No sabemos de otra de su tamaño que tenga la actividad y la viveza de “Las Libreras”, la admirable, pujante y joven librería de Cádiz. Creada en plena crisis económica por cinco valientes hermanas, su caso es único en España por la singularidad de su origen, su fórmula empresarial, la concepción del establecimiento, la gama de sus actividades y la variedad y calidad de su oferta. Hoy, Día de las Librerías, “Las Libreras” es un ejemplo del tesón de la mujer trabajadora y de hasta qué punto el amor por la cultura y los libros puede más que todas las dificultades.
Desvelamos hoy la incógnita que formulamos ayer sobre cuál era la librería de su tamaño más viva de España (https://www.propronews.es/la-libreria-mas-viva-espana/). Y la librería más viva es… ¡”Las Libreras”!, y está en Cádiz. La información de ayer y este reportaje son la forma que tiene nuestro periódico de conmemorar el Día de Las Librerías, que se celebra hoy, día 10, en toda España. Y de mostrar nuestro apoyo y solidaridad con todas las librerías del país, con esos millares de profesionales que mantienen abierto sus establecimientos contra viento y marea.
Por su origen, características y actividades, es un caso único en nuestro país.
DE PELÍCULA
No es fácil que a un guionista, o a un director de cine, o a un escritor se le ocurra un tema como este. En este caso, la realidad supera a la ficción. Imaginemos la escena, tan real como la vida misma. Finales de diciembre de 2009. Las hermanas Lola, Mª José, Auxi, Pati y Susi Raposo celebran las Navidades en familia. Son cinco mujeres adultas y trabajadoras, todas con pareja y familia propia. Se han reunido en una cena navideña con la pena de haber perdido recientemente a su madre. Su padre tampoco vive ya. De ellos han heredado “un dinerito”, como nos cuenta Susi. Esa noche empiezan a hablar de lo bonito que sería trabajar las cinco juntas. Dos han tenido trabajos en librerías tradicionales de Cádiz, dos proceden de otro sector del comercio y la quinta es profesora de infantil. Es decir, cuatro tienen experiencia en establecimientos de venta al público y, de ellas, dos conocen ya el funcionamiento de una librería, y la otra está vinculada con la Educación. ¿Con nuestra formación y experiencia y con ese dinero, qué podemos hacer que nos permita a las cinco trabajar juntas?, se preguntan. Entre otras posibilidades, la idea surge por fin. ¡Una librería! ¿Una librería? Recordemos, es 2009. Estamos en lo peor de la crisis. El desastre económico que vive España afecta a todos los sectores, pero el del libro es uno de los más castigados. Es una época de cierres de librerías en cascada, no de aperturas. No importa. Podrían embarcarse en otro tipo de negocio seguramente más lucrativo, pero no les interesa. El amor a la cultura y a los libros puede más que todos los argumentos en contra. Abriremos una librería. “La decisión fue unánime”, dicen.
LA APERTURA
Dicho y hecho. En junio de 2010, apenas seis meses después de proponer “esta locura”, la librería abre sus puertas en un magnífico local en Cayetano del Toro esquina a Plaza Bécquer, en la gran y luminosa avenida que conecta Cortadura con las Puertas de Tierra. La propia dirección del local parece un augurio favorable que combina el espíritu emprendedor y científico con el literario. Cayetano del Toro fue un gran personaje gaditano de cuya muerte se cumplieron cien años en 2015. Un personaje que, sobre su faceta de político –fue alcalde de la ciudad, entre otros cargos-, destacó como médico otorrinolaringólogo –pionero en ciertas intervenciones de garganta-, oftalmólogo –creador de un método nuevo para operar cataratas-, con clínica propia en la ciudad, autor de diversos tratados médicos y periodista científico de prestigio nacional. Y Gustavo Adolfo Bécquer le ponía a la esquina librera de las hermanas Raposo su lado más poético y culto. La esquina ideal para una librería.
Desde entonces trabajan las cinco hermanas en su librería –la única existente extramuros de la ciudad, en un local de 180 metros cuadrados en dos plantas-, aunque Lola, la mayor, se ha retirado ya, pero la ha sustituido su hija Cristina, profesora de infantil también. Lo primero que llama la atención del local es el nombre. “Las Libreras” suena a título de película; casi a título de película del Oeste, si me apuran. El nombre salió de una tormenta de ideas. Al principio, alguna de las hermanas tuvo dudas con él. Pero la profesional que les diseñó el logotipo las animó. Era un nombre con gancho. Sin duda. Y ahí están Las Libreras de Cádiz, trabajando codo con codo todos los días en favor del libro y de la cultura de los gaditanos, en una zona de la ciudad donde no había nada parecido a esto y donde el establecimiento constituye un verdadero faro espiritual.
“¿Hay algo más bonito que una librería?” (Lola Raposo).
TRABAJO Y SACRIFICIO
Cuatro hermanas y ahora la sobrina se dedican en exclusiva a esta actividad. Es un trabajo que absorbe mucho. Cada una tiene su sueldo –“pero no todos los meses cobramos, aunque, por lo menos, mantenemos nuestras cotizaciones a la Seguridad Social”- pero atribuyen parte del mérito de su continuidad a sus parejas. “Todos trabajan y eso nos permite a nosotras mantenernos cuando los ingresos son menores, además de aguantarnos ellos las muchas horas que dedicamos a la librería”.
En el local hay de todo, de todos los géneros, y todo tipo de libros, para todos los públicos. La planta baja, además de una sección de Viajes, otra de Idiomas y otra de Gastronomía, está dedicada en su mayor parte al Libro Infantil y Juvenil, con una pequeña zona de estar y de lectura adaptada a los más pequeños. Incluso esta planta alberga un bien surtido punto de venta de delicatessen, productos ecológicos seleccionados procedentes de la zona o de otros lugares de España: conservas, aceites, vinos, especias, aliños, pasta, cereales, mermeladas… y “el chocolate, que es catalán y está riquísimo”, dice Susi, con ese espíritu abierto y acogedor de quien tiene detrás varios milenios ininterrumpidos de elaborada cultura.
Llevar una librería es complicado. Requiere tomar muchas decisiones de todo tipo. Pero nuestras cinco libreras lo hacen todo en armonía, de manera consensuada o, si no, decidiendo por mayoría y siempre de manera colegiada, porque aquí no hay directora. Cuando las cosas vienen mal –no es esta una buena época para el libro- se animan unas a otras. Susi, que es quien lleva la parte administrativa y la contabilidad, confiesa que a veces se hunde. Ver las cifras tiene en ocasiones este efecto demoledor. Ya han pasado siete años desde que abrieron el negocio, y las expectativas iniciales no se han cumplido. “A nosotras nos ha cogido no solo la crisis económica general, sino también la crisis que afecta al sector del libro”. Y a eso hay que añadir las trabas burocráticas y la falta de sensibilidad de dirigentes que, por ejemplo, el Día del Libro, les cobran por el expositor que sacan puntualmente a la calle, en una acera muy ancha y sin molestar a nadie. También reconocen, en cambio, que al principio tuvieron puntuales ayudas del Ayuntamiento de Cádiz y de la Junta de Andalucía.
UN CASO ÚNICO
Pero, pese a los obstáculos y las dificultades, Las Libreras han conseguido salir adelante. Son un caso único en España, porque son cinco hermanas que no tenían antecedentes familiares en el sector del libro, donde muchas de las librerías actuales han pasado de padres a hijos; porque pudiendo guardar su pequeño capital o destinarlo a otro negocio más lucrativo, lo invirtieron en montar una librería; porque se atrevieron a dar el paso en un país donde solo lee una minoría y en el peor momento de la crisis; y porque abrieron una librería cuando centenares de ellas cerraban en España.
¿Tirar la toalla? Ni se lo plantean. Nunca han pensado en cerrar y tienen tomada la decisión de resistir. Ganan poco y trabajan mucho, pero son conscientes también del servicio que prestan a la amplia zona de Cádiz que está fuera del casco antiguo y que hasta 2010 carecía de un establecimiento como este. Las cinco, incluida la joven sobrina, dedican más tiempo al trabajo que a sus parejas. “Nuestros maridos están hasta las narices –dice Lola, la mayor, riendo-. Pero no es verdad –corrige-. Manolo siempre me ha animado a seguir”.
¿Y cuál es la razón de esta constancia, el motivo de esta capacidad de resistencia? Ellas nos contestan con brevedad y una sonrisa: “¿Qué hay más bonito que una librería?”
