El ser humano no tiene término medio en su trato con los animales. O los convierte en objeto de exagerada adoración, o se los come sin ningún remordimiento, o los maltrata y tortura impíamente. Esta compleja y contradictoria relación del animal humano con los demás animales es una de las claves de la extraordinaria exposición de pintura que inaugura hoy en Tiripetío, municipio de Morelia (México), el gran artista hispano-mexicano afincado en España Rodrigo Tavera Mendoza.
Rodrigo Tavera responde al patrón del verdadero artista, entregado casi como un monje a la realización de su arte. Su modestia personal, su humildad y su cortesía criolla esconden, sin embargo, un volcán creativo capaz de las mayores erupciones artístico-críticas. “Yo quiero a los animales” es una de ellas.
La exposición es uno de los actos conmemorativos del Centenario de la Universidad Michoacana.
El impresionante conjunto de óleos y dibujos que componen la monumental muestra –desde el impactante y sobrecogedor caballo decapitado casi a tamaño natural, hasta el mínimo e innumerable gusano que anida en el futuro e incluso en el presente de cada persona (tal vez por eso el artista titula ese cuadro El Diablo), pero que también puede regalarnos a cada uno la prometida metamorfosis que dé a tiempo nuestra mariposa interior a la altura- revela no solo hasta qué punto consigue Rodrigo un resultado estético de primer nivel, sino también cuál es el grado de su compromiso social y humano, y su capacidad para traducir ese compromiso en mensaje sin perder un ápice de efectividad plástica. Él hace pintura, no literatura, por mucho que su obra esté atravesada por claros mensajes intelectuales y sociales. Pero eso no importa si el resultado es arte con mayúsculas, y, en este caso, lo es.
En Sevilla, donde Rodrigo Tavira reside desde 1996 –se quedó en España contratado por la ciencia de nuestro país para dibujar la flora ibérica, asunto sobre el que publicaremos un próximo reportaje- tengo la suerte de poder visitarle con frecuencia y seguir su proceso creativo. Vive de dibujar plantas con precisión de entomólogo, como hacían los grandes dibujantes botánicos de las antiguas expediciones científicas, para los más doctos organismos dependientes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, actividad que alterna con la pintura. Para mí es un placer y una enseñanza verle inclinado sobre la mesa de dibujo, reproduciendo devotamente las millares de especies de la flora ibérica que, gracias a su mano, quedarán ilustradas y clasificadas para siempre en la ciencia botánica española. Y verle pintar sus apabullantes cuadros, cuyas temáticas golpean siempre nuestras conciencias y apelan a nuestra humanidad desde la solidaridad con el resto de los seres vivos. O verle manipulando el tórculo, pues Rodrigo es también un maestro del grabado.
SEVILLA Y MÉXICO
En su taller-estudio sevillano del Salón de Arte Crisol (https://www.facebook.com/salondeartecrisol?ref=hl), compartido con otros grandes artistas como David López Panea (ver López Panea, paisajista esencial) o Federico Guzmán, ejerce su magisterio de sabio creador y ejecuta su obra monumental, tanto por lo que se refiere a la ilustración botánica como a la plástica pura.
Ahora ha vuelto a su país natal para mostrar allí, en una gran exposición antológica, su producción artística de los últimos años, bajo este título evocador y equívoco de “Yo quiero a los animales”, invitado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, que ha cumplido cien años en este 2017 y es heredera de la tradición universitaria cuya semilla plantaron los españoles en estas tierras mexicanas, y de la que el exconvento de Tiripetío, en cuyas salas se ubica la muestra, es un luminoso antecedente histórico.
El exconvento –como allí le llaman oficialmente- es un conjunto agustino que empezó a construirse en 1537 por los españoles Diego de Chávez y Alvarado y Juan de San Román. En 1540 el centro se convirtió en la primera Casa de Estudios Superiores de México y, por tanto, en génesis de las ulteriores fundaciones universitarias de este país. Y este gran complejo monumental de tan noble origen acoge desde hoy y hasta final de enero, la gran muestra de Rodrigo Tavera Mendoza. La exposición se inaugura a las 12, hora mexicana.
EL ARTISTA
Rodrigo Tavera Mendoza nació en la ciudad de Morelia, Michoacán, México, el 15 de octubre de 1968. Como artista multidisciplinar se formó en la Escuela Popular de Bellas Artes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y en los talleres del Instituto Michoacano de Cultura (Morelia), así como en la Universidad Veracruzana (Xalapa, Veracruz) y en talleres impartidos por la Universidad Nacional Autónoma de México (gráfica y pintura), el Instituto Nacional de Bellas Artes (restauración, escenografía y arte textil), y, ya en España, en la Universidad Internacional de Andalucía (grabado), y en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (grabado), así como en diversos talleres de maestros mexicanos y españoles.
Desde 1986 trabaja en el campo de las Artes Visuales en modalidades tan diversas como pintura, dibujo, grabado, serigrafía, diseño gráfico y editorial, museografía, escenografía e ilustración. De ésta, cabe destacar tanto la ilustración de libros, portadas y carteles, como la ilustración especializada en Historia Natural: Zoología, Anatomía y Botánica, disciplina esta última en la que es un reconocido maestro.
Entre sus numerosas exposiciones individuales, realizadas entre 1988 y la actualidad, podemos citar, entre otras, Dibujos, Galería del Colegio de Posgraduados de la Universidad Autónoma de Chapingo, Montecillos, Estado de México (1988); Las aguas, Museo Regional Michoacano, Morelia, México. (1989); Abaddón, Galería La Librería, Morelia, México (1990); Pilar y el diablo, Sala El Postigo, Ayuntamiento de Sevilla, España (2001); Cantar de ciegos, Galería Carmen Terreros, Zaragoza, España, y El hambre del pintor, Galería Cristóbal Bejarano, Linares, Jaén, España (2009); o Papeles Guarros (con David López Panea), Sala Arjé, C.G.T., Sevilla, España (2011). En cuanto a las exposiciones colectivas en las que ha participado, son incontables: México, España, Alemania, EE.UU., Francia, Australia, etc.; y ha obtenido diversos accésits y premios en certámenes de pintura y grabado de México y España.
Igualmente, ha realizado pinturas, ilustraciones, portadas, carteles, programas de mano, viñetas y diseños editoriales para diversas entidades públicas y privadas, así como para particulares y revistas de ambos países y ha participado como museógrafo en los siguientes centros mexicanos: Museo Regional del Estado de Querétaro. Museo de Antropología, Centro Cultural Mexiquense, Toluca, Estado de México. Museo del Estado, Morelia. Museo Regional Michoacano, Morelia. Museo Universum, Universidad Nacional Autónoma de México D.F. Túnel de la Ciencia, Estación del Metro Auditorio, México D.F. Jardín Botánico Universitario Melchor Ocampo, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Tenencia Morelos, Michoacán.
También ha realizado y diseñado vestuarios, maquillajes, máscaras y escenografías para teatro y danza; instalaciones y acciones de arte en diversos espacios públicos y privados; murales; arte correo; exposiciones callejeras; agendas de artista; libro-objeto; docencia; foros; etc. Además, coordina el proyecto Utopía, en el que participan más de veinte importantes artistas españoles y cuyos objetivos son la promoción del Arte Andaluz Contemporáneo en México, y el Arte Mexicano Contemporáneo en Andalucía.
Su obra forma parte de museos y colecciones públicas y privadas de México, España, EE.UU., Canadá, Cuba, Paraguay, Austria, Francia, Australia, Reino Unido, Alemania, Suiza, Holanda e Italia.