Isaías vuelva a ser “El Chapas” queriendo ser “El Pescador”.

Y un gran paso para quien aún no se atreve a ser él o ella y a vivir su vida ansiada, la que de verdad le gustaría vivir, es visitar esta exposición.

Por nuestra parte no nos queda más que felicitar y agradecer a Bodegas Osborne, primero, por la calidad de los productos que la empresa nos ofrece para alegrar nuestra vida y, segundo, por la labor cultural y filantrópica que realiza a través de su Fundación, y de la cual esta exposición de Alfonso Doncel, de verdadera categoría internacional y que vuelve a colocar a El Puerto de Santamaría en el circuito de las grandes ciudades expositivas españolas, es otra muestra ejemplar.
MÁS SOBRE EL ARTISTA Y SU OBRA