Los masones venezolanos se temen lo peor. Tras la muerte del oficial de policía rebelde contra Maduro, en lo que se cree que ha sido una ejecución extrajudicial, el régimen ha iniciado un censo de los masones venezolanos. La medida ha causado alarma en las logias venezolanas y una ola de solidaridad de la Masonería americana e internacional.
El inspector de policía Óscar Pérez, que se había revelado con un grupo de compañeros contra la dictadura de Nicolás Maduro y que, a los mandos de un helicóptero, había llegado a atacar el Ministerio del Interior y el Tribunal Supremo de Venezuela, fue abatido, junto con su grupo, por las fuerzas de seguridad bolivarianas el pasado día 15 de enero, en lo que muchos observadores y medios, incluida la organización Human Rights Watch (HRW), consideran como una ejecución extrajudicial. El policía y militar rebelde había anunciado a través de las redes sociales estar dispuesto a entregarse, pese a lo cual, la fuerza que asediaba la vivienda en la que el cabecilla se había refugiado con sus leales, asaltó violentamente el escondrijo sin que hubiera supervivientes.
En España, el censo iniciado en 1938 sirvió al régimen franquista para depurar a los masones.
Lo que nuestro periódico ha sabido después es que Óscar Pérez era masón. La Gran Logia de España ha hecho llegar a nuestra Redacción el siguiente comunicado:
“La muerte violenta en Venezuela del Querido Hermano Óscar Pérez, cercado durante más de ocho horas por cerca de seiscientos funcionarios policiales, ha provocado la reacción de la Confederación Masónica Interamericana, que agrupa a 77 Grandes Logias y Orientes de 24 países, compuestos por 10.400 Respetables Logias y más de 350.000 masones, por su “ejecución extrajudicial, sin haber sido sometido a un debido proceso como corresponde a cualquier persona en un país donde existe respeto por los derechos y la dignidad humana”.
“El Gran Maestro de la Gran Logia de España, en su calidad de presidente de esta institución regional –prosigue el comunicado-, se ha mantenido a lo largo de la semana en contacto permanente con los miembros del Consejo Ejecutivo de la Confederación, “que no puede menos que lamentar y repudiar de la manera más vehemente los hechos. La ausencia de principios, valores y conceptos básicos de decencia humana en quienes detentan algún tipo de poder, por muy efímero o simbólico que sea, lleva a muchos hombres y mujeres a tomar medidas desesperadas, con tal de salir del estado de angustia que vive su comunidad.
Lo que para algunos es categorizado como traición a la patria, para los más es visto como una lucha por la libertad y como la única forma posible para recuperar los derechos perdidos por causa de la ignorancia, la indiferencia y el abuso de poder.
A toda la comunidad masónica de Venezuela le hacemos llegar nuestro más profundo sentimiento de afecto y solidaridad, y les pedimos que no pierdan la fe, que estamos a su lado”, concluye el comunicado.
La Gran Logia de España informa a nuestro periódico que la Confederación Masónica Interamericana ya hizo pública hace nueve meses una declaración conocida como Carta de Asunción, donde llamaba “a los miembros de la Masonería venezolana regular a mantenerse firmes en los principios del ideario masónico, bregando serena pero firmemente por el respeto inexcusable a la Constitución Nacional y a los valores del sistema democrático”.
CENSO DE MASONES VENEZOLANOS
Al mismo tiempo que se sucedían los hechos comentados, la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela, el organismo venezolano dedicado a “la caza de espías”, como lo califican las fuentes citadas, ha iniciado durante los últimos días una operación “para conocer la membresía (identidad y domicilio de los masones de locales), direcciones físicas de los templos y formación impartida en las diversas Logias de la Masonería venezolana”.
Las logias venezolanas, según estas fuentes, han sido informadas por los agentes de dicho organismo de la existencia de una orden nacional para elaborar un censo de masones en todo el país.
Para los masones españoles “se trata de una noticia alarmante: la elaboración de un censo de masones por parte de un Estado autocrático siempre ha supuesto el preludio de la depuración sistemática” de los miembros de la institución, como recuerdan que ocurrió en España con el censo que se elaboró a partir de 1938, y que fue utilizado por el régimen franquista para la represión de sus adversarios.