viernes, 26 abril, 2024
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Madina, un adiós sin premio de consolación

El resto de los traidores al secretario general resisten con la pedrea de sus cargos regionales.

Si Eduardo Madina hubiese tenido un cargo como el resto de sus compañeros de conspiración contra Sánchez, es casi seguro que hoy seguiría en su puesto y no habría tirado la toalla. Los demás, Page, Lambán, Vara, Ximo Puig o Susana Díaz no han actuado como él, a pesar de que alguno dijo que se marcharía si Pedro Sánchez volvía a ser secretario general. Por el contrario, salvo Javier Fernández, todos se han retirado a sus cuarteles de invierno a disfrutar de sus premios de consolación regionales. Pero, como ha quedado probado en las recientes primarias regionales –que los citados han ganado con una alta abstención de los militantes, al contrario que Pedro, que ganó las nacionales con una elevada participación-, la mayoría de la militancia y los votantes no les quieren.


La militancia y los votantes, sobre todo los urbanos, no los quieren.


El gesto de Eduardo Madina de tirar definitivamente la toalla, renunciando a su acta de diputado y abandonando la política, después de su denodado empeño por ser, primero, secretario general y, después, por obtener algún cargo de postín como seguidor de Susana Díaz si esta hubiese ganado las primarias nacionales del PSOE, constituye la mejor prueba de que la victoria de Pedro Sánchez es irreversible y de que no hay voluntad adversaria que pueda cambiar eso. Ya se sabía, de todos modos, cuando Javier Fernández anunció su renuncia a continuar al frente del PSOE asturiano y a seguir presidiendo su comunidad al término del actual mandato. Él fue el primero en tirar la toalla una vez conocido el resultado de las primarias nacionales. El gesto del hasta entonces presidente de la ignominiosa gestora socialista es el único digno que hemos visto entre los amotinados que dieron el golpe contra Pedro Sánchez, y que después han seguido en sus cargos regionales tan ricamente, como si ellos no hubiesen actuado como lo hicieron y como si no hubiese pasado nada.

Vara, cada día más débil en Extremadura
Vara, cada día más débil en Extremadura

Todos ellos, salvo Madina, eran presidentes de su respectiva comunidad autónoma y todos ellos se han enrocado en sus territorios, a disfrutar –mientras puedan- de ese premio de consolación. Perdido el premio gordo –la Secretaría General del PSOE y la posibilidad de ser presidente y ministros de un probable gobierno socialista-, se han conformado con la pedrea; una pedrea un tanto magra, a juzgar por el comportamiento de unos y por los resultados de la mayoría, en esas primarias regionales donde la abstención –por no haber candidatos de peso cercanos a Pedro Sánchez- ha sido altísima y donde los ganadores lo han sido por un menguado porcentaje del total de militantes. A Ximo Puig solo le votó el 40 % de la militancia del País Valenciano y a Vara el 43 % de la de Extremadura. Y, como dicen fuentes bien informadas de ambas federaciones, “eso es poquísimo, teniendo en cuenta que nuestros militantes no son como los de Podemos, donde se apunta cualquiera sin más y ya está. Los nuestros son gente comprometida, que paga cuota y que daría lo que fuese por haber tenido un buen candidato enfrente de los traidores. Pero el hecho de que seis de cada diez militantes no les hayan votado es muy significativo, y eso todavía es más notorio en las ciudades”.


Los engañosos consuelos de los dirigentes regionales contrarios a Sánchez.


PIERDEN EL VOTO URBANO

Fuentes del PSOE de Extremadura certifican esta apreciación, resaltando que en las primarias regionales Vara ha conseguido más voto rural, pero en las ciudades su resultado ha sido bien pobre. Estas fuentes ponen el ejemplo de la Agrupación socialista de Badajoz capital –la ciudad más poblada de Extremadura-, donde el resultado obtenido por Vara ha sido muy escaso. De un censo de 666 militantes existentes en la ciudad, solo votaron 343, es decir, poco más del 51 %, y de ellos, solo 209 votaron a Vara, es decir, el 31,4 % del total del censo. Y ello, a pesar del control y la presión del aparato, manejado a nivel provincial por Rafael Lemus Rubiales, el actual secretario provincial, que fue jefe de Gabinete de Vara en la presidencia de la Junta de Extremadura y hoy, uno de sus edecanes. La enorme abstención y el exiguo resultado es una prueba incontestable de que el tiempo de Vara se acaba en la región y de que ese rechazo, trasladado a los votantes, puede hacerle perder las próximas elecciones autonómicas. “Menos mal que a Monago tampoco le quieren los votantes –dicen nuestros interlocutores- y al final no sabemos si se optará por lo menos malo”.

La militancia y los votantes lo fían todo al efecto Sánchez
La militancia y los votantes lo fían todo al efecto Sánchez

“Vara no escucha a nadie y lo único que le impulsa es su ambición”, dicen estas fuentes. Pero su debilidad es manifiesta. “Lo evidencia el hecho de que tras las primarias regionales haya creado una ejecutiva con 58 miembros, el doble que la que existía y hoy por hoy la ejecutiva más numerosa de España –añaden estas fuentes-. Eso quiere decir que ha tenido que contentar a muchos de los innumerables que tiene en contra”.


En la principal ciudad de Extremadura a Vara solo le votó el 31 % de los militantes.


PREMIO GORDO Y PEDREA

Pero volviendo al tema del premio gordo al que aspiraban los conspiradores contra Pedro Sánchez y de la pedrea con la que, momentáneamente, han tenido que conformarse, fuentes socialistas fidedignas de las federaciones citadas recuerdan que Eduardo Madina en un principio aspiraba a ser secretario general del PSOE porque quería ser presidente del Gobierno. Para cerrarle el paso, Susana Díaz ayudó a promover a Pedro Sánchez, creyendo que este sería una marioneta en sus manos, y que podría quitarle de en medio cuando ella se decidiera a dar el paso a la Secretaría General. Pero se equivocó y Pedro demostró cualidades de líder sin necesidad de tutela ninguna. Esto enfureció a Susana y la traición empezó a fraguarse. Entretanto, igual que Madina, pero de tapadillo, “Fernández Vara también acariciaba la tentación de presentarse a la Secretaría General del partido –señalan las fuentes consultadas-. Pero al tener enfrente primero a Madina y conociendo después las aspiraciones de Susana Díaz, decidió unirse a esta creyendo ingenuamente en su victoria, con la aspiración de convertirse en vicepresidente del Gobierno o en ministro en un presunto ejecutivo presidido por Susana Díaz, después de ganar esta las primarias y las elecciones generales”. Todo este castillo de naipes se vino abajo como consecuencia de los episodios que los lectores ya conocen. Y ahora los conspiradores, una vez perdida toda posibilidad de aspirar al premio gordo –salvo el que, al no tener nada, ha tirado ya la toalla- aparentemente se han retirado a disfrutar de los premios de consolación regionales –sus presidencias-, en esa pedrea que puede tener una corta vigencia de cobro si lo visto en las primarias regionales se acrecienta y se traslada a las elecciones autonómicas. Una hecatombe que solo el “efecto Sánchez” puede evitar. Militantes socialistas consultados por PROPRONEWS aseguran que en las regionales no votarán a los traidores, pero que en las generales se volcarán con su renacido secretario general.

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