viernes, 26 abril, 2024
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“Extremadura 2050”, CAPÍTULO XIII. El constructo colectivo de la Extremadura de 2050

Capítulo 13º de una obra aplicable a cualquier territorio del mundo, imprescindible para ciudadanos, universitarios, profesores, investigadores, emprendedores, empresarios, gestores del  territorio, demógrafos, economistas, expertos en prospectiva, dirigentes políticos, sindicales y patronales, responsables institucionales, diplomáticos, expertos en redes, estrategas globales, consultores, periodistas, expertos en nuevas tecnologías y en big data…, que venimos publicando semanalmente. Su autor, Juan Carlos Casco Casco, colaborador de este periódico, es un reputado especialista en la materia.

XIII.1. EL EJERCICIO DE REUNIR LOS SUEÑOS DE TODOS EN UN RELATO COMPARTIDO.

Juan Carlos Casco Casco
Juan Carlos Casco Casco

Todo lo que puede ser imaginado puede ser creado. Si podemos imaginarlo, podemos crearlo.

El futuro es una ilusión que toma cuerpo cuando muchas personas comienzan a creer en ella y la dan por buena.

El futuro vive en el relato de lo que deseamos hacer juntos.

El futuro se construye convocando a la gente a la acción.

Sembrar un deseo colectivo en la mente es la semilla para que un futuro inédito aparezca.

El lenguaje crea la realidad. En los límites del lenguaje (relato) están los límites del mundo que podemos crear.

Ahora toca aunar los relatos individuales en uno que podamos compartir todos, uno que al menos tenga una parte reconocible con la que cada una de nosotras se sienta identificada. La elaboración de ese relato es una tarea insoslayable del liderazgo.

El liderazgo nace de la construcción de una historia poderosa del futuro que dé sentido al futuro de la comunidad, y a su vez arraigue en las identidades (pasado) de la gente.

Ahí queda esa reflexión para quien decida asumir una tarea de liderazgo desde cualquier ámbito en Extremadura (política, economía, deporte, cultura, familia…).

XIII.2. EL CONSTRUCTO DEL RELATO DE LA EXTREMADURA DEL 2050.

Tenemos una gran facilidad para contar historias del pasado pero una gran dificultad para elaborar relatos del futuro. Para paliar ese déficit, vamos a entrenar una técnica que hemos diseñado y que consiste en imaginar el futuro desde el futuro, como si fuese pasado, es decir, hacer el ejercicio de imaginar que estamos en 2050 y mirar para atrás para contar como ocurrió.

La historia de un descubrimiento insólito que está excitando la imaginación de la opinión pública mundial. Científicos del MIT confirman la veracidad del hallazgo, tras dos años de una rigurosa investigación se revela la naturaleza de los restos de un periódico impreso en septiembre de 2050, concretamente un suplemento del The New York Times donde aparece una información referida al gran avance producido en una región situada al Oeste de la Unión Europea llamada Extremadura.

Este documento único fue encontrado en 2017 en unas canteras de la ciudad de Atlanta, y desde el primer momento se pensó en un montaje para gastar una broma, extremo que ha quedado resuelto al confirmarse su autenticidad. La información está inflamando todo tipo de especulaciones en la opinión pública y redes de comunicación globales, un descubrimiento que pone en entredicho la concepción misma de la noción de espacio/ tiempo vigente en nuestro paradigma científico.

A continuación pasamos a reproducir imágenes del periódico con información que se conserva legible.

XIII.3. UN HALLAZGO SIN PRECEDENTES. UN DOCUMENTO FECHADO EN 2050.

The New York Times.

EDICIÓN ESPECIAL SOBRE EXTREMADURA CON MOTIVO DEL PREMIO GLOBAL A LA INNOVACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL CONCEDIDO POR LA ONU.

8-9-2050

Extremadura, una región situada al Oeste del continente europeo, caracterizada históricamente por su bajo nivel de desarrollo económico y tecnológico, inició su gran salto adelante a finales de la segunda década del siglo XXI, al realizar una apuesta decidida por la modernidad en línea con las tendencias que comenzaron a abrirse en aquel tiempo; a partir de ahí, la región comenzó a hacer una transformación en la educación para abrazar la innovación y el emprendimiento, transformando su economía e impulsando un nuevo modelo de desarrollo basado en las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial. Hoy tenemos en nuestra redacción a una representación de personalidades del ámbito económico, político y social que participaron en ese gran proyecto colectivo que ha sido referente para muchas regiones y países del mundo.

Extremadura que había tenido un importante protagonismo en el siglo XVI en la gran efeméride de la Conquista de América, en el año 2020 volvió a saltar a la escena mundial desde ese espíritu osado para lanzarse a otro mundo desconocido, al futuro.

¿Cómo se fraguó ese gran proyecto?

Fue fruto de un proceso de participación y reflexión colectiva acerca de los desafíos del futuro que se inició en la región allá por el año 2019.

En aquellos años ya comenzábamos a sentir el vértigo trepidante del cambio, el cambio en el centro de gravedad del mundo del Atlántico al Pacífico, la progresión desbocada en el cambio climático que hoy por fortuna comenzamos a poner bajo control, la crisis migratoria, la crisis del modelo laboral y del empleo…

Ante esta deriva tuvimos el arrojo de hacer una apuesta disruptiva como comunidad, desde una visión compartida de adonde nos queríamos dirigir; decidimos arriesgar y empezamos por la educación, con muchas dificultades porque apenas teníamos margen de maniobra para hacer cambios, pero tuvimos el coraje de introducir una serie de mejoras con las que nuestros estudiantes y población activa pudo comenzar a adquirir habilidades y competencias críticas para desenvolverse en la nueva realidad.

Extremadura 2050A la par, pusimos en marcha un ecosistema propicio para la innovación, haciendo una apuesta por la incorporación de las nuevas tecnologías de la fabricación, nos lanzamos de lleno a la Cuarta Revolución Industrial, creamos una red difusa en toda la región de 100 Fab Lab donde los estudiantes, empresas, trabajadores y desempleados pudieron aprender nuevas competencias (skill) y crear en la práctica nuevos objetos y soluciones para el mundo. De ahí surgió un gran proceso de especialización productiva.

Ese fue el hito principal por el que la región comenzó a creer en sí misma y sus posibilidades.

La clave estuvo en la ambición de la visión, la motivación, la osadía de trascender y pensar en grande; en un momento donde el mundo estaba sacudido por una especie de depresión emocional y una resignación acerca de una educación incapaz de dar respuestas eficaces para el nuevo tiempo que se abría.

¿Por algún momento llegaron a imaginar la trascendencia de lo que estaban haciendo en esa fecha?

No teníamos ni idea, sólo la profunda convicción de que para conquistar el futuro debíamos apostar por estar abiertos a los cambios y abrazarlos, incorporándonos siempre a las tendencias emergentes de los mundos.

Cuando se realiza una apuesta histórica, nunca se tiene certeza del éxito, el éxito vive en la emoción, en la voluntad, en la constancia de perseguir un sueño, hacer algo grande y dejar un legado a las futuras generaciones.

Hoy parece fácil lo realizado, pero en esos momentos no teníamos referentes claros, no había manuales ni caminos andados; tuvimos que hacer camino al andar.

En aquel momento, incertidumbre y experiencia constituían dos amenazas por igual que frenaban mentalmente las fronteras de nuestro avance, hubo que batallar con las creencias que las sustentaban.

Finalmente pudimos deshacernos de sus emociones paralizantes y salir victoriosos.

¿Cuáles fueron las claves que desencadenaron el cambio?

Como comunidad realizamos un ejercicio de análisis del momento histórico que estábamos viviendo, un esfuerzo por repensar y replantear nuestro papel en el mundo, un trabajo que partió de un documento breve acerca del presente y los escenarios de futuro que se estaban abriendo (especialización inteligente, economía circular, economía de la experiencia, convergencia tecnológica…).

Actuar rápido fue clave, ya que la reflexión era paralizante, una actitud cultural que limitaba la acción desde el academicismo y el temor permanente al error.

El movimiento se inició con un proceso de participación impulsado por el liderazgo de actores de diferentes ámbitos de la región. A partir del documento “Retos y hoja de ruta para la Extremadura del 2050” se construyó un relato de gran atractivo para la ciudadanía con el concurso de personalidades de fuera y dentro de la región, luego se invitó a la ciudadanía a elaborar sus propios relatos, sus propios sueños, desde los colegios, los colectivos, las organizaciones, las empresas…

Todos los relatos se hicieron visibles en una web, creándose premios y reconocimientos a los mejores, así como incentivos económicos a su materialización. Los proyectos estaban recogidos y organizados por temas (agricultura, ganadería, industria, comercio, tecnologías…); posibilitando identificar a las personas con intereses compartidos y establecer alianzas y compromisos en torno a proyectos comunes.

A partir de los sueños de todos y todas se fue creando un proyecto compartido que iba enriqueciéndose a medida que crecían los aportes.

El movimiento focalizó la mirada colectiva en el futuro de la región, y todo ello gracias a un liderazgo visionario que asumió la responsabilidad de dar el primer paso y luego ceder el protagonismo al conjunto de la sociedad.

Una vez más se puso de manifiesto que cuando la gente se siente partícipe de su futuro es cuando está en condiciones de dar lo mejor de sí misma.

De aquí partió un cambio de actitud, sobre todo cuando dejamos de poner la mirada en el pasado y comenzamos a trasladarla al futuro, dejando de lado las identidades y la discusión de quiénes éramos y poniendo el foco en la acción, en hacer realidad todos aquellos sueños que habíamos escrito en forma de historias, proyectos y compromisos…

Las instituciones, empresas y organizaciones comenzaron a tomar como referente los proyectos de la gente para apoyarlos y hacerlos realidad.

En poco tiempo cambió el estado de ánimo general, una sensación colectiva de que estábamos convocados a abrir un tiempo nuevo en el que pasábamos de espectadores a protagonistas.

¿Dudaron en algún momento de lo que estaban haciendo?

Claro que tuvimos dudas, fallaron las fuerzas muchas veces, en ocasiones todo parecía un cuento, un sueño irrealizable, una empresa demasiado grande, había muchos cabos por atar, muchas interrogantes para las que no había respuestas.

Todo cambio de paradigma implica que no tenemos todas las respuestas a las preguntas, y cuando esto ocurre, no hay más remedio que seguir avanzando y buscar las respuestas en el camino.

Tuvimos una sensación parecida a la de Cortés siglos atrás cuando decidió quemar sus naves y quedar sin posibilidad de retorno, pero es ahí cuando surge el coraje y lo mejor de la gente. Esto supuso que el capital de confianza, del que habíamos estado escasos, subiese como la espuma, ayudándonos a descubrir que todos compartíamos valores y una misión como comunidad.

Sin embargo, el futuro ocurrió de forma diferente a como lo imaginaron ¿no les queda la sensación de que erraron en muchas de sus visiones del futuro?

El futuro no lo podemos adivinar, por eso es inútil jugar a ese juego; sin embargo para tener futuro es necesario desarrollar una visión poderosa y a la vez flexible del porvenir.

Para avanzar necesitamos la utopía, conferir sentido a nuestras acciones, desarrollar un propósito mayor en lo que hacemos, entrenar una mente recursiva que nos permita ver posibilidades donde los demás sólo ven problemas. Como dijo Esquilo, cuando un hombre (o mujer) está afanoso, dios se le une.

Emulando la conversación de Fernando Birri y Eduardo Galeano, necesitamos la utopía para caminar: “Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más para allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”.

Como seres humanos vivimos atrapados entre la fuerza de gravedad de nuestro pasado y los deseos de protagonizar el futuro, como lo canta Atahualpa Yupanqui: “…Cada cual con sus trabajos, con sus sueños cada cual, con la esperanza delante, con los recuerdos detrás… con un horizonte abierto que siempre está más allá y esa fuerza para buscarlo con tesón y voluntad. Cuando parece más cerca es cuando se aleja más”.

Pero lo que nos ha traído aquí ha sido nuestro instinto de seres inquietos y nuestra vocación irreductible de seguir haciendo camino al andar.

Cada uno de nosotros y nosotras tiene que construir su propia utopía, su propio proyecto, el ejercicio de verse y sentirse importante en el horizonte del 2050, mirando al futuro con optimismo, con su foto colgada en el pabellón de las personalidades ilustres de Extremadura.

Luego hay que unir con cemento todos esos relatos a uno compartido, esa es la tarea del liderazgo, un trabajo que no sólo convoca a las instituciones y las organizaciones, sino también al concurso, responsabilidad y compromiso de todos los ciudadanas y ciudadanos anónimos que formamos parte de la región.

(PRÓXIMAMENTE, ÚLTIMA ENTREGA: EPÍLOGO).

(Juan Carlos Casco Casco es un experto y consultor en Educación y Emprendimiento de prestigio internacional y actividad en España y en diferentes partes del mundo).

SOBRE EL AUTOR

Juan Carlos Casco se incorpora al equipo

Emprendedorex

CAPÍTULOS PUBLICADOS

PRÓLOGO: Manual de instrucciones para territorios en progreso

CAP. 1º: “Extremadura 2050″, CAPÍTULO I, Historia del pasado de Extremadura. ¿Qué es Extremadura?

CAP. 2º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO II, Extremadura en los cambios de mundo y los nuevos espacios de poder

CAP. 3º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO III, El papel de Extremadura en los grandes mundos emergentes

CAP. 4º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO IV. Los grandes desafíos de Extremadura ante los cambios globales

CAP. 5º: “Extremadura 2050” CAPÍTULO V. El papel de Extremadura en los escenarios resultantes de los cambios en los mundos

CAP. 6º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO VI. ¿Qué estaremos haciendo en la Extremadura del 2050? Programas y políticas públicas para hacer realidad ese horizonte

CAP. 7º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO VII. Un cambio de modelo educativo para la Extremadura de 2050. Incorporándonos a la Cuarta y Quinta Revolución Industrial

CAP. 8º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO VIII. El mundo del trabajo. Preparando a la región para los desafíos del trabajo y el empleo

CAP. 9º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO IX. De la sociedad de los empleados al mundo de los emprendedores. Hacia el trabajo knowmádico en la Extremadura del 2050

CAP. 10º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO X. Una revolución cultural basada en la recursividad que nos conduzca a una Extremadura líder en 2050

CAP. 11º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO XI. Nuevos relatos para el diseño colectivo de la Extremadura de 2050

CAP. 12º: “Extremadura 2050”, CAPÍTULO XII. Un viaje más allá de 2050 para ampliar nuestro horizonte de miras. Hacia la era de la desmaterialización

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