Atracar con tu propio yate a pocos metros de la Feria de Abril, irte de fiesta y volver a dormir a la propia embarcación, ¿cabe un lujo mayor? Ricos españoles y extranjeros llegan a Sevilla en abril navegando por el Guadalquivir para no perderse la feria. En los muelles del puerto deportivo y de cruceros hay estos días una verdadera exposición de lujosas embarcaciones.
Uno de los lugares más interesantes de Sevilla durante la Feria de Abril es el río Guadalquivir en el tramo entre los puentes de los Remedios y de Delicias, en el área del puerto fluvial destinada a los yates y los cruceros. Por estos días, numerosos yates a motor y a vela, grandes y pequeños, amarran en el muelle de Delicias, en la dársena de Alfonso XIII. Han accedido a la desembocadura por Sanlúcar de Barrameda y, navegando tierra adentro, aguas arriba por el río, ofreciendo a veces visiones fantasmales de barcos avanzando por mitad de los campos andaluces, entre cultivos, olivares, viñedos, bosques y baldíos, han recorrido noventa kilómetros de arteria fluvial.
En abril el puerto sevillano suele llenarse de yates y cruceros.
Este viaje es posible gracias a las obras de ingeniería realizadas en el río, con sus canales y esclusas y dragados periódicos, que permiten la navegación incluso de buques de gran calado, entre ellos, grandes yates particulares y cruceros de tamaño medio. La joya de la corona es la gran esclusa que se terminó de construir en 2010, una de las mayores obras de ingeniería realizadas en España en los últimos años. La nueva esclusa tiene una longitud equivalente a cuatro campos de fútbol y es la quinta mayor del mundo, con un coste de más de 200 millones de euros.
CRUCERISTAS EN SEVILLA
La entrada en servicio de estas nuevas instalaciones ha permitido incrementar notablemente el número de cruceristas que llegan a la ciudad. De las 13 escalas de buques turísticos que se realizaron en 2004, con un total de 2.700 pasajeros, se ha pasado en 2017 a más de 100 escalas y 24.000 pasajeros. Esta cifra dista mucho todavía de satisfacer las aspiraciones de la ciudad, pero el camino está abierto, gracias a que la nueva esclusa permite la llegada de cruceros de hasta 300 metros de eslora y 40 de manga.
Tras salvar la esclusa, los cruceros y los yates llegan hasta el puente de Delicias que, cuando el buque es de gran porte, se abre en dos para dejar pasar la superestructura, y alcanzar el muelle del mismo nombre, donde se encuentra la terminal de cruceros, un singular edificio construido con contenedores.
En este punto de la margen izquierda del río, junto al bello pabellón que la República Argentina levantó para la Exposición Iberoamericana de 1929 y que tiene entrada al otro lado, por la avenida de la Palmera, suele encontrarse amarrado el crucero fluvial La Belle de Cadix, que hace el recorrido entre Sevilla, Cádiz y la desembocadura del Guadiana. Este buque de la compañía francesa CroisiEurope, especializada en cruceros fluviales, tiene tres puentes y capacidad para 178 pasajeros.
Los yates privados y los cruceros suelen llegar cada año a Sevilla días antes de la feria, como para coger posiciones en el muelle de Delicias, frente a las instalaciones del Club Náutico sevillano, situado justo enfrente, en la margen derecha del río. Algunos han arribado antes, para la Semana Santa, y o bien se marchan y regresan después, o bien permanecen ya en Sevilla esperando las fiestas. El lujo es esto: poder llegar a la feria de Sevilla navegando en tu propia embarcación, disfrutar a tope de la fiesta, situada a un paso del embarcadero, y volver por la noche a dormir a tu yate sin que nadie te moleste. Cosas de ricos.
(Reportaje fotográfico de PROPRONews, realizado a lo largo de varias ediciones de la Feria de Abril).