viernes, 26 abril, 2024
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El Dios de Hawking

Al astrofísico fallecido le han llovido severas críticas por su condición de ateo

En medio de los tan numerosos como merecidos elogios que han acompañado a Stephen Hawking camino de su paraíso galáctico, he escuchado severas críticas sobre su no disimulada condición de ateo. Quienes se alinean en esa posición, sean o no conscientes de ello, lo hacen porque defienden una divinidad diferente y separada del Universo mismo. Es lo que rechaza el astrofísico británico y lo que molesta a creyentes que mantienen la imagen tradicional de la divinidad.

Xavier Moreno Lara
Xavier Moreno Lara

Para los creyentes esa es su forma de permanecer fieles a la tradición dualista que emplean las Religiones del Libro para dar forma a un dios, Yahvé, separado del Universo que él crea en seis días. Es su fuente y al mismo tiempo lo desborda en mil formas que le acercan a dialogar con sus escogidos, a derrotar y exterminar a sus enemigos, a ser también fondo transcendente en los místicos.

Ese Dios cuya personalidad activa rechaza Hawking, puede ser también contemplado desde una posición monista que, en teoría, no choca con otras vivencias de la divinidad que se pasea por el Edén o abre un camino a sus fieles por el Mar Rojo. Monista es, por ejemplo, el Maestro Eckhart en su sermón sobre la Pobreza. También es monista, dentro de las Religiones del Libro, su contemporáneo Ibn Arabí, el gran sufí murciano que proclama la extinción como final del camino, con un “desde Ti, hacia Ti” que nos liga con el Altísimo. Pero Eckhart tuvo que retractarse en un acto público y los sufíes son herejes para el Islam…


Hawking no es ciertamente un místico que aspire a ilusionarnos con la imagen de un Dios invasor de todo.


Lo correcto en nuestras religiones de origen caldeo es el dualismo, aunque también cuentan con grandes místicos que saltaron a la otra parte…, por mil caminos de los que han dejado claro testimonio. Por otro lado, es evidente que la concepción de un dios dualista es la generalizada también fuera de nuestro ámbito religioso. Se dice, por ejemplo, del Sanatana Dharma -al que llamamos hinduismo– que tiene más de 8.000 dioses. Pero también, y en armonía con ellos, las sabidurías milenarias de la India y de China han contado siempre con una línea monista, que tiene miles de años de rigor y un mensaje que se renueva cada vez con un mayor impacto, que alcanza también, y cada vez más, a grupos significativos del mundo Occidental… Sánkara, maestro del hinduismo monista, abre así sus tres Estancias: “En esta mañana medito en el Atmán que vibra y brilla en mi corazón y es Ser, Conciencia y Realización. Es eso lo que soy y no un agregado de elementos”. En el budismo mahayana es el Sexto Patriarca del Zen, Hui Neng, quien dirá: “Desde el comienzo soy la Ausencia Absoluta”.

LA UNIFICACION DEL GRAN COLISIONADOR

Hawking no es ciertamente un místico que aspire a ilusionarnos con la imagen de un Dios invasor de todo. Su postura es científica y a la hora de mostrarnos una descripción profunda del origen del universo -su relato favorito- no encuentra acomodo para el Dios de las religiones dualistas: “En el pasado, antes de que entendiéramos la ciencia, lo lógico era creer que Dios creó el universo. Pero ahora le ciencia ofrece una explicación más convincente”. Su postura es de una evidencia fría, carente del atractivo que tienen hoy, incluso dentro de la vieja cultura dualista, las propuestas de la mística oriental. Para ellas, el Dios monista, lejos de ser un vacío, lo llena todo: “No hay nacimiento ni comienzo, pureza ni impureza, crecimiento ni mengua…” dirá el Sutra del Corazón.

¿Se puede aunar ciencia y mística? RTVE
¿Se puede aunar ciencia y mística? RTVE

La afirmación de Hawking dista mucho de ser un enunciado que invita a la vivencia mística. Pero su rechazo de esa figura divina dualista no proviene de un rigor científico sino de la desmesura, la hybris que denuncia Sófocles como amenaza del hombre relevante. Sí son y actúan como científicos los prestigiosos físicos, neurobiólogos y humanistas agrupados en el Mind and Life Institute, un horizonte liberado de credos donde los científicos occidentales dialogan con el Dalai Lama y sus monjes más cercanos. Así han fijado sus posiciones en una búsqueda común: “Nosotros tenemos los conocimientos y los aparatos con los que medir y entender los comportamientos del cerebro y del corazón… y vosotros una experiencia de las transformaciones que pueden conseguirse con la correcta atención…”


En el Mind and Life Institute los científicos occidentales dialogan con el Dalai Lama y sus monjes.


Gracias a esa gran convergencia entre la Ciencia y la Mística va a ser posible aceptar un cierto vacío de divinidades demasiado manifiestas, de camino hacia un encuentro con Dios que resulte vivencia transformadora. Más aún, ese camino es el único que puede permitir a nuestra religión tradicional salir del creciente alejamiento que muchos fieles sienten ante su mensaje, como si este hubiera dejado de ser mandato divino. El más relevante analista de esta realidad, Karl Rahner, se atrevió a decir en sus Escritos de Teología que “el cristiano del siglo XXI será místico o no será”. En cualquier caso, y con ello volvemos al arranque de estas consideraciones: el cristiano de nuestro tiempo no tiene que sufrir porque Hawking le haya quitado de su firmamento un dios con minúscula.

Con eso nos brinda la oportunidad de abrirnos a esa divinidad cuya Gracia nos permite avanzar más allá de lo que aprendimos. Se dice fácilmente, pero es evidente que el cambio tiene mucho de metamorfosis. Es como si nos invitase a entrar en el Gran Colisionador de Hadrones y dejar que con sus choques y aceleraciones nos permita avanzar “en el proceso de autocomunicación de la Vida Divina hacia el que nos atrae el Padre”, por usar una expresión de Rahner.

El astrofísico, que a pesar de su discapacidad vivió intensamente, en una experiencia de gravedad cero. RTVE
El astrofísico, que a pesar de su discapacidad vivió intensamente, en una experiencia de gravedad cero. RTVE

Nos convertiríamos en una especie de extraterrestres, otro de los grandes temas hacia el que nos invita Hawking, pues extraterrestres fueron los místicos de todas las culturas. Dejemos por eso las palabras de despedida a uno de los más apreciados, Juan de la Cruz, con sus versos de Llama de amor viva:

¡Oh llama de amor viva/ que tiernamente hieres

de mi alma en el más profundo centro!

Pues ya no eres esquiva / acaba ya si quieres:

rompe la tela de este dulce encuentro.

(Xavier Moreno Lara es periodista, escritor y filósofo).

MÁS SOBRE EL AUTOR

El prestigioso periodista, filósofo y escritor Xavier Moreno Lara, nuevo colaborador de nuestro periódico

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